OPINIóN
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De Fidel Castro a Fidel Pintos

Fernández Biden Carta
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su par argentino, Alberto Fernández | AP

“Hay una conspiración para deteriorar la imagen del Presidente. ¡¡¡La conduce Alberto Fernandez!!!”

Rolo Villar (humorista)
 

El mundo está en guerra, momento para que los países productores de alimentos, petróleo, gas y litio (como Argentina), asuman protagonismo, apoyen a la producción y consigan un mejor nivel de vida para sus pueblos.

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En el caso de la Argentina especialmente, para que mejore sus relaciones con la inversión privada y las democracias occidentales, a fin de lograr los dólares que faltan en las agotadas arcas del Banco Central, hacer gasoductos, instalar plantas de gas licuado, etc.

En  cambio, la inflación vuela, no hay gasoil suficiente, va a faltar gas en garrafas, se ahoga al sector productivo con impuestos y retenciones, la mitad de los argentinos están bajo la línea de pobreza, se licuan salarios, jubilaciones y planes sociales, la tensión social aumenta y como si esto fuera poco, el inquilino de la Casa Rosada ha decidido producir un escándalo en la política internacional, referido a la Cumbre de las Américas, seguramente persuadido que, junto al aumento de miembros de la Corte Suprema, es uno de los pocos temas en los cuales CFK coincide con él.

Esa Cumbre de las Américas, que comienza el próximo lunes en Los Ángeles (CF) le ha dado una nueva oportunidad al gobierno argentino, para representar, ante las otras naciones, un nuevo acto de la tragicomedia de nuestras Relaciones Exteriores.

El desafortunado antecedente de la cholulesca maratón en el G20 (buscando fotos de ocasión), de la lamentable sumisión frente a Putin, las idas y vueltas con Brasil, y los patinazos con la prensa alemana, son antecedentes que explican el cúmulo de torpezas y contradicciones con que nuestra diplomacia se ha manejado en esta ocasión.

Alberto concurrirá a Los Ángeles y, a lo sumo, dirá alguna frase para salvar la ropa

Confundir a un presidente mexicano, aunque sea el pintoresco AMLO, con un cruzado frente al poder norteamericano, es no haberse tomado el trabajo –ni siquiera de buscar en internet– los antecedentes de esa relación bilateral.

Fue el mismo Lopez Obrador, no un imitador, quien, poco antes de las últimas elecciones presidenciales norteamericanas, protagonizó en los jardines de Casa Blanca una insólita conferencia de prensa junto a Trump, agradeciendo “todo lo hecho por México y los mexicanos”.

Solo faltó un pedido expreso, a los hijos de mexicanos o residentes con derecho a voto, para que apoyaran al candidato republicano.

Diría un dirigente kirchnerista: “Más cipayo no se consigue”.

De la mano de semejante personaje, nuestro presidente primero amagó con un histórico faltazo y luego trató de organizar una Contra-Cumbre en territorio del anfitrión.

En medio del papelón, se imaginó que cual Fidel Castro redivivo, rodeado de Díaz Canel, Maduro y Ortega y cumpliendo con su reciente frase “no me callo más, lo que digo acá lo digo en el norte” lo aclamarían, en su imaginada Contra-Cumbre, cuando anunciara que “deberíamos unir nuestras voces para decirle al norte que pare la guerra en Ucrania”.

Sin embargo concurrirá a Los Ángeles, desistió de la reunión rebelde y, a lo sumo, dirá alguna frase para salvar la ropa.

Cuando Perón volvió a la Patria, Fidel Pintos gustaba  amagar, en la inolvidable Polémica en el bar, de Gerardo Sofovich, con que armaba los discursos del General, redactaba Los 5 puntos de Cámpora frente a Lanusse y organizaba junto a Ricardo Balbín las posturas de la UCR.

Nos hacía reír, en mi caso a carcajadas.

Nuestro actual presidente, se soñó ovacionado como Fidel Castro y se despertó imitando a Fidel Pintos.

*Ex vicepresidente y ex ministro de Relaciones Exteriores.