OPINIóN
ECONOMISTA DE LA SEMANA

Argentina tiene salida

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Más de la mitad. El 51,4% de los niños en el país viven en hogares pobres. | cedoc

¿Es posible aspirar a un mejor futuro en Argentina? ¿Para estar mejor es imprescindible emigrar? ¿Cómo será el mañana de nuestros hijos? Son preguntas propias de quienes buscan proyectarse, trascender y encontrar un sentido a lo que hacen e incluso a lo que sufren, en aras de un logro. Si bien los datos son escasos, fuentes oficiales confirman que, entre septiembre de 2020 y junio de 2021, 57.737 argentinos emigraron, una cifra que supera el promedio anual registrado entre 2000 y 2004 según la ONU.

Yendo hacia variables económicas, que la fuerza de la realidad ha tornado populares y conocidas por todos, ¿por qué convivimos con altísima inflación (50/60% anual), altísima pobreza (rondando el 40% según el Indec), bajísima inversión (15% del PBI promedio en los últimos años) y severos problemas en lo que hace al desarrollo humano (educación, salud, vivienda, seguridad, adicciones, etc.)? ¿Es lógica nuestra decadencia? No, no es lógica, pero es dato.

El desprecio por las instituciones y los valores (no solo los republicanos) y la combinación de incompetencia, indecencia, improvisación e ignorancia de una gran parte de sus élites dirigentes (no solo políticas) lograron hacer involucionar y pauperizar a una Nación que, a priori, podía tener otro destino. Y la tendencia es preocupante. Según el índice publicado por The Economist, en los últimos dos años la percepción sobre nuestras instituciones democráticas se ha deteriorado a la vez que, según Transparency International la percepción de corrupción se ha incrementado.

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La mala noticia es que revertir nuestra situación reviste complejidad, tomará muchos años, y probablemente muchos de nosotros no llegaremos a verlo. No hay fórmulas mágicas cuando se trata de reconstruir instituciones y recuperar valores perdidos. Pero hay dos buenas noticias. La primera es que la dotación de recursos naturales y humanos que tiene Argentina posibilita, buena gestión mediante, crecer y generar divisas. La otra buena noticia es que nuestra vida es finita, pero la historia continúa a través de generaciones.

Los párrafos que siguen intentan demostrar que nuestros problemas económicos tienen mucho más que ver con la mala administración que con la escasez de recursos. Qué podría hacer Argentina para crecer, condición necesaria para todo proceso de desarrollo y bienestar, con solo algunos ejemplos concretos de sectores incrementar la generación de dólares y empleo.

1. Agricultura y derivados. En el cortísimo plazo, el despegue puede ser generado por este sector. Los recursos naturales agrícolas de los que estamos abundantemente dotados no necesitan mayores desarrollos tecnológicos, dado que el nivel de incorporación de tecnología es elevado.  El potencial exportador primario se va incrementando conforme nuevas tecnologías expanden la frontera cultivable. Mantener las cargas impositivas estables y competitivas y limitar el exceso de regulaciones al comercio exterior, libra el camino para que el sector privado desarrolle todo el potencial y evita la elevada informalidad propia de un sector ahogado de impuestos y regulaciones. Sería una buena manera de lograr que las neuronas destinadas a evitar trabas y costos, se orienten a las mejoras cuali y cuantitativas.

Podríamos pensar en un incremento significativo del valor de las exportaciones y una mayor creación de empleos genuinos. Algunos preceden a los cultivos, como la genética de las semillas, y otros los suceden. Para tener como referencia, solo diez países en el mundo imponen derechos de exportación relevantes (más de 1% de su recaudación) y nosotros estamos entre ellos.

2. Carnes. Otros recursos naturales en los que tenemos ventajas comparativas pueden tener un boom si ofreciéramos reglas claras. En el mediano plazo podríamos recuperar el stock ganadero, que no puede recuperar los valores registrados cincuenta años atrás, y disputar nuevamente el mercado exportador, que ha sido emblema de esta nación y en el cual hemos sido ampliamente superados por nuestros vecinos.

La mejora del poder adquisitivo en la población de muchas regiones del mundo (particularmente Asia) deriva en más variadas dietas y un aumento en el consumo de carnes.

3. Gas. No haber hecho los deberes a tiempo tiene un costo de oportunidad altísimo y la proactividad gana mucha relevancia en un contexto actual para el desarrollo de las actividades de gas y petróleo en Vaca Muerta. Los precios de la energía a nivel mundial se han disparado tras el conflicto en Ucrania y los países se encuentran en negociaciones para la provisión de energía que exceden al sector privado y se vuelven diplomáticas.

Disponemos de la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta reserva de petróleo no convencional, pero importamos y subsidiamos energía que no tenemos.

4. Servicios conocimiento intensivos. Y, más allá de la actividad derivada de los abundantes recursos naturales que nos han tocado en suerte, no tenemos que olvidar al sector basado en el conocimiento, que representa más de US$ 6 mil millones exportados. Pero liberadas muchas restricciones serían muchos más los dólares que podrían ingresar al país dada la potencialidad de la que disponemos con tan solo compararse con Uruguay, que exporta cuatro veces más en términos per cápita. Sería un cambio de paradigma duplicar las exportaciones de bienes y servicios no condicionados por variables que no podemos controlar en absoluto.

Argentina, nuevamente está dotada de dos condiciones iniciales extremadamente favorables para la exportación de servicios basados en conocimiento. Se encuentra geográficamente ubicada en un huso horario compatible con la jornada laboral de los Estados Unidos y cuenta con el mejor nivel de inglés de todo Latinoamérica (países con los que compite dentro del mismo huso horario) según el lEF (English Proficiency Index). Desde Argentina podemos ofrecer desde servicios profesionales “tradicionales” como contables, legales o financieros hasta industrias en auge actual como diseño, videojuegos, análisis de datos y programación. Adicionalmente Argentina tiene una larga tradición y excelente calificación en las biotecnologías y ciencias de la vida.

La Ley de Economía del Conocimiento es un instrumento que va en la dirección correcta. Pero la brecha cambiaria y el mal diseño impositivo empujan a los potenciales proveedores de estos servicios a la economía informal o radicar sus actividades en el exterior. Este tipo de servicios sí requiere conectividad y energía, pero al menos prescinde de otra infraestructura. En paralelo hay urgencia en recuperar la educación pública y privada, invirtiendo para mejorar su calidad y poniendo foco en aquellos chicos que sufren dificultades cognitivas.

5. Conclusión. Pidamos a la dirigencia política que acalle las disputas, y, los hombres y mujeres de buena voluntad que queremos habitar el suelo argentino, unámonos en la generación de algunas propuestas que deban ser suscriptas por Gobierno y oposición. Este planteo puede ser utópico, pero no irrealizable.

*Directora de UCATec (UCA).
**Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA.