Perú durante los últimos años sufre mucha inestabilidad política porque la Constitución vigente establece la causal de vacancia por incapacidad moral permanente, además de la posibilidad de que el presidente disuelva el Congreso. Las tensiones en el Congreso y el Ejecutivo son muy fuertes.
Todos dicen que ha habido un golpe de Estado en Perú por parte de Pedro Castillo. En sentido estricto eso es cierto, pero lo que ocurrió fue más que eso. Cuando el expresidente anunciaba en vivo, en televisión y en la radio, la disolución del Congreso, también anunciaba la conformación de un nuevo Congreso Constituyente y la intervención del Poder Judicial: los tres poderes del Estado quedaban bajo su absoluto dominio. Es más que un golpe de Estado, porque inclusive en la dictadura de Velasco Alvarado (1968-1975) había un juego en búsqueda del equilibrio, o por lo menos en apariencia. Castillo anunció la intervención del tribunal constitucional, de la Fiscalía, de la Defensoría del Pueblo: se declaró así un dictador al peor estilo de Cuba o Venezuela, con control absoluto de los poderes del Estado y sus instituciones. Por tres horas, Perú fue una Cuba. Ese día fue una montaña rusa y nosotros estabamos en caída.
Su destitución originó una reacción que no es responde al legítimo derecho a la protesta. En Perú hay una reacción criminal de hordas delincuenciales que destruyen la propiedad privada y pública, incendios que limitan el libre tránsito de las personas y atentan contra su vida. Impiden que una persona enferma pueda trasladarse a un hospital. Hay robos, saqueos.
Hay intereses dentro y fuera del país, de regímenes autoritarios, radicales, de recorte de libertades. Dentro de América Latina hay intereses de generar caos. Lo que ocurre en la política de todo el mundo es un movimiento pendular: ante un agotamiento de la izquierda, por el desgaste propio del tiempo, los errores, el péndulo va al otro lado. Pero acá el péndulo se ha ido a los extremos, eso es lo que ha pasado en Latinoamérica. Eso que avanza en Chile, en Colombia, en Argentina, en todas partes, en Perú fue detenido. Y algunos han cometido el grave error, como México, Colombia, Bolivia y Argentina, de no reconocer el gobierno de Boluarte.
*Analista político peruano. Director ejecutivo de la consultora Vox Populi de Perú.
