OPINIóN
Vacunas VIP, inflación y más

La peor semana del gobierno nacional

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Eco. El caso de las vacunas vip en Nación y CABA tuvo diferentes repercusiones. | cedoc

Sin duda la peor semana del gobierno nacional. La noticia de mayor carga negativa fue el adelanto de que la actualización de jubilaciones y pensiones será del 8,07% mientras la inflación en igual lapso rondará el 12%. Otros cuatro puntos de poder adquisitivo real perdidos que se suman al 0,5% erogado en el año 2020 con recordemos, una suba de jubilaciones y pensiones mínimas de 35,5% (mientras el resto solo aumentó un 24%) al tiempo que con la vieja fórmula macrista debieran haber trepado un 42%.

Esta persistencia de la modalidad de hacer perder a los ingresos fijos familiares frente a la inflación (los salarios crecieron 33% en 2020 contra 36,1% de la inflación) es uno de los mecanismo que pone un gran paréntesis ya no al crecimiento económico que sucederá aunque más no sea por arrastre ( la caída del PBI en el año 2020 fue de 10%), sino que advierte sobre la posibilidad de que el producto de ese crecimiento se lo apropien “cuatro vivos”, como bien señalara Cristina Kirchner en el estadio Diego Armando Maradona de La Plata en su última intervención pública masiva.

Por otra parte, se conocieron los episodios de vacunas VIP tanto por parte del gobierno nacional como el de la CABA.

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El del gobierno nacional es conocido, fue profusamente difundido por los medios: funcionarios y amigos del gobierno accedieron a las vacunas violando protocolos mientras que el resto de la población, muchos en grave riesgo, aún espera ser vacunada.

Un grave error que ya mereció el pedido de renuncia del ministro Ginés González García por parte del presidente Alberto Ángel Fernández.

Sin embargo, es menos conocido el episodio de intento de privatizar las vacunas por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En efecto, el actual gobierno de CABA ofreció las vacunas a empresas de medicina prepaga que realizaron la inmunización exclusiva de sus asociados residentes en CABA, violando así de manera notoria la equidad en la recepción de las vacunas compradas por el Estado Nacional para todos y todas, sin distinción de ningún tipo.

Para poder recibirla había que ser socio de la prepaga en cuestión, tener cuotas al día y residir en CABA.

Una vergüenza por donde se lo mire, más considerando el altísimo costo de sostener hoy una prepaga, lo que sesga de manera regresiva a los ciudadanos la imposibilidad de acceso a la vacuna.

Para colmo del sesgo social, la obra social PAMI no fue tenida en cuenta para la distribución de la vacuna, la obra social más grande del país con un padrón de afiliados de todas las condiciones sociales – en especial los más vulnerables- quedó al margen del criterio de selección de Larreta y su troupe.

Un verdadero despropósito por parte del gobierno de CABA que sin embargo no trascendió a los medios, en su mayoría cooptados por la pauta publicitaria del gobierno de la ciudad que digita qué publicar y qué callar.  

Como se observa, son todos episodios donde se muestra cabalmente el “espíritu de palacio” de la clase dirigente, que supone que se puede subsistir con $20 mil en el caso de jubilados y pensionados que cobren la jubilación la mínima “actualizada” o, por el contrario, que los derechos de acceso a la vacuna se distribuyan de acuerdo a la proximidad al palacio. Los funcionarios y amigos primero.

Peor aún, cuando el acceso a la vacuna lo define prioritariamente si se dispone o no de recursos suficientes para afrontar una cuota altísima de medicina prepaga, que, en el caso de CABA, habilita el derecho de acceder con privilegios sobre el resto de la población – aún la de mayor riesgo - a la ansiada vacuna contra la covid.

 Disparates que muestran cuán lejos está la clase dirigente del sentir cotidiano del ciudadano “de a pie”, distanciamiento que, en el pasado reciente, debemos recordarlo, fue el sustrato necesario para el despliegue de las crisis sociales, políticas e institucionales que sacudieron al país sin solución de continuidad desde el año 1983 a la fecha cuyo emblema fue el “que se vayan todos” del año 2001.

Esperemos se corrija a tiempo esta vez y la sociedad argentina puede recomenzar un sendero de crecimiento con justicia y equidad, como supo hacerlo en los mejores días de su historia reciente, mejores días que siempre “fueron peronistas”, estimados lectores de PERFIL.

*Director de Consultora Equis.

 

Producción: Silvina Márquez.