La localidad correntina de San Luis de Palmar continúa sumergida en una crisis hídrica que no da tregua. Tras diez días de inundaciones persistentes, el desborde del Riachuelo mantiene a más de 300 personas evacuadas, quienes dependen actualmente de la asistencia estatal en una decena de puntos de refugio distribuidos por toda la ciudad.
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El ministro de Desarrollo Social de la provincia, José Irigoyen, recorrió las zonas afectadas junto al intendente Reni Buján. Durante la visita, el funcionario ratificó la presencia del Estado provincial: "Estamos asistiendo con comida caliente, colchones, agua y artículos de limpieza", aseguró, mientras supervisaba la logística en los centros de contención.
Un escenario de emergencia: 400 milímetros en dos días
El panorama descrito por el jefe de Bomberos Voluntarios, David Rodríguez, es alarmante. Según precisó al canal TN, el agua no desciende debido a la magnitud de las precipitaciones: en solo 48 horas cayeron más de 400 milímetros, lo que saturó por completo la capacidad de escurrimiento del suelo y los canales naturales.
Actualmente, las familias damnificadas se encuentran albergadas en instituciones municipales y religiosas, entre las que se destacan:
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El Polideportivo Municipal y el SUM.
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Capillas locales: Cruz de los Milagros, Inmaculada, Virgen del Rosario, Virgen de Itatí y San Pantaleón.
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El Centro Cultural y el Polideportivo San Miguel.
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Operativos de salud y prevención de enfermedades
Dada la permanencia del agua estancada, el Ministerio de Salud Pública intensificó los operativos sanitarios en los centros de evacuados. El subsecretario de Salud, Luis Pérez, confirmó que equipos del hospital local y del municipio trabajan de forma conjunta para asistir a niños y adultos.
"Los centros están contenidos, pero es vital el autocuidado", señaló Pérez. Entre las recomendaciones oficiales se destaca el consumo de agua segura y el lavado riguroso de alimentos.
Asimismo, ante el riesgo de brotes de Dengue, las autoridades distribuyeron repelentes y reforzaron la vigilancia epidemiológica por la proliferación de mosquitos en las zonas anegadas.