El 8 de diciembre del año pasado, Olaf Scholz, de la socialdemocracia, asumió como canciller de Alemania, después de vencer en unas elecciones al candidato de la CDU de Angela Merkel. Después de dieciséis años de liderazgo de la centroderecha alemana, la izquierda socialdemócrata regresó al poder para liderar la primera economía europea, y, en efecto, el conjunto de países que conforman la Unión Europea.
En uno de los mitines de campaña de Scholz, en junio de 2021, había estado presente el presidente del Gobierno español, el también socialista Pedro Sánchez. Una apuesta importante del mandatario ibérico, que priorizó la alineación partidaria con la socialdemocracia alemana por sobre su buen vínculo con Merkel, y por sobre unas encuestas que, en aquel momento, no proyectaban con total claridad el triunfo de uno u otro candidato.
Ese fue uno de los alineamientos destacados entre dos líderes relevantes de la UE. Otro, una devolución de gentilezas, fue el envío de un video grabado por Olaf Scholz, que el congreso del Partido Socialista español celebrado en Valencia en octubre de 2021 transmitió ante una militancia eufórica.
Más cerca en el tiempo, otros dos hechos mostraron el alineamiento de la socialdemocracia europea, que, a juzgar por los hechos, no quiere dejar pasar este período de gracia.
El primero tiene que ver con un asunto sensible, la energía. Cuando los precios del gas se dispararon a raíz de la invasión rusa en Ucrania, Pedro Sánchez y su homólogo socialista de Portugal, Antonio Costa, llevaron a la Comisión Europea un planteo para considerar a la península ibérica una “excepción” en el mercado eléctrico europeo, y que se les permitiera una regulación del precio en sus países, a contramano de lo que sucede en el resto del bloque. Un pedido por el que recibieron luz verde, y que debería empezar a concretarse en las próximas semanas.
El segundo tiene que ver con las elecciones francesas. Unos días antes de que Macron disputara la segunda vuelta con la ultraderechista Marine Le Pen, los líderes socialistas Scholz, Sánchez y Costa firmaron una carta conjunta en los diarios El País y Le Monde para pedir el voto por el actual presidente francés.
No son las únicas muestras de esta unión de la socialdemocracia europea, pero son suficientes para que Alberto Fernández vea en ellas la oportunidad de acelerar una alianza sólida con Sánchez, Scholz y Costa. Más cuando el propio presidente Fernández mostró su cercanía con la socialdemocracia (en una entrevista con Jorge Fontevecchia en PERFIL).
La agenda es amplia y puede incluir temas como transición energética y digital, ciencia y tecnologías, y alimentos; áreas donde nuestro país puede ser competitivo. Sin embargo, en un contexto como el actual, la provisión de hidrocarburos cobra especial relevancia. Por caso, Argentina, España y Alemania pueden conformar una sociedad relevante y provechosa para las tres naciones. Argentina cuenta con los recursos de Vaca Muerta, España con las plantas para regasificar el gas licuado que puede producir Argentina, y Alemania una industria ávida de recursos energéticos.
El proyecto no es fácil ni sencillo, más si se considera el escenario político argentino. No obstante, sería una pena dejar pasar este marco favorable. En las repúblicas parlamentarias europeas, y en estos tiempos convulsionados de pandemias y guerra, las coaliciones de izquierda pueden perder el poder de un momento a otro. Mejor apurarse.
*Asesor en Comunicación Política, ex corresponsal en Europa.