OPINIóN
Salud y pandemia

La indignación detrás del adiós de Abigail

No hay que naturalizar pérdida como la de Abigail. Hay que fortalecer la capacidad del estado para evitar el maltrado hacia los ciudadanos.

La historia de Abigail Jiménez conmovió al país.
La historia de Abigail Jiménez conmovió al país. | NA

Menos de tres meses después desde que un control policial le impidiera a la familia Jiménez regresar a Santiago del Estero, Abigail falleció en su casa de Termas de Río Hondo. La imagen de su papá, cargándola en sus brazos por varios kilómetros, es una de las que mejor representa la impotencia de la sociedad frente a la necedad del Estado en la gestión de la pandemia.

La enfermedad que padecía la niña de 12 años (un cáncer agresivo e infrecuente llamado Sarcoma de Ewing) estaba muy avanzada. Más allá de la leve mejoría que tuvo en diciembre, la realidad es que ya no era posible aplicar tratamientos curativos. La indignación que sentimos cuando conocimos el caso y que vuelve a invadirnos ahora, se explica por el encadenamiento de destratos e imprudencias que vulneraron los derechos de una familia humilde que necesitaba ayuda.

Esto se suma a la situación que viven miles de personas en Formosa, donde además de sufrir la crisis sanitaria y económica que enfrenta todo el país, hay un Estado que controla, maltrata y les miente a sus ciudadanos. También a otros casos en los que la burocracia de la administración pública y la incompetencia de quienes deben cuidarnos, se conjugaron para complicarle aún más la vida a la gente.

La imagen de su papá, cargándola en sus brazos por varios kilómetros, es una de las que mejor representa la impotencia de la sociedad frente a la necedad del Estado en la gestión de la pandemia

Estamos ante el riesgo real de naturalizar conductas irregulares por parte del Estado. No podemos acostumbrarnos a que encontrar algo de sentido común y decencia en funcionarios y autoridades sea un milagro. La idea de que en pandemia no hay derechos -expresada abiertamente por un senador oficialista y avalada en los hechos en muchos puntos del país- menoscaba los lineamientos elementales de la democracia.

Respecto a Abigail, lo que corresponde es respetar la privacidad de su familia y el duelo que implica perder a una niña luego de luchar tantos años con una enfermedad terrible. También agradecer a todas las personas que colaboraron directa o indirectamente con sus padres, para que ella pasara las últimas semanas en su hogar, tranquila y sin sobresaltos.

Y cuando miramos hacia adelante, tenemos que exigirle tanto a la Nación como a las provincias -sin importar el color político de cada gobierno- una revisión minuciosa de los protocolos que regulan los movimientos cotidianos de la ciudadanía en este contexto de crisis sanitaria. Hace falta también una Justicia atenta y diligente ante las denuncias sobre irregularidades en la administración pública.

. Hace falta también una Justicia atenta y diligente ante las denuncias sobre irregularidades en la administración pública

En la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, presenté junto a Maximiliano Abad un proyecto de ley que establece la capacitación integral de los miembros de los tres poderes del Estado sobre los derechos de niños, niñas y adolescentes. Esperamos que el oficialismo dé cauce a este proyecto, para que podamos enriquecerlo con nuevos aportes y dar un paso adelante en este sentido.

Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para fortalecer la capacidad del Estado de prevenir, de llegar antes con la sensibilidad social que requieren los tiempos que vivimos. De otro modo, habituándonos al estado de excepción, continuaremos resignando derechos y observaremos cada vez más a menudo casos aberrantes como el de Abigail.

*Vicepresidente UCR. Diputada provincial.