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MODO FONTEVECCHIA
programa antiinflacionario

Rodolfo Santangelo: “Si anda mal la mayoría de las actividades económicas, el problema es del maestro, no del alumno”

El economista analizó el camino de desinflación del Gobierno, advirtió que todavía no hay un plan de estabilización y señaló que la heterogeneidad sectorial del crecimiento revela fallas en la conducción macroeconómica.

Rodolfo Santangelo
Rodolfo Santangelo | captura de video

En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), Rodolfo Santangelo analizó el plan económico del Gobierno y fue categórico al evaluar el desempeño de la actividad: “Si todos los alumnos sacan mala nota, el problema es del profesor y no del alumno”. En ese marco, sostuvo que la Argentina atraviesa “un proceso de desinflación, no un plan de estabilización”, advirtió que “todavía hay distorsiones de precios relativos” y señaló que, aunque el PBI muestre una recuperación, “hay mucha gente en la industria, en la construcción y en el comercio que está con valores muy bajos de actividad”.

Rodolfo Santangelo es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires, con un Máster en Economía del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina. Trabajó en el Banco Central de la República Argentina, específicamente en el área de Programación Monetaria y Estudios Externos. En el año 1992 fundó, junto a Carlos Melconian, MS Consultores, mientras que en 2015 creó y se convirtió en director de su propia consultora, Macroview S.A.

El Presidente el año pasado dijo que por 2025 la inflación iba a terminar con un uno delante, y ayer dijo que en 2026 va a terminar con un cero delante. Lo cierto es que la inflación terminó en noviembre en 2,5 y los cálculos que hacen en la Ciudad de Buenos Aires de las primeras dos semanas dan que va a estar más cerca de tres que de dos., ¿qué pasa con la inflación y cuál es la obsesión del Presidente en bajar la inflación?

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Argentina está con un programa de reordenamiento macroeconómico que todavía no se puede llamar de estabilización; se puede llamar de desinflación. Empezó con una grandísima aceleración inflacionaria para licuar gasto público, para licuar pesos en la economía, para bajar salario real, y después fuimos bajando progresivamente al cuatro mensual, al tres mensual y, a lo largo de todo este año, mes más, mes menos, a mí me gusta más mirar el bosque que el árbol, estamos en el dos y pico: a veces dos uno, dos tres, dos cinco, más o menos lo mismo. No me cambia mucho el decimal que da 31 en el año.

Donde el ancla de la desinflación es indudablemente la política fiscal, pero todavía no hay un plan de estabilización como para traer un número bajo, sobre todo porque además sigue habiendo cambio de precios relativos. Vos sabés que el 31 del año es un promedio ponderado entre cosas que subieron 60%, por ejemplo, como los alquileres, y cosas que subieron 20 o menos. Esto es un promedio ponderado donde incluso cada persona podría decir: “Y a mí esa ponderación me viene bien, a mí esa ponderación me viene mal”.

Yo tiendo a prestarle menos atención a lo que se dice y más a lo que se hace. Acá lo importante es que Argentina siga en una inflación, por ahora, del 2%, que no creo que sea menos antes de marzo; que en algún momento empiece con uno, 1,9, 1,8, veremos; que en el año lo que dio 31, el año que viene dé 20 y pico. Y me parece que todavía es muy apresurado, muy audaz, porque no lo sabemos, si algún día va a empezar con 0, algo, 0,99 o 0,1.

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Este es el sendero de Argentina, desprolijo, porque todavía hay cosas que están sólidas, como la política fiscal, aunque tenemos que ver qué se está discutiendo en el presupuesto, y hay cosas que recién están empezando con dos años de rezago, como lo anunciado el lunes de política monetaria y cambiaria. Así que ese es el esquema. Yo la única respuesta que tengo es: ¿vamos a ir a 0,9? No lo sé. El tema es que sea un proceso de desinflación, y que sobre todo se evite un recrudecimiento, como ocurrió en otros episodios.

¿Vos podrías explicar de la manera más didáctica posible qué diferencia hay entre un plan de desinflación y un plan de estabilización?

Un plan de estabilización, pensemos en el plan de convertibilidad, pensemos en Israel, pensemos en el plan real brasileño, es alguien que busca lo más rápido posible, y en aquellos casos fue casi inmediato, con pocos meses de rezago, ir a un número de un dígito anual o sustancialmente más bajo de donde veníamos. La desinflación, por más que no se lo haya pronunciado, sí es un proceso donde va bajando gradualmente: lo que te dije, del cuatro al tres, del tres al dos, está un rato largo en el dos, después busca el uno, sobre todo por dos temas.

Uno es el cambio de precios relativos, o sea, que Argentina todavía no está con una estructura de precios relativos donde vos puedas decir: “Esto que está barato ahora está más equilibrado y esto que está caro ahora está más equilibrado”. Seguimos con distorsiones de precios relativos. Las más fáciles de decir son: la luz y el gas todavía tienen un alto componente de subsidio; el transporte en el área metropolitana vale menos de la mitad de lo que vale en el interior; a las naftas y combustibles todavía no se les ha aplicado el componente impositivo que supo tener; hay precios que uno todavía los sigue viendo relativamente caros, como pueden ser los autos, como pueden ser algunos medicamentos.

Entonces, el cambio de precios relativos todavía está. Y segundo, las expectativas, porque estamos en un esquema donde todavía los precios es como si dijera: “En enero subo 2% porque en diciembre subí”. Porque si yo no subo, me quedo atrasado. O sea, porque estamos en una especie de inercia inflacionaria que todavía no tiene un corte. De repente, en algún momento futuro, cuando esté todo más equilibrado, podrá venir un decir: “Bueno, ahora empieza un partido nuevo. Ahora abandonamos este esquema de desinflación para ir a estabilización”. Eso hoy todavía no está.

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Pero resulta contradictorio con lo que uno imagina: que el objetivo de Milei principal es bajar la inflación y que busca por todos los caminos posibles, incluso atrasando el tipo de cambio, bajar la inflación. ¿Por qué no hizo un plan de estabilización? Si traduciéndolo para legos: un plan de estabilización es de shock y rápidamente baja la inflación, y lo que vos planteás es gradualista. ¿Milei es gradualista y ustedes hubieran sido de shock?

No. El shock que introdujo Milei es fiscal. Eso es donde, sin lugar a duda, pasó de la noche a la mañana de déficit a superávit. De repente, el shock de precios relativos, a nosotros nos hubiera gustado hacerlo más rápido. Digamos, como que ya el segundo año de gobierno vos tengas los precios relativos que la economía quiere, y te diría hasta un poco antes. Después, lo que da el índice, o sea, el índice vos no lo manejás, el índice lo impone la realidad. Vos, con la política cambiaria y la política monetaria que has tenido, por más que pienses que estás en un programa de shock, que estás en un programa, no sé si la palabra es gradualismo, pero de desinflación. Porque en el interín se van produciendo otras cosas. Hoy política monetaria restrictiva, de no emitir, sería muy costoso generar, porque no hay plata en la calle. La economía argentina está con poca liquidez. La inflación destruyó tanto el peso que estamos todavía con valores muy bajos de liquidez.

Entonces, hay que reponer liquidez en la economía. La manera más genuina y sostenible en el tiempo sería acumulando reservas. Obviamente, no estoy pidiendo inyectar liquidez a través de déficit fiscal, pero sí a través de acumulación de reservas. Entonces, cuando estás en ese proceso donde hay muchos frentes simultáneos, el resultado es la tasa de inflación que te estoy mencionando. Por otro lado, las expectativas todavía no han sido quebradas. Ssi vos le preguntás a la mayoría de los empresarios o a la mayoría de las personas comunes, te dirían: “Si el 2026 da 20 y pico, ¿dónde hay que firmar?”. En términos de expectativas, no tenemos ancladas las expectativas inflacionarias.

Milei hizo un shock en el tema fiscal y no en el inflacionario, porque para poder producir ese shock de descenso del déficit fiscal y tener superávit necesitó generar inflación.

Punto número uno eso, lo has entendido perfectamente. Hacia acá, el ajuste fiscal tuvo como principal instrumento al servicio del ajuste fiscal la aceleración inflacionaria. Permitime una palabra en inglés: front loading. Adelantar inflación, acelerar la inflación a propósito el 25 de diciembre del 23, el 20, 20, 15, 10 del primer trimestre del 24. Eso tuvo el propósito de licuar el gasto público, de licuar los pesos en circulación y de bajar el salario real para que, a partir de ahí, la situación fiscal sea superavitaria. El mérito de este gobierno fue haberlo resistido, porque cuando la súper licuación terminó, lo mantuvo. Pero eso no es un plan de estabilización.

Y siguiendo con ese planteo y tratando de imaginar cuál sería la lógica de qué viene primero y qué viene después, porque esta es la gran discusión en términos económicos, como en cualquier otra ciencia, el orden de prioridad: si hacés lo correcto pero lo segundo primero y lo primero segundo, terminás no logrando el resultado buscado. Él pudo haber supuesto que para bajar la inflación había que tener superávit fiscal. Mientras que desde la perspectiva de ustedes, bajar el déficit fiscal es importante, pero para bajar la inflación primero es importante hacer shock en los precios relativos. Hay una diferencia respecto del análisis y la receta para bajar la inflación.

Va todo de la mano. Yo no sé si es una diferencia, va todo de la mano. A mi juicio, la corrección de los precios relativos hoy, a dos años vista, está rezagada, está rezagada. A mí me hubiera gustado que ya estuviera, no sé si terminada, pero más avanzada. Que el programa fiscal es condición necesaria, no cabe ninguna duda...

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...Yo recuerdo haber entrevistado a varios de los autores del plan real y ellos me explicaban que el déficit fiscal, que en aquel momento comenzó con el plan real en más de 2%, recién llegó a equilibrio fiscal al segundo año. Se decía: “Se hace un plan de estabilización casualmente porque hay déficit fiscal y hay alta tasa de inflación”. Es decir, el objetivo de ellos fue llegar al equilibrio fiscal recién dos años después de comenzado el plan real.

Esto ya me lo has preguntado alguna vez si yo tuve alguna disidencia con esa definición, porque te voy a explicar. Acá viene otro problema: cuando definimos cuestión fiscal, si hablamos de primario o de financiero. Cuando hablamos de financiero, incluir la tasa de interés. Y en Brasil el tema de la tasa de interés es muy delicado, porque se usa la tasa de interés alta también como instrumento de estabilización de expectativas. Entonces, Brasil sí fue de shock al resultado primario cero, pero cuando incluye los intereses demoró lo que a vos te dijeron. Acá los intereses suelen ser más bajos, entonces la cuestión financiera es secundaria a la cuestión primaria. El shock fue en materia de resultado primario, sin contar la deuda: de menos tres a más dos o a más uno y medio, los cuatro puntos y medio. Después los intereses se van corrigiendo en el tiempo, pero yo creo que es una cuestión menor.

Y dejame incluir otro tema, ya que estamos mirando historia. En el caso de Brasil, del plan real; en el caso de Argentina, del plan de convertibilidad, veníamos de tasas de inflación mucho más altas. O sea, cuando vos venís de cuatro dígitos de inflación o de tres dígitos muy altos, el shock es más necesario. Argentina tenía 130 de inflación, lo llevamos a 230, necesitás el shock para salir rápido del 10 mensual licuador al 4, 3. Pero después empieza un proceso de desinflación más lento o más rápido, eso el tiempo lo dirá, en función de los precios relativos, en función de las expectativas, en función de la política monetaria. Yo creo que se ha hecho demasiado énfasis en anunciar inflaciones que después no son posibles de lograr. Eso de “va a ir a cero”, “lo vamos a pulverizar”, me parecen innecesarias porque ni siquiera ayudan a afectar las expectativas. Yo entiendo cuando un presidente, un ministro, trata de decir algo que no va a ocurrir.

Otro tema: la modificación del sistema cambiario anunciado hace unos días. Danos tu propio balance y tu perspectiva hacia futuro.

Te diría tres cosas. Lo primero es que es un cambio bienvenido, porque lo veníamos esperando de hace bastante tiempo. Donde, si tengo que hacer un análisis histórico: a mí me hubiera gustado, y te lo dije en su momento, así que no es hoy, que esto que se anunció en diciembre hubiera venido en abril y que lo que se anunció en abril, que era la salida del cepo por la liberación del acceso de los individuos al mercado, hubiera venido ahora. O sea, que se hubiera invertido la secuencia de lo que se hizo. Porque para mí, incluso en una economía de mercado liberal, como nosotros creemos, es mucho más importante que las reservas las tenga el Banco Central a que los dólares los compre la gente. El verdadero seguro antivulnerabilidad lo da no cuando la gente compra dólares y se siente individualmente tranquila, sino cuando el Banco Central está en condiciones de tener fortaleza. Ahí tenés otro elemento para la estabilización.

Un Banco Central sin reservas es muy difícil que pueda tener una tasa de inflación rápidamente baja. Entonces, esa secuencia, a mi juicio, se hizo equivocada. Ahora viene una tercera etapa donde me parece que falta un anuncio que probablemente no se haga, que es distinguir los dólares que compra el Tesoro de los dólares que compra el Banco Central. Los dólares que debería comprar el Tesoro son de naturaleza eminentemente fiscal, porque Argentina tiene superávit en pesos, pero mayoritariamente deuda en dólares. Entonces, el fisco debería convertir sus pesos superavitarios en dólares para pagar los intereses de la deuda. Cuando el ministro dice que quiere volver a los mercados de capitales, o sea, tomar nueva deuda, la sanidad y la salud diría: solo para lo que te vence de capital. Si te vence deuda por 100, colocá deuda por 100, pero no coloques deuda por intereses, porque si colocás deuda para pagar intereses, la deuda sube.

Y Argentina ya está cansada de tomar deuda, porque tomamos deuda y creemos que nunca la vamos a pagar. Entonces, los intereses pagarlos y el capital renovarlo. Esa es una tarea de la Tesorería, de la Tesorería con su superávit fiscal, que hasta ahora no se ha anunciado. Lo del Banco Central es en función de las reservas, y ahí entra en juego la estabilización de vuelta. Si vas a comprar muchos dólares, la estabilización entra en tensión. La estabilización como inflación cero o 0,5. Vos tenés que acumular reservas y mirar la demanda de dinero. Es un chiche que a los economistas nos encanta, pero es muy difícil. No te creas que tenemos un botoncito en la computadora que nos va diciendo: “Hay demanda de peso, no hay demanda de peso”. Lo tenés que ir estudiando casi como un arte. Entonces, creo que es un anuncio muy positivo, que viene tarde, que debería ser complementado con el anuncio de la política fiscal dentro de esto que llamamos un plan de desinflación, no de estabilización.

“La parte financiera viene muy bien, pero la enorme deuda del Gobierno es con el empleo y con la economía real”

Dijiste que si viniera alguien que tuviera el poder de asegurar el futuro y te dice que la inflación de 2026 es 22%, firmás abajo contento. O sea, por lo tanto, ¿tenés temor de que la inflación se mantenga en estos niveles?

Bueno, porque todavía hay que terminar el proceso de precios relativos, porque hay que empezar el proceso de acumulación de reservas, porque todavía no sabemos el tipo de cambio dónde lo va a descubrir el mercado, que es su valor apropiado. Acá, de vuelta, el techo de la banda, de la mal llamada banda, porque lo único que tenemos es un techo, va para arriba, porque el mercado tiene que descubrir dónde está. Y es muy riesgoso estar todo el tiempo coqueteando con valores muy cercanos al supuesto techo. Entonces, el tipo de cambio puede ir para arriba. Entonces, yo diría: como no sé la velocidad de la desinflación, como no sé cuándo vamos a ir, en vez de al dos y pico, al uno y pico, te firmo ya el 22.

¿Y respecto a actividad económica?

Actividad económica del 2025 ha sido un año malo en términos sectoriales, porque si bien el PBI oficial, que es el indicador más importante, da una recuperación del 4%, eso existe con una fenomenal y exagerada heterogeneidad. Bienvenido sea que la minería, que el agro, que el petróleo, que los servicios bancarios, que un conjunto de actividades estén creciendo, pero todavía le falta que los sectores rezagados mejoren, porque, a ver, siempre en una economía hay ganadores y perdedores, pero hay mucha gente en la industria, mucha gente en la construcción, mucha gente en el comercio que está con valores muy bajos de actividad. Eso lo veo con clientes y no clientes de manera permanente.

Entonces, no te voy a decir que no sirve el crecimiento cuando lo traen solamente los ganadores, porque sí sirve, pero tiene que venir la recuperación de los sectores industriales. A mí, como macroeconomista, me preocupa menos cuando me dicen: “Una empresa o un sector está mal”. Ahora, cuando la mayoría de esas empresas industriales o la mayoría de los sectores ligados a la construcción o la mayoría de los sectores ligados al comercio todavía están con niveles de consumo y de actividad muy bajos, bueno, el problema es del maestro, no del alumno.

RM/ff