El Covid ha reseteado al mundo e invalidado casi todas las recetas de planeamiento económico mundial. Pocas predicciones fueron las que funcionaron, y ante esta situación, cualquiera que mire determinados sucesos que se perfilan para el 2022, debería tomarlo con cautela más que con optimismo, porque no se sabe qué va a pasar.
Todos hablan de bases sólidas de la economía mundial ¿qué puede salir mal si todos dicen que irá bien? En realidad hay muchos factores dando vueltas…la nueva cepa del covid Ómicron, posible estanflación mundial, el aumento del tipo de interés de la FED, caída de Evergrande en China, y sus conflictos con Taiwán, peligro de que los mercados emergentes colapsen, que el Brexit se ponga duro, que el euro tenga un nueva crisis, aumento de los precios de los alimentos…En síntesis, no se puede decir que todo está espléndido.
1. El COVID sigue y sus mutaciones podrían generar más cierres
Sería algo apresurado decir “aquí no ha pasado nada, volvemos todo a la normalidad”. Si las variantes del virus persisten, por más leves que sean, la movilidad nunca llegará al nivel prepandémico, y los sectores de servicios que todavía están muy golpeados no se terminarán de recuperar. Además, los problemas de las cadenas de suministros persistirán más en el tiempo, generando debilidad en la recuperación de los niveles de empleo.
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2. La inflación mundial puede ser un problema…
Nadie sabe cómo quedará la inflación mundial. Pronosticaban una inflación para EE.UU de un 2% y hoy está cerca del 7%. Las variantes del virus pueden ralentizar la movilidad global, generar desincronizaciones nuevas en la cadena de suministros que alteren los precios, que produzcan escasez de trabajadores y que los salarios suban. O bien que existan conflictos por la energía (Rusia y Ucrania) haciendo que los alimentos y la calefacción vayan al alza, alterando los precios relativos. No tiene que pasar necesariamente todo, pero una combinación podría estanflacionar las economías y complicar así a los bancos centrales del mundo.
3. El aumento de la tasa de interés mundial
Cuando la FED sube la tasa de referencia mundial significa problemas para los mercados. Estados Unidos no se fija a quién perjudica o no controlando su economía, y los demás países acompañan al dueño de la pelota. En este punto, los riesgos mundiales son claros: ¿y si los precios de casi todos los índices/activos financieros, que ya son elevados, están en zona de burbuja? Si el aumento es muy brusco se ampliarán los diferenciales crediticios y tendremos una recesión mundial a principios del 2023, con aterrizaje forzoso para los mercados emergentes que padecerían crisis monetarias por la salida de capitales.
4. China en problemas…
La recesión inmobiliaria de Evergrande le pegó fuerte al gran país de Oriente, cierra y abre su economía por temas de Covid, y la escasez de energía la dejó con muy poco crecimiento. De los tres factores mencionados suponemos que dos seguirán su curso (bloqueos por Ómicron y nuevas cepas y caída del sector inmobiliario), y de repetirse en el 2022 un escenario similar, la situación China afectará al mundo entero reduciendo su compra de materias primas al tener menor crecimiento.
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5. Política Europea complicada, Brexit…complicado, geopolítica mundial…complicada.
Política Europea: Hasta ahora todos los líderes que respaldan el proyecto europeo, y las políticas del BCE para mantener tasas bajas, colaboraron para que Europa transite la crisis Covid. Sin embargo, hay posibilidades políticas de que Italia y Francia cambien de rumbo.
Si ganaran los escépticos a las políticas que el BCE viene aplicando, es probable que las economías clave rompan la calma de los mercados de bonos, y ésta afecte la productividad haciendo que Europa entera entre en recesión en el 2022.
Brexit: El fracaso de las negociaciones entre el Reino Unido y la UE sobre el Protocolo de Irlanda del Norte podría generar incertidumbre afectando la inversión, depreciando la libra, e impulsando la desmejora de los ingresos reales.
Geopolítica mundial tensa:
China y Taiwán no están pasando su mejor momento. Cualquier escalada entre ellos podría atraer a otras potencias mundiales, incluido EE. UU. No se llegaría a una guerra de superpotencias, pero ese escenario incluye sanciones que congelarían los lazos entre las dos economías más grandes del mundo, y un colapso en la producción de los semiconductores en Taiwán (cruciales para la producción global de todo, desde teléfonos inteligentes hasta automóviles).
Rusia y Ucrania: El Kremlin ha concentrado tropas cerca de la frontera con el país del este europeo con la excusa de sentirse amenazado por el posible emplazamiento de armamento de la OTAN en su territorio, fronterizo con Rusia, y con un conflicto en curso en las provincias separatistas prorrusas. Ahí se avisora un conflicto en escalada.
Rebotando pero sin salir de la crisis
6. Prudencia fiscal mundial
Todos cortarán los estímulos, salvo excepciones como Japón y China que seguirán haciéndolo en sus economías. Se estima que el retroceso del gasto será en el mundo cerca de un 3% del PBI mundial, que claramente pondrá más lenta la economía global.
Conclusión
Si bien hay 6 factores importantes que pueden afectar la economía global en el 2022, no todos los riesgos son negativos. En el 2020 todos los analistas nos equivocamos, y no acertamos ningún pronóstico. En el 2021 tampoco, ya que hubo recuperaciones que fueron meteóricamente rápidas. Biden podría decidir seguir con una política expansiva del gasto impulsando el crecimiento de EE.UU y así del mundo.
Por otro lado, están las familias a nivel global que cuentan con enormes cantidades de dinero, producto de la frugalidad impuestas por los cierres, y si gastan más rápido de lo esperado es probable que el crecimiento se acelere. China podría promover más las inversiones en energía verde y viviendas accesibles y esto podría apuntalar la inversión privada, etc. Así pues, a pesar de que parece que hay un lindo cóctel para una explosión, podría salir todo al revés y el 2022 ser un buen año. En economía ya sabemos…Teoría es cuando se sabe todo, pero nada funciona, y práctica cuando todo funciona, pero no se sabe cómo.
* Luis Ferraro Lara. Analista Económico.