En líneas gruesas, usando la antropología económica, la matriz impositiva que se elija utilizar para salir de la pandemia diferirá de acuerdo con la escuela económica que se comulgue. Si se decide inclinar hacia la escuela de los fisiócratas, las medidas deberían tomarse basadas en la existencia de alta productividad agrícola, la libre competencia y el respecto a la propiedad privada. En este caso, la clase favorecida sería la propietaria de la tierra, por ese motivo el esquema tributario que se implemente debería favorecerla.
Si en cambio la salida se intenta por el lado de lo que pensaba Adam Smith, la libertad económica sería dirigida para toda la actividad, no sólo a favor de la que está vinculada con el trabajo de la tierra, como lo pensaba la fisiocracia. Este segundo pensamiento, se basa en respetar los intereses individuales actuando como fuerzas del mercado que permitan, a través de la oferta y la demanda, lograr la armonía social. Para David Ricardo, la salida sería atendiendo a todos los factores de producción, manteniendo el equilibrio entre la renta, el beneficio y el trabajo; sin dejarse de lado los rendimientos decrecientes de la producción agrícola.
Impuestos | 7 claves para poder reducirlos
Si el camino elegido es el basado en las ideas de Marx, introduciéndose un estado de equilibrio entre el capital y el trabajo, con el concepto de plusvalía en el medio, sería impensada la existencia del Impuesto a las Ganancias en los sueldos, que es una medida constante que se aplicó en el país desde la salida de la convertibilidad. En cambio se el camino elegido es el que se basa la teoría marginalista, que introdujo las preferencias individuales -en lugar de prestarle atención al trabajo social que priorizaba el marxismo- y las curvas de oferta, de demanda y el punto de equilibrio se dejará todo para que lo defina el mercado. Otra manera sería utilizando las ideas de Keynes, que aceptaba la intervención del Estado, para empujar la economía y de esa manera poder disminuir el desempleo. Y estos trazos gruesos delinearán el camino tributario a seguir, sabiendo de antemano que en la mesa está sentado el gobierno, que tiene una posición tomada en muchos aspectos y el Fondo Monetario que también la tiene y que seguramente puede no coincidir. El camino delineará la próxima reforma tributaria, como lo hizo el pensamiento del gobierno anterior en las reformas que implementó.
Guzmán se reunió con misión del FMI para comenzar a negociar nuevo acuerdo
Yendo a un extremo, que es defendido por algunos “libertarios” que opinan por ahí, coincide con lo que piensa una parte de la doctrina económica nacida en Perú, encarnada con las ideas de Hernando de Soto, hablar de economía informal es pensar inmediatamente en un problema. Esa actividad económica clandestina está a la vista de todos, pero no se encuentra registrada y en consecuencia no paga impuestos. Al evadir sus obligaciones tributarias privan al Estado de los recursos necesarios para poder atender a las necesidades sociales de la población. Sin embargo, según este autor, esa manera de encarar el tema constituye un error, porque en esos países el problema no es la economía informal, sino que el verdadero inconveniente es el Estado con su intervención exagerada. El costo de la legalidad es tan grande debido a la gran telaraña de regulaciones que están vigentes.
10 situaciones curiosas del Impuesto a las Ganancias en los sueldos
En la misma línea, muchos economistas locales que desfilan por los canales de televisión, le echan la culpa al Estado de ahogar a los contribuyentes con la gran cantidad de impuestos y de regulaciones que se encuentran rigiendo en nuestro país, causas de todos los males en épocas de déficit fiscal. Por ese motivo, proponen achicar al Estado a su mínima expresión, para que la actividad económica fluya libremente, mientras de los que están afuera del sistema no se acuerda nadie. No todos los que circulan por la informalidad son iguales, es necesario hacer una distinción entre los que eligen serlo y con los que la economía expulsó siendo imposible que egresen al camino formal.
En Argentina existen cuatro actores económicos: 1) El sector formal; 2) El sector informal justificado; 3) El sector informal injustificado y 4) el sector Pasivo. Por el formal transitan todos los que contribuyen con sus impuestos sosteniendo al Estado y a todos los actores informales. En contraprestación no reciben del Estado por lo que aportan, ya que deben contratar en el sector privado por su salud, por la educación y por la seguridad. Por el informal circulan actores justificados que no eligen estar ahí, fueron expulsados por la economía y por ese motivo el Estado debe sostenerlos. Tributan por sus consumos a través de alícuotas que no se diferencian de los que más tienen. Hay una gran parte que son informales, también, pero por decisión propia, tienen intención de serlo. Presentan capacidad económica, contribuyen al PBI, pero no pagan los impuestos correspondientes. Aprovechan los bienes públicos y utilizan todos los servicios que brinda el Estado, a pesar de no aportar nada. Cada vez que sale un blanqueo redimen su situación fiscal y siguen adelante con los mismos comportamientos. El Estado aumenta la presión tributaria sobre los formales para cubrir a los que no tributan. Por último están los pasivos, ya han trabajado y aportado en su vida activa; sin embargo, continúan pagando impuestos. Con el avance de la ciencia se les prolonga la vida pero los servicios de atención no avanzan de la misma forma y quedan desatendidos. En las economías subdesarrolladas las familias se deben hacer cargo de ellos, en las economías desarrolladas el Estado los atiende. Cuando la torta es chica para repartir, una solución la podría dar la antigua teoría de las Finanzas Públicas.
Impuestos argentinos: el aporte de cada uno, lo que son y cómo deberían ser
La matriz tributaria que se defina no tendría que ir en sentido inverso al de los siguientes postulados:
- Legalidad: el poder tributario es una facultad inherente al Estado, que tiene que exigir tributos dentro de los límites establecidos por la Constitución, y sólo puede manifestarse por normas legales.
- Igualdad: la finalidad de los impuestos es la de promover el bienestar general. Para cumplir con eso, deben reunir los requisitos de imparcialidad, generalidad y uniformidad, para respetar lo que establece nuestra Constitución.
- Equidad: los tributos, para ser equitativos, no deben violar la propiedad privada.
- Proporcionalidad: los impuestos directos, como el Impuesto a las Ganancias, con tasas progresivas ayudan a gravar en forma diferenciada las distintas categorías de capacidad individual.
- No confiscatoriedad: los impuestos no deben ser confiscatorios, afectando a la propiedad.
- Doble imposición: consiste en cobrar dos o más veces impuestos por el mismo hecho imponible.
Impuesto al Cheque: de transitorio pasó a ser naturalizado. Cuánto paga cada uno
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es la diferencia que existe entre una tasa y un impuesto. El pago de un impuesto se realiza si una contraprestación directa, contribuye a un fin social, no se identifica plenamente con el que lo abona. En cambió una tasa requiere de un servicio prestado, o una contraprestación directa. En este tiempo, en donde los servicios públicos (luz, gas, agua) son esenciales, quizás haya que comenzar a pensar en que sean considerados como impuestos para que los que pueden pagar lo hagan por los que los necesitan y no los pueden afrontar. Una forma de hacerlo es cobrar tarifas diferenciales de acuerdo con la capacidad económica que posea el prestatario, de acuerdo con los ingresos que tiene declarados en la base de datos que poseen la AFIP y ANSES.
El tiempo mostrará el camino tributario elegido, los impuestos son una de las principales herramientas para poder definir la distribución de la riqueza. En los próximos días comienzan las negociaciones con el Fondo Monetario, sería importante no olvidar lo que sucedió en las reuniones anteriores, en que como resultado se empeoraron las cosas. No debería olvidarse que lo que ayudará a promover la actividad económica será desgravar al capital productivo, alcanzando con más impuestos tanto al improductivo como al que es especulativo.