Un caso de robo simple en la ciudad correntina de Esquina se resolvió con una condena contundente, gracias a la prueba forense.
Mauro Horacio Vazquez fue sentenciado a cuatro años de prisión efectiva luego de que el juez de juicio unipersonal de Goya, Jorge Carbone, considerara su ADN como prueba principal en su contra. La investigación estuvo a cargo del fiscal de Esquina, Gustavo Javier Mosquera.
El delito ocurrió entre la noche del 4 y la madrugada del 5 de febrero de 2024, cuando Vázquez forzó la puerta de un local comercial ubicado en la Primera Sección Arroyo Vega.
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En su afán por ingresar, rompió la reja y la puerta de aluminio con un panel de vidrio, maniobra en la que se cortó y dejó una huella biológica irrefutable.
Un corte que terminó siendo la prueba clave
Antes de huir del local con mercadería y dinero de la caja, Mauro Horacio Vazquez dejó un rastro de su sangre en el lugar. Las muestras fueron recogidas por el licenciado Diego Escobar, criminalista del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) del Ministerio Público.
Al ser cotejadas con las del entonces acusado, el resultado fue positivo y se convirtió en la prueba más contundente para la fiscalía.
Aunque el fiscal Gustavo Javier Mosquera había acusado a Vázquez por robo agravado con efracción, el juez Jorge Carbone se inclinó por la figura de robo simple al dictar la sentencia n.º 63.
El juicio se realizó de forma virtual a través del sistema Inveniet.
Prisión inmediata para el condenado
Tras la lectura del veredicto, el juez Jorge Carbone ordenó la prisión preventiva inmediata de Mauro Horacio Vazquez.
En principio, el condenado será trasladado a la Unidad Penal n.º 8 de Goya, donde permanecerá hasta que la condena quede firme y la jueza de Ejecución determine su lugar de alojamiento definitivo.
En el juicio, Vázquez fue representado por el defensor oficial de Goya, Fernando Andrés Buffil.
La importancia del ADN como prueba irrefutable
La condena de Mauro Horacio Vazquez en Esquina demuestra el rol cada vez más crucial que juega la ciencia forense en la administración de justicia.
El caso es un claro ejemplo de cómo una pequeña huella biológica, como una gota de sangre, puede ser la prueba definitiva para resolver un crimen y llevar al responsable ante la ley.
El trabajo del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) y la Fiscalía de Esquina subraya la efectividad de las herramientas criminalísticas modernas para garantizar que los delincuentes rindan cuentas por sus actos.