El conductor y comentarista, Román Iucht, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y enfatizó que "es imposible no establecer un paralelismo entre Boca y el Gobierno". A su vez, afirmó que "lo primero que se le puede criticar a Riquelme son las formas" y lo comparó con la vicepresidenta de la Nación. La pregunta sobre "dónde está el Gobierno y dónde el poder".
La idea que se da en Boca de un vicepresidente fuerte y un presidente débil, ¿tiene algún punto de contacto con lo que pasa entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández?
Es imposible no establecer un paralelismo entre Boca y el Gobierno. La influencia en el fútbol de Juan Román Riquelme como vicepresidente, comparado con Cristina en su función, es indudable que genera un punto en común. Bien vale preguntarse dónde está el Gobierno y dónde el poder, tanto en Boca como en el país. El poder está en Riquelme, aunque no sea el presidente del club. Ameal es como Alberto Fernández, Juan Román Riquelme es Cristina Kirchner, Sebastián Battaglia es Martín Guzmán y Hugo Ibarra es Silvina Batakis. Me cuesta encontrar un paralelismo con Carlos Izquierdoz, que podría llegar a ser el Movimiento Evita, aunque un poco más forzado.
Juan Parrondo (JP): ¿Riquelme tiene la capacidad de tomar decisiones en un cargo dirigencial?
Es imposible saber cómo va a ser considerado Riquelme una vez que termine su ciclo como dirigente de Boca. Lo que estamos evaluando ahora es el desarrollo y habrá que ver la película completa. Lo que está experimentando Román es que manejar un club es muy diferente y más complejo que conducir un equipo, como hacía adentro de la cancha, transformándose en el máximo ídolo de la historia del club. Es evidente que algunas decisiones no encontraron la respuesta esperable, y no por falta de títulos, pero Riquelme puso a la Copa Libertadores en el lugar de único objetivo para Boca. Le bajó el precio a cada campeonato local que ganaron, generando siempre la sensación de insuficiencia. Desde que Riquelme manda en Boca, el equipo jugó tres Libertadores y no ganó ninguna.
JP: ¿Se están quemando ídolos en Boca? ¿Trataron de copiar el modelo de River con los ex jugadores como entrenadores?
Sebastián Battaglia y Arruabarrena son referentes, jugadores emblemáticos de Boca, pero la idolatría va por otro lado. Se podría discutir más lo de Guillermo Barros Schelotto y Martín Palermo sí lo es, aunque no a la altura de Riquelme. El gran problema de Boca a la hora de pensar los entrenadores tiene que ver con que Román busca técnicos ante los que pueda intervenir. Los que tienen espalda no aceptarían que Riquelme ocupe un rol que no le corresponde. De la única manera que podría funcionar es si baja del palco y se transforma en el técnico de Boca.
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¿Quedó algo del macrismo en Boca?
Falta un año y medio para las elecciones en Boca y es aventurado entregar una respuesta. No está claro cuál va a ser el futuro político de Macri a nivel nacional. Habrá que ver, si no es el propio Mauricio, qué construcción alternativa puede generar. La política nacional está absolutamente trasladada a la vida de Boca. Lo primero que se le puede criticar a Riquelme son las formas, porque ellos fueron jugadores de fútbol y se molestaron mucho con decisiones de la dirigencia macrista.
Riquelme se fue de Boca, la última vez, porque Daniel Angelici no le renovó el contrato en los términos que quería. Varios años después, ahora pasaron del otro lado del mostrador, y pareciera que se olvidaron de las formas. Seguro conocen mejor la economía del club, pero el destrato para los jugadores es notorio. Además, en las elecciones de hace tres años, a Román lo llamaron de la lista que ganó, pero también Angelici para negociar. Todos sabían que quien se quedara con Román, se quedaba con las elecciones.
JL PAR