El uso de la bicicleta tiene muchos beneficios, mejora la salud y es un medio de transporte económico, eficiente y amigable con el medio ambiente porque no emite gases nocivos ni contaminación sonora. Una de las muestras que nos dejó la pandemia es que cuidar la naturaleza tiene un impacto directo en nuestra salud, aprendimos que para mejorar la calidad del aire que respiramos es fundamental una movilidad sostenible. Y para ello, la bicicleta es el medio de transporte por excelencia.
Sobre este tema, un reporte de la Fundación Aquae recordó que la emergencia del coronavirus golpeó a todo el mundo, afectando a millones de personas y obligándonos a cambiar de hábitos. Ante esta nueva situación en la que se nos presentaron diferentes retos, surgió la necesidad de readaptarse y transformar la manera tradicional de vivir. Un cambio que significó importantes costes humanos y económicos.
Sin embargo, las restricciones de movilidad establecidas como medida para frenar la expansión del virus durante la pandemia, llevó a dar un respiro a las ciudades, reduciendo la contaminación provocada por las emisiones de los coches y fomentando formas de movilidad sostenible, afirma el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Si bien el uso de las dos ruedas se extendió en todo el país, en la ciudad de Buenos Aires se impuso con fuerza durante la pandemia
Según datos de Google Maps del 2021, Argentina se ubicaba en el puesto quince en el mundo y en el tres en América Latina -solo detrás de Brasil y México- cuando se trata de hacer consultas sobre las rutas para cubrir en bicicleta. Buenos Aires era la decimosegunda ciudad en el pedido de indicaciones de navegación en dos ruedas a nivel mundial y la primera de la región. Estos resultados no sorprenden si se tiene en cuenta que, con la pandemia, el uso de la bicicleta creció un 156 por ciento en todo el país y un 177 por ciento en la ciudad de Buenos Aires, según un informe de la agencia Télam.
Un dato que corrobora esa tendencia es que los pedidos de trayectos en Google Maps aumentaron en un 83 por ciento de 2019 a 2020 en el país (el 98 por ciento en CABA), mientras que las consultas por transporte público cayeron a la mitad.
El parque de bicicletas de la Argentina ronda los 8,5 millones y en los primeros meses de la pandemia el stock de rodados prácticamente quedó en cero, superando largamente el promedio anual de ventas de bicicletas: un millón y medio. Esto significa que alrededor del 20 por ciento de la población anda en dos ruedas.
Si bien el uso de las dos ruedas se extendió a todo el país, en la ciudad de Buenos Aires se impuso con más fuerza durante la pandemia. Actualmente hay cerca de 300 kilómetros de bicisendas y unas 400 estaciones de Ecobicis en la capital argentina, pero el fenómeno se extiende mucho más allá.
En febrero, por ejemplo, las autoridades municipales de Gualeguaychú anunciaron la apertura de sobres para la licitación de las obras de construcción de una “interconexión vial oeste” de la ciudad (más conocida como la Circunvalación), que prevé la preparación de bicisendas de losa de hormigón. A fines de enero, por su lado, la municipalidad de la ciudad de Neuquén dijo que se extenderán las bicisendas, con 1.700 metros que se sumarán a los 1.350 inaugurados el año pasado. Y, en Jujuy, un ambicioso proyecto turístico apunta a la creación de una “ciclovía y bicisenda” entre Maimará y Tilcara.
Un buen negocio
Además de socialmente estimulante y buena para la salud, la bicicleta es también un interesante negocio. Un informe de Fortune Business Insight señalaba que el tamaño del mercado mundial de bicicletas marcó 78.330 millones de dólares en el 2021, con una previsión de crecimiento hasta los 82.500 millones en el 2022 y 127.830 millones para el 2029. Según el reporte, la pandemia de coronavirus fue un impulso dramático e inesperado para esta tendencia, con una demanda mucho más alta que las estimaciones previas y un crecimiento del mercado en un 48,6 por ciento en el 2020 en comparación con el 2019.
“A medida que aumenta el número global de personas conscientes de la salud, también aumenta la demanda de bicicletas”, que son “muy utilizadas por la población” para actividades como los viajes desde y hacia sus empleos, el ejercicio y los deportes. “Por lo tanto -continuó-, los fabricantes ofrecen varios tipos o categorías especialmente diseñados para estas aplicaciones para cubrir la mayor base de clientes”, como las bicicletas de montaña, de carretera o híbridas.
Precisamente, un informe de ReportLinker indicó en enero de este año que solamente el mercado de las mountain bikes va a crecer hasta llegar a los 13.800 millones de dólares en el 2027. “En el cambiante panorama comercial posterior al COVID-19, el mercado global de bicicletas de montaña se estimó en 8.900 millones de dólares en el año 2020”, mientras que ahora “se proyecta que alcance un tamaño revisado de 13.800 millones para el 2027”, subiendo a una tasa de crecimiento anual compuesto del 6 por ciento, remarcó el estudio.
El reporte de Fortune Business Insight señaló que, además de las preocupaciones generales por una vida más saludable, “también se espera que las iniciativas gubernamentales para limitar las ventas de vehículos convencionales y promover el uso de transporte ecológico impulsen la adopción de bicicletas para el transporte personal”.
La consultora recordó que, por ejemplo, en junio del 2021 el gobierno de Gran Bretaña anunció su plan de gastar casi 472 millones de dólares para impulsar el uso de bicicletas mediante la construcción de un nuevo carril. “Además, otros países, incluidos Finlandia, Irlanda y Francia, también están tomando iniciativas para desarrollar” ese tipo de infraestructura “y promover el ciclismo en la región”.
Para completar con otro ejemplo, un artículo del portal especializado Bike Biz informó a mediados de este mes de febrero que el gigante japonés de componentes Shimano registró un aumento del 16 por ciento en sus ventas durante el 2022. En su resumen de resultados financieros para el año pasado, la empresa reconoció que el auge del ciclismo que se vivió durante la pandemia de coronavirus “comenzó a mostrar signos de desaceleración”, indicó Bike Biz, “pero que la demanda de bicicletas se mantuvo por encima de los niveles anteriores al COVID-19.