La Justicia de Corrientes condenó a seis años de prisión e inhabilitación por igual lapso al oficial de la Policía, Walter Nicolás Solán, tras hallarlo autor penalmente responsable de lesiones graves doblemente agravadas por la relación de pareja y por mediar violencia de género, y por desobediencia judicial.
El fallo fue dictado este jueves por el juez de juicio Marcelo Ramón Fleitas.
El pedido de la fiscalía por "ensañamiento"
El monto de la pena impuesto por el juez Fleitas no fue congruente con el pedido del Ministerio Público Fiscal. La fiscal Daniela Di Tomaso había solicitado ocho años de prisión, argumentando que la pena debía ser agravada debido al abuso de su condición de policía para infligir la ley.
La fiscal destacó la "brutalidad y ensañamiento" del oficial, señalando que Solán "utilizó sus conocimientos como funcionario policial para reducir, inmovilizar y agredir a la víctima con una técnica calculada para infligir el máximo daño".
La fiscal Di Tomaso describió la agresión que provocó la lesión grave como un acto de "extrema brutalidad":
"Con la víctima indefensa en el suelo, la golpeó repetidamente con las rodillas en las costillas, una zona vital, causándole una fractura y un traumatismo renal", sostuvo la fiscalía.
Peligrosidad que trasciende la pareja
A través de testimonios y pericias psicológicas, la fiscalía demostró que la violencia ejercida era continuada y sistemática, lo que causó un daño físico grave y prolongado. La víctima estuvo meses sin poder trabajar y sufrió graves perjuicios económicos y personales.
La cotitular de la UFIC de Paso de los Libres remarcó que el accionar de Solán también afectó emocional y físicamente a las niñas que vivían con la pareja (víctimas indirectas), lo que demostró una "peligrosidad que trasciende la relación de pareja y afecta a los miembros más vulnerables de la familia".
Por el uso de su condición de autoridad y la "corrupción moral irreversible" que demostró, la fiscalía había solicitado que se le impusiera la inhabilitación especial absoluta y perpetua a Solán para portar un arma y ejercer la autoridad. Este punto fue acogido por el juez Fleitas, aunque de manera parcial.