En momentos en que crece el arribo a Estados Unidos de personas indocumentadas provenientes de México, 53 murieron dentro de un camión en el cual no tenían aire ni agua. Las víctimas eran parte de un contingente de 67 personas.
El camión fue hallado el lunes, bajo un sol sofocante, cerca de los depósitos de desguace de autos en las afueras de San Antonio, Texas. El conductor intentó hacerse pasar por uno de los sobrevivientes. Está detenido con otros dos hombres, acusados del tráfico de personas en la frontera.
Entre los muertos identificados había 27 de México, 14 de Honduras, 7 de Guatemala y 2 de El Salvador. Los otros no tenían documentos y, en un caso, la identificación era robada. Los pueblos remotos de donde procedían algunos de los migrantes no tienen servicio telefónico para hablar con sus familiares. Los datos de las huellas digitales deben ser enviados al exterior para que los identifiquen los gobiernos involucrados.
En mayo hubo casi 240.000 detenciones de migrantes en Estados Unidos, un tercio más que hace un año. El camión pasó un retén de la Patrulla Fronteriza al noreste de Laredo, México, en la carretera interestatal 35. Estaba registrado en Álamo, Texas, pero sus patentes y engomados eran falsos.
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Los sobrevivientes, deshidratados, fueron trasladados a hospitales. Padecían lesiones cerebrales y hemorragias internas. Comúnmente, los migrantes pagan entre 8.000 y 10.000 dólares para que los ayuden a cruzar ilegalmente la frontera, los suban a un camión y los lleven a San Antonio.
El número de muertes por la tragedia del lunes en San Antonio fue el más alto jamás registrado en un intento de contrabando humano en Estados Unidos. Diez migrantes murieron en 2017 tras quedar atrapados en un camión en el estacionamiento de un Walmart en San Antonio.
En 2003 hallaron los cadáveres de 19 migrantes en un camión al sudeste de la ciudad. Las temperaturas en San Antonio se acercaban el lunes a los 38 grados.
CB PAR