Sabemos que los hábitos de trabajo, consumo y ocio se fueron transformando de manera drástica en los últimos años, pues es algo que vivimos cotidianamente. En este sentido, la forma en que se piensan los espacios en las ciudades se ha convertido en un tema central en la agenda de las políticas públicas, mientras la Arquitectura y Urbanismo se volvieron actores y gestores fundamentales del cambio.
Así, las problemáticas que hoy en día vivimos a nivel mundial son los desafíos que las nuevas generaciones de arquitectos han de tener presentes para la creación de entornos urbanos que sean verdaderamente inclusivos, sostenibles y que mejoren la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Las ciudades tienen cada vez más habitantes, un aproximado del 56% de la población mundial (4400 millones de habitantes) vive en áreas metropolitanas, así lo indica el informe World Cities Report 2022 - Envisioning the Future of Cities" del United Nations Human Settlements Programme. Se prevé que este número se duplique para 2050, año en el que 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades.
Esta problemática mundial forma parte de la meta número 11 dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Agenda 2030 de la ONU, “Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” y si bien se han puesto en marcha acciones urbanas con este propósito -lideradas principalmente por países de altos ingresos-, el informe de avance compartido en agosto de este año por el organismo muestra que estamos muy lejos de llegar a un resultado positivo.
Ciudades cada vez más pobladas
América Latina y el Caribe es la región más urbanizada, con 8 de cada 10 habitantes viviendo en las ciudades, y uno de los focos del Foro de Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible 2023 estuvo puesto en la necesidad de enriquecer la planificación del territorio, incrementar la inversión, contrarrestar la segregación y reforzar las instituciones.
En este sentido, es de suma importancia para garantizar la salud de la ciudad que cada vez haya más espacios verdes. En 2015, la Organización Mundial de la Salud recomendaba 9 metros cuadrados por habitante y se hizo público en 2021 que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sólo llegaba a los 5,13 m2 por persona, luego de las obras que se han desarrollado.
El proyecto Calles Verdes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana busca transformar 49 cuadras en 15 barrios de la ciudad, creando 20.000 metros cuadrados de áreas verdes. El proyecto incluye mejoras como la plantación de árboles, zonas de descanso y una mayor iluminación. Esto representa una respuesta a la creciente demanda de espacios verdes y áreas públicas de calidad en la ciudad, sin embargo este plan cubre sólo el 0,1% de las cuadras de CABA, por lo que no es suficiente.
Desafío urbano
Un tema no menor que requiere de planificación urbana es el envejecimiento de la población. Considerando los datos del informe de 2022 del UN-Habitat, en los países desarrollados se registra un notable aumento en la proporción de personas de edad avanzada (+65 años), superando a la franja etaria menor de cinco años. Además, en el continente europeo ya se percibió una disminución en la relación entre la población activa laboralmente (20 a 64 años) y los adultos mayores.
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La gentrificación y la turistificación en las áreas urbanas centrales pueden dificultar la creación de comunidades cálidas y serviciales para las personas mayores, lo que plantea interrogantes sobre si las ciudades son entornos adecuados para el envejecimiento. Por lo tanto, se vuelve imperativo trabajar en pos de que este sector de la población esté incluido en las reformas urbanas, con un enfoque centrado en garantizar la calidad de vida, autonomía e independencia en las personas mayores.
Los datos del Informe Mundial sobre la Discapacidad apuntan que por los menos el 15% de la población tiene algún tipo de discapacidad. En América Latina y el Caribe en especial, este grupo de la población siempre ha tenido dificultades para el libre acceso por la ciudad, hoy en 2023 aún es una problemática que debe ser resuelta para asegurar el derecho a la movilidad de las personas con discapacidad.
Es muy importante que se diseñen ciudades donde este grupo no quede segregado y puedan vivir, transitar y moverse con autonomía. Esta transformación no se limita a la instalación de nuevas rampas; requiere un enfoque integral que aborde la eliminación de barreras arquitectónicas, obstáculos en las calles y sistemas de transporte, especialmente en lugares con gran densidad poblacional, donde esta problemática tiende a quedar en segundo plano.
