La guerra de Ucrania continúa, pero algunos países, como Serbia, prefieren ser prácticos. El presidente Aleksandar Vucic, ex ultranacionalista proruso que se ha negado a condenar explícitamente la invasión rusa y no se ha sumado a las sanciones occidentales, consiguió un acuerdo extremadamente favorable para seguir recibiendo gas natural de Rusia. La mayoría de las compañías de energía de Serbia son de propiedad rusa.
El acuerdo quizá se firme durante una visita a Belgrado del ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, a principios de junio, rara visita de un alto funcionario ruso a un país europeo desde que comenzó la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
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Rusia ya ha cortado las exportaciones de gas a Finlandia, Polonia y Bulgaria, que son miembros de la Unión Europea. Cómo lo recibirá Serbia es una incógnita porque el bloque en su conjunto ha decidido reducir la dependencia rusa.
Las atrocidades cometidas por Rusia en Ucrania no hicieron mella en Vucic y otros líderes serbios, opositores de las sanciones occidentales contra el régimen de Vladimir Putin.
JL PAR