En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV) el analista político, Eduardo Fidanza, detalló lo que le espera al sector encabezado por la vicepresidenta de cara al 2023: “El futuro del kirchnerismo está concluido”, expresó y agregó: “No le auguro ni la posibilidad de ganar la provincia de Buenos Aires”.
El cambio del tono en el discurso de Cristina Kirchner de esta semana, en comparación con el de la semana previa, cuando no se conocía nada acerca de la renuncia de Guzmán, ¿tiene alguna interpretación de miedo con el dólar blue a 300 pesos?
Los cambios de tono en el discurso tienen que ver con la cuestión económica y de mercado. Es un episodio dentro de una saga que ya mostró una atenuación de la agresividad para después volver a escenarios violentos entre las figuras más centrales del drama. Lo que será materia de análisis son las medidas de Batakis. Van en la línea de lo que era la política de Guzmán. Hay que ver si son cuestiones programáticas o personales de poder.
Tenemos esa sensación, incluso se podría decir que son un poco más ortodoxas. El problema no eran las políticas de Batakis o Guzmán, sino de Alberto Fernández...
Los interrogantes siguen. El gasto público es una de las pocas cosas que se pueden tocar. Hay que ver qué margen de credibilidad tiene Batakis con los actores y operadores económicos. A priori, no es una figura relevante desde el punto de vista político. Se trata de esperar. Esto tiene una base errónea, anómala, que está en el seno de esa fórmula pervertida. Lo que nació así, siguió así, y debemos esperar que no se modifique nada. Hay una alteración del orden institucional. El que tiene los atributos es el Presidente, jamás el vicepresidente. Acá tenemos una inversión de esta predación.
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En 2023, ¿vez al kirchnerismo como un significante en decadencia o estable?
La encuesta mensual que hacemos, da que todos los números del Gobierno van para abajo. Todas las figuras del kirchnerismo, encabezadas por Cristina Kirchner, tienen un nivel de impopularidad a partir del 60%. Sumado a las expectativas negativas sobre el futuro del país.
Cuando hablo de la decadencia de Cristina, me refiero a una cuestión empírica, por la imagen negativa que ella tiene en la opinión pública. Hay una impotencia estratégica, y está claro que ella puede dar golpes tácticos pero no puede fijar una estrategia que ordene la conducta de los demás actores en favor de su lineamiento.
Imaginemos esto proyectado a 2023, yo no le auguro ni la posibilidad de ganar la provincia de Buenos Aires. Podremos especular una salida en un puesto legislativo. El futuro del kirchnerismo está concluido. Lo que pasa es que la agonía de Cristina es extensa pero inequívoca.
¿Cómo imaginás la candidatura del Frente de todos?
No hay margen para más giros a la heterodoxia política o económica, o para fantasías de populismos de izquierda. La candidatura del Frente de Todos estará muy marcada por la influencia de los sectores no kirchneristas, del peronismo clásico y los gobernadores. Será una figura moderada. Habrá que ver si esa figura moderada podrá ser el Presidente.
El nivel de deterioro público de Alberto Fernández se va debilitando. Por ahí vamos al neosciolismo, no sé si por él, pero sí por su perfil. Vamos a asistir a una derrota profunda en términos políticos del kirchnerismo. A ello se suma el frente judicial, que es problemático para Cristina. No le atribuyo a ninguna figura, como Wado de Pedro ni Máximo Kirchner, chances de poder definir para una presidencia.
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¿Habrá alguna posibilidad que no sea la provincia de Buenos Aires, sino Santa Cruz y que Cristina Kirchner sea candidata a senadora?
Un repliegue a Santa Cruz es lo más natural. Pero allí, el kirchnerismo también está en una minoría y va a depender de cómo Juntos por el Cambio termine haciendo o no una alianza. Los Kirchner están por perder Santa Cruz. Cuando hablamos de la decadencia del kirchnerismo, se genera una máquina de deglutir que es la situación económica y la inflación.
En un escenario ideal, lo que veríamos sería un kirchnerismo con cierto prestigio. El ciudadano común vive en una sucesión de instantes que tienen que ver con las necesidades vitales. Pero lo que destruye la legitimidad de este Gobierno es lo mismo que destruyó la legitimidad del anterior. Es un problema de fondo, que es que hay problemas estructurales irresueltos que hacen que la legitimidad de los gobiernos se den en lapsos más cortos de tiempo. El Gobierno que venga, necesita hacerse de un consenso que está mucho más allá del resultado de un balotaje.
Reflexionaba sobre el periodismo, ¿Estaremos dedicando poco tiempo a la oposición y demasiado tiempo al oficialismo? Porque el debate en la oposición está solapado.
Sostengo que para cierto periodismo muy fijado en la oposición al kirchnerismo, Cristina representa algo de confort con los públicos cautivos. El día en que ella no esté más en la política argentina, el periodismo tendrá que ser imaginativo para volver a plantear temas. Hablamos poco de los problemas más profundos del país.
CB PAR
