OPINIóN
Análisis

Israel y Palestina: una historia de religiones, reivindicaciones territoriales y ausencia de derecho internacional

Desde el 10 de mayo, el ejército israeslí y las milicias palestinas Hamas y Yihad Islámica se enfrentan dejando como saldo más de una centena de cuerpos sin vidas, principalmente en la franja de Gaza.

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Jerusalem y Haifa, dos de los principales atractivos de Israel. | Weekend

Desde el 10 de mayo, el ejército de Israel y las milicias palestinas Hamas y Yihad Islámica se enfrentan dejando como saldo más de una centena de cuerpos sin vidas, principalmente en la franja de Gaza. Hasta el momento de escribir esta nota, los bombardeos israelíes causaron 115 muertes palestinas (27 menores de edad y 11 mujeres) y la ofensiva de Hamas y la Yihad Islámica causaron ocho muertes israelíes.

Los hechos que motorizaron la nueva escalada comenzaron la noche del 22 de abril, cuando más de cien palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con la policía. Los manifestantes protestaban contra una marcha de ultraderechistas israelíes que se dirigieron hacia la Ciudad Vieja de Jerusalén, en plena festividad sagrada de los musulmanes, al grito de “¡muerte a los árabes!”. También se registraron episodios en los que jóvenes palestinos hostigaban a ultraortodoxos judíos que se dirigían a orar al Muro de los Lamentos. Estas provocaciones cruzadas fueron generando el escenario para que la violencia adquiriera, minuto tras minuto, mayor protagonismo.

Pero la gota que rebalsó el vaso –o que encendió la mecha–, se produjo el lunes pasado, cuando más de 300 palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con la policía tras el rezo en la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar sagrado para el islam. Después de este acontecimiento, milicias palestinas comenzaron a lanzar cohetes hacia Israel. Durante los primeros cuatro días de ofensiva, 1.600 cohetes partieron desde la Franja de Gaza con dirección hacia el centro y sur de Israel.

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El ejército israelí ha reforzado las zonas fronterizas del enclave palestino e interceptó uno de los proyectiles con el escudo defensivo antimisiles Cúpula de Hierro, lo que provocó que se escucharan explosiones en torno a la Ciudad Santa, por primera vez desde 2014.

La aviación ha llevado a cabo operaciones contra las milicias palestinas posicionadas en Gaza. Otro de los factores que dieron como resultado enfrentamientos entre manifestantes y policías, y que contribuyeron con el estado actual del conflicto, fue la amenaza de desalojo que pesa sobre decenas de familias palestinas de Jerusalén que habitan en el distrito de Sheij Yarrah (en la parte boreal de la Ciudad Vieja).

Es preciso decir que el conflicto israelí-palestino es de larga data, pero se potenció después de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 181 (II), que prevé la creación de un Estado árabe y otro judío en los territorios del antiguo Mandato británico de Palestina. A partir de entonces, se sucedieron cuatro guerras. Las mismas tuvieron lugar en 1948, 1956,1967 y 1973. En todas, Israel se impuso militarmente. Las migraciones y refugiados fueron procesos que acompañaron los choques armados y el clima de tensión reinante.

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Se hicieron varios intentos para negociar una solución de dos Estados, lo que implicaría la creación de un Estado de Palestina independiente junto al Estado de Israel, concebido en su origen como un Estado judío. Cisjordania y la Franja de Gaza son territorios señalados por quienes buscan una solución basada en la propuesta “Dos Estados”. No obstante, el Estado árabe nunca se concretó (aunque la Resolución 67/19 de la Asamblea General, aprobada en 2012, acordó la admisión de Palestina como Estado observador no miembro de la Organización).

Cabe señalar que el conflicto no es solo bilateral. Es mucho más complejo, porque desde 2007, en el interior de Palestina, dos facciones se disputan el poder: Fatah (el partido tradicionalmente dominante) y Hamas. Con el triunfo de Hamas en las elecciones parlamentarias de 2006 y su toma de poder en la Franja de Gaza en 2007, el territorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina se divide entre Fatah en Cisjordania y Hamas en la Franja de Gaza.

Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea, Naciones Unidas, y la Liga Árabe son actores importantes en este conflicto. No obstante, ni los Acuerdos de Oslo (1993), ni la Cumbre de Camp David (2000), ni la Hoja de Ruta para la Paz (2002), ni la Iniciativa de Paz Árabe (2002, 2007 y 2017, que proponen la normalización de las relaciones y la firma de tratados de paz entre los países árabes e Israel, a cambio de que Israel abandone los territorios que mantiene ocupados desde 1967), ni las posteriores negociaciones, han podido evitar que la violencia, el horror y la muerte visiten otra vez esta porción territorial de oriente medio.

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Recientemente el gobierno de los Estados Unidos se mostró favorable a celebrar una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre este conflicto, “a principios de la próxima semana”, dijo este jueves el jefe de la diplomacia estadounidense, AntonyBlinken, en una conferencia de prensa. Sucede que los bombardeos cruzados ponen en riesgo la paz y la seguridad internacionales, consagrados en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas.

Funcionarios del gobierno de Israel volvieron a pedir el cese de los ataques con cohetes del grupo terrorista palestino Hamas en territorio israelí y defendieron el derecho de Israel a defenderse (en virtud del art. 51 de la Carta de la ONU, referido a legítima defensa, individual y colectiva). Ahora bien, a la luz del derecho internacional, es prudente hacer el ejercicio de recordar, que, conforme a la doctrina, para el ejercicio del derecho de legítima defensa deben estar presentes los siguientes elementos: peligro inminente, ausencia de provocación, y “proporcionalidad en los medios de defensa”. Este último aspecto se discute, en el mundo académico, sobre el accionar reciente de Israel.

En este contexto, las probabilidades de alcanzar la paz –de manera abrupta, firme y duradera – son escasas, más aún, porque Hamas exige la retirada de las fuerzas israelíes de la Explanada de las Mezquitas como condición para poner fin a las hostilidades, e Israel se muestra decidido a garantizar la seguridad de su población, empleando, también, la fuerza.

*Analista internacional, especializado en Defensa en la Universidad Nacional de Defensa de Washington; Director de Gestión de Gobierno en la Universidad de Belgrano.