Si bien el 25 de abril del 2003 fue la elección presidencial, luego de la salida de Fernando de la Rúa, el ciclo económico que dio lugar a la década ganada tuvo inicio en enero 2002 y con tres referentes político–económicos muy importantes como lo fueron Jorge Remes Lenicov (quien se hizo cargo del trabajo sucio de salir de la nociva convertibilidad de los 90, sin importar cómo quedara su nombre con cifras de pobreza-desocupación-inflación) tan solo de un mes en el Ministerio de Economía de la Nación, Aldo Pignanelli en el Banco Central de la República Argentina y Mario Das Neves en la Dirección General de Aduanas hasta el 10 de diciembre de ese mismo 2002. A partir de esos momentos y como resultado de habernos ido al tercer subsuelo como corolario de los más de diez años de la Ley de Convertibilidad, prima hermana de la dolarización puesta en 1995 en Ecuador por Domingo Felipe Cavallo y su presidente a ese momento Abdala Bucaram; solo quedó ir hacia arriba y eso fue lo que pasó desde 2003 hasta 2010 (según datos del CNPV 2010 del Indec) que se crearon cerca de seis millones de puestos de trabajo, pobreza que bajó del 57% a fines de 2001 al 27%, bajó la desocupación a niveles de 6% aproximadamente, niveles de inflación que pasaron del 4% en 2002 -6% en 2005 y al 7% en 2007. Eliminación en 2006 de la deuda histórica con el FMI de US$ 10 MM, como también la reestructuración de la deuda externa con los bonistas privados en las dos partes (2005 y 2010), disminuyéndola a cerca de US$ 100 MM. En todos esos momentos existía algo que llamábamos superávits gemelos, que no era otra cosa que comprar al exterior menos de lo que vendíamos (balanza comercial positiva) y pagar menos de lo que cobrábamos (balanza de pagos positiva). Luego al 2011 la situación empezó a deteriorarse manteniéndose los niveles de desocupación cercanos al 8%, una inflación que se ubicó cercana al 25% en 2015, mientras que la pobreza se mantenía cercana al 30% (según datos de la UCA, porque el Indec no medía ese dato). En este período teníamos negociaciones paritarias del mismo nivel de la inflación, o tal vez, en algunos años un poco mayor.
En todos esos años había una Secretaría de Comercio que se encargaba de hacer análisis de costos de todos los sectores económicos y estaba al tanto de lo que pasaba en la calle, incluso llegando a instrumentar el programa de Precios Cuidados de la mano de Augusto Costa que se mantuvo como política de Estado hasta mediados de 2022. Aunque con aristas muy distintas en cuanto a las verificaciones de los precios, como ser de hacerlas intensamente hasta el 15/01/2016 y la inexistencia de ellos desde el 16/01/2016 consecuencia de haber despedido a 550 inspectores de la Secretaría de Comercio por decisión política del secretario de ese momento, Lic Miguel Braun, situación que hasta hoy en día no se pudo recuperar para que la Secretaría cumpla con las funciones que posee de acuerdo al organigrama del Estado.
Como resultado de la interrupción del proceso entre 2016 y 2019, aunque corresponde oficialmente desde el 10/12/2015 en lo económico dejaron al país sumido en los datos que mostramos ahora inflación del 55% anual, deuda externa con bonistas privados de US$ 230 MM y nuevamente con el FMI de US$ 45 MM (puesto que según el ministro Dujovne el país estaba muy poco endeudado), pobreza –según la UCA– del 39%, desocupación del 11%. Y un nuevo problema: deudores (UVA/UVI) en todos los segmentos del sistema bancario atados a la inflación duplicada en cuatro años o lo que podemos establecer 300% ante 150% de aumentos de paritarias de los trabajadores registrados. Pero sobre todo una economía paralizada desde enero 2018.
De 2019 a hoy, tenemos una economía en marcha, inflación altísima del orden del 95/100%, desocupación cercana al 6,5%, pobreza en el orden del 40% –que no aumentó significativamente desde 2019–, paritarias superiores a la inflación para tratar de recuperar los 20 puntos que perdieron en el período anterior. Seguimos teniendo a esos 550 mil deudores UVA/UVI, aún teniendo propuestas para resolverlo definitivamente, y que algún/a responsable de comisión/es en el Congreso no aceptan. Y como deuda externa tenemos cerca de US$ 175 MM con bonistas y los US$ 45 MM con el FMI luego de renegociar esa deuda del 2018.
*Analista económico y tributarista.