Lo que sucedió el martes en Jujuy es un adelanto de lo que el kirchnerismo planea hacer a nivel nacional desde el 10 de diciembre. Esto evidencia su fracaso como proyecto político y lo muestra impotente ante una sociedad que ya le dijo basta a la extorsión y a la violencia.
Este Gobierno, que está a pocos meses de irse, nos dejará una situación socioeconómica dramática. La inflación, proyectada en un 120% este año, destruye el poder adquisitivo de las familias que ven cómo el dinero se les escurre de las manos mientras los alimentos aumentan a un ritmo del 10% mensual. La pobreza no para de crecer y ya afecta a más del 40% de los argentinos. A esto, se le suman los altos índices de inseguridad que llevan a que nuestra gente tenga miedo de salir a la calle. Toda esta situación genera mucha angustia y dolor.
En este contexto, algunos dirigentes solo están preocupados por ganar las elecciones, cuando la realidad muestra que el desafío es mucho más grande.
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Juntos por el Cambio es la alternativa republicana más competitiva para vencer al kirchnerismo. En este espacio diverso participamos personas de distintos partidos unidas por los mismos valores y un objetivo común: formar un gobierno que tenga la capacidad real de producir los cambios que necesitamos los argentinos para salir adelante.
A Horacio Rodríguez Larreta lo conozco hace muchos años y sé que lo caracterizan la fuerza del hacer, la firmeza y el empuje para concretar proyectos que mejoren el día a día de todos los vecinos. Cuando Horacio me convocó a trabajar por una alternativa de gobierno, prioricé nuestras coincidencias por sobre nuestras diferencias. Nos unen valores comunes como la libertad, el diálogo, la democracia, la vocación de servicio, el trabajo en equipo, y la visión de la educación como principal herramienta para ser libres de construir nuestro propio futuro.
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El mejor líder es aquel que logra observar las demandas sociales e identifica las oportunidades de acuerdo a la realidad de su tiempo. El liderazgo no es un conjunto de cualidades estáticas, sino que cada momento demanda líderes diferentes. Necesitamos un presidente con vocación de diálogo y con capacidad para construir consensos que nos permita llevar adelante las transformaciones que hacen falta en el país.
Por eso, el desafío no es solo ganar las elecciones, sino gobernar y hacerlo bien. La gente está harta de que le mientan, le roben, de que no se reconozca su esfuerzo y de no poder vivir en paz. Estamos frente a una oportunidad histórica, que probablemente sea la última que tengamos los argentinos de revertir años de decadencia.
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Los enemigos que enfrentamos son reales y atacan todos los días. Son la inflación, la pobreza, la inseguridad, la corrupción y la droga. Hay mucho trabajo por hacer y allí deben dirigirse todos nuestros esfuerzos.
Mi compromiso, como presidenta del Consejo Social y líder del partido Más Valores, es trabajar para generar soluciones que le cambien de verdad la vida a la gente y construir bases firmes para que la Argentina crezca.
Estoy convencida de que si nos unimos vamos a poder revertir esta situación y construir juntos el país que soñamos para todos.
