OPINIóN
Cultura empresarial

El intangible

120725_genero_trabajo_mujer_shutterstock_g
Cultura saludable. Ahí las personas se sienten valoradas. | shutterstock

El verdadero valor de una empresa va mucho más allá de los números en sus estados financieros. Aunque es lógico que muchos dueños se concentren en ventas, rentabilidad o Ebitda, hay un activo intangible que puede potenciar (o limitar) ese valor: la cultura.

Este componente tiene impacto directo y medible en el crecimiento, la productividad y la preparación de una organización para enfrentar una transición o salida. En el Exit Planning Institute el capital social es uno de los ejes fundamentales de la Rueda de Valor, usada para diagnosticar el estado integral de una empresa.

* Más allá de lo financiero. Los llamados “intangibles” –cultura, liderazgo o compromiso del equipo– multiplican el valor de una empresa. Cuando se trabajan intencionalmente, los resultados son concretos y sostenibles. Una cultura sólida atrae talento, fideliza clientes, mejora el clima interno y genera confianza en potenciales compradores. Prepara a la empresa para trascender más allá de su fundador.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

* ¿Qué es una cultura contagiosa? No se impone, se construye. Una cultura saludable es aquella donde las personas se sienten valoradas, seguras y parte de algo grande. Se logra con acciones deliberadas: comunicación clara y constante, espacios de participación, liderazgo empático y valores del día a día. Nos podemos preguntar: ¿los valores fueron construidos en conjunto o definidos en una oficina? ¿Tus equipos los conocen? ¿Los comparten? ¿Se premia el comportamiento alineado con esos valores?

* Impacto en la productividad. Cuando una persona siente que pertenece y que puede expresarse, su rendimiento mejora. Cuando la cultura es débil, el compromiso y los resultados caen. Una cultura basada en la rendición de cuentas (accountability), en la colaboración y en la resolución de problemas, genera valor. No es solo lo que se hace, sino cómo se trabaja en conjunto lo que define el desempeño colectivo.

*Atrayendo compradores (o consolidando legados). Un comprador estratégico no solo mira números, también evalúa el fit cultural –grado de compatibilidad entre valores, creencias, formas de trabajo y comportamientos con otra organización–. Busca una empresa que funcione como una “maquinita” capaz de sostenerse sin su fundador. Una cultura sólida reduce el riesgo percibido, facilita la transición y aumenta la valuación del negocio. También es clave en casos de sucesión familiar, venta a socios o transición hacia empleados. Si el negocio tiene una identidad fuerte, será más fácil transferirlo y mantener su esencia.

¿Se puede medir la cultura? Sí. Aunque intangible, se manifiesta en prácticas, comportamientos y resultados. Algunos indicadores para evaluarla y mejorarla: claridad y vivencia de valores compartidos, comunicación interna efectiva, estilo de liderazgo, colaboración entre áreas, agilidad en la toma de decisiones, capacidad de adaptación, reconocimiento y recompensas, balance vida-trabajo, inclusión y diversidad, compromiso, rotación y ausentismo, evaluaciones de desempeño, calidad de las reuniones, cumplimiento de objetivos, existencia de reclamos o conflictos frecuentes. Medir estos elementos nos ofrece una radiografía del estado cultural de tu empresa.

Invertir en la cultura es una de las estrategias más inteligentes para construir una empresa valiosa, transferible y trascendente, donde las personas –y vos mismo– quieran estar. Comencemos a preguntarnos ¿qué tan atractiva es la cultura de mi empresa? ¿Los resultados, en nuestra Rueda de Valor y en el impacto que generemos, serán tangibles y transformadores?

*Consultor especializado en Exit Planning y en aumentar el valor de las empresas. Autor de La reinvención del dueño.