OPINIóN
Economía

Combo peligroso: inflación, incertidumbre y un gabinete sin rumbo

El Ministro Guzmán insiste en que Argentina reducirá la inflación en 5 puntos respecto al 2020, hace apenas 2 meses dijo que la inflación de octubre sería la más alta del año y no lo fue.

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Martín Guzmán | JUAN OBREGON

Con una precisión casi quirúrgica el Ministro Martín Guzmán adelantó ayer la inflación del mes de diciembre del 4% que sin considerar los productos estacionales y los servicios regulados trepa al 4,9%. Llama la atención, el INDEC por lo general vela por esa información y es conocida por toda la sociedad al mismo tiempo. Pero detengámonos en lo importante, el país vuelve a estar en el top 10 de países con mayor inflación en 2020 acumulando 36,1%.

El pulso de la inflación del 2020 es mejor capturado por lo que sucedió luego del levantamiento del ASPO, la economía navegó al ritmo de un 3,3% mensual en los últimos 5 meses del año, es decir, un 47% anualizado. Los relevamientos que realizamos desde LCG registran que los alimentos y bebidas siguen ya acumulan más de 2% en apenas 2 semanas.

Estamos entrando en un escenario de inflación alta sin un plan anti inflacionario. De la misma manera que se procrastinó ensayar una solución a la situación cambiaria, genera miedo la subestimación en abordar la cuestión de la suba de precios. El Ministro insiste en que Argentina reducirá la inflación en 5 puntos respecto al 2020, hace apenas 2 meses el mismo funcionario dijo que la inflación de octubre sería la más alta del año, no lo fue.

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El país vuelve a estar en el top 10 de países con mayor inflación en 2020 acumulando 36,1%.

Aún con estos yerros, posiblemente Guzmán sea el más consciente del problema, pero apenas anuncia un objetivo de reducir la inflación, ¿quién no puede estar de acuerdo en que debería serlo? Lo que se le pide a las autoridades es cómo va a hacer para mediar entre la realidad y esos objetivos, habitualmente se le llama plan pero el Presidente no cree en ellos.

Así, sin un plan de acción concreto surge un problema grave, desde el gabinete económico se insiste en una inflación del 29% como está previsto en la Ley de Presupuesto Nacional y la mayoría convive con una inflación esperada en torno al 50% como refleja el relevamiento de expectativas del BCRA. Con ese nivel de incertidumbre es imposible un normal desenvolvimiento de la economía. No se pueden fijar contratos a plazos de un año sin que una de las partes pierda, contratos en sentido amplio, desde negociaciones salariales a un simple presupuesto de un servicio o un contrato de alquiler. 

Una aceleración inflacionaria posiblemente deprima nuevamente los salarios reales que con un elevado desempleo apenas podrán actualizarse mirando la inflación pasada. Con recursos ociosos como tiene el país, se necesita generar demanda como dijo la Vice Presidenta en un acto en La Plata sobre fin de año. Esa demanda no vendrá con otro año de caída del poder de compra, no vendrá por la inversión dado que hay capacidad instalada y un nivel elevadísimo de incertidumbre como mencionamos. Debería venir del sector externo, al fin una buena, el mundo juega a nuestro favor, pero las condiciones domésticas y los conflictos que se generan impiden aprovechar ese vientito de cola.

Estamos entrando en un escenario de inflación alta sin un plan anti inflacionario.

Queda traccionar mediante el gasto público, pero se necesita ir a una convergencia fiscal para sanear la macroeconomía, no generar más distorsiones en el lado financiero debido al financiamiento mediante emisión que es la principal fuente del Tesoro y que no es ilimitada, la carta orgánica del BCRA pone límites claros.

Hoy tenemos en común con un zimbawense o con sudanés estar en el top 10 de países con mayor inflación, el resto de los países del mundo abordan la cuestión inflacionaria como se debe. La inflación es la pérdida del valor de la moneda doméstica, cuando suben los precios es la contracara de una degradación de la moneda. Las causas de la inflación son múltiples, pero el fenómeno en sí es monetario. Sin embargo, el BCRA insiste con que en Argentina el problema es la puja distributiva, los salarios explican la inflación, con ese diagnóstico poco ilusiona lograr bajar la inflación y recuperar el poder de compra de los trabajadores. La diputada Vallejos trae un viejo debate acerca de que el problema es que Argentina exporta alimentos y estos suben de precio. Curioso, en el 95% de los países no es así, no somos especiales.

Los canales para reducir la inflación por lo general son varios. El canal costoso es inducir a una recesión que siga deprimiendo la demanda, inviable. El que trae problemas es el del atraso cambiario. El virtuoso es el de la coordinación, para eso se necesita certidumbre, objetivos y un plan de acción que medie la realidad con los objetivos. La coordinación por coerción, es decir controles cada vez más pronunciados solo difiere inflación en el tiempo.