¿Mujeres en política, para qué? Celebramos la universalidad de los derechos políticos en Argentina conseguidos hace 77 años. Algunos se preguntan para qué tanta lucha para compartir la política, simple: para que las miradas diversas de varones y mujeres esté presente al momento de tomar las decisiones.
El primer gran logro
El 23 de septiembre del año 1947, se promulga en Argentina la ley que consagra los derechos políticos de las mujeres, plenamente. Ahí sí, el voto se iba a hacer universal. Ahí sí empezaba el camino para que la participación política fuera compartida entre varones y mujeres.
Era un compromiso del general Perón, antes de las elecciones y fue la tarea militante de Evita y de tantas mujeres, para que esa lucha que tenía varias décadas coronara con un éxito.
En ese momento ni siquiera había un padrón de las mujeres argentinas. Los varones estaban enrolados para ir al servicio militar. Pero las mujeres no, solamente teníamos la partida de nacimiento.
Después de la ley 13.010 se puso en marcha el Partido Peronista Femenino: en cada rincón de la patria, en cada provincia argentina, las delegadas censistas enviadas por Evita, constituían las unidades básicas del Partido Peronista Femenino para empadronar a todas las mujeres argentinas, para que tuvieran su documento de identidad, que no por casualidad se llamó Libreta Cívica.
Derechos conquistados por las mujeres
El Partido Peronista Femenino, en todos los rincones de la patria, se constituyó en un nexo entre el gobierno y las necesidades de su pueblo. Desde ese año 47 se viene construyendo la participación de mujeres y varones a la par en las decisiones de todos los temas y los asuntos públicos y por supuesto se procure la misma corresponsabilidad en los asuntos privados.
Fue primero el Partido Peronista Femenino, fue en el año 91 la ley de Cupo, que no por casualidad fue impulsada por un gobierno peronista; fue en el año 2001 el 50% para las listas de senadores, ese espacio poblado históricamente por trajes oscuros de varones, al que se incorporaren los colores que las mujeres usamos en nuestras ropas. }Esto ha sido reforzado por lo que se llama la ley de paridad.
En las primeras elecciones en las que participan las mujeres, 1951, la primera -y, por supuesto, única-, en la que participó Evita desde su lecho de enferma, se incorporan al gobierno las primeras mujeres legisladoras. Fueron 8 senadoras y 28 diputadas nacionales. Todas ellas, representaban al peronismo. Todas dejaron huella de su paso por la función pública. Delia Parodi propone, la primera ley para que se regule el trabajo de las empleadas domésticas.
Evita, en su libro La Razón de mi Vida había tomado en consideración el mundo de lo que ocurre dentro de la familia, se refiere a que las mujeres, como los pueblos y las naciones y los gobiernos, si no son económicamente independientes, nadie les reconoce derechos y propone la asignación de un ingreso a la mujer cuando forma un hogar. También afirma que, a veces, parece que las leyes terminaran en la puerta de la casa, mucho antes de que se establezcan las leyes en el mundo y en Argentina en particular, para considerar la violencia de género.
El camino recorrido de entonces para acá, en nuestra democracia accidentada del siglo XX, fue mostrando distintas instancias y momentos en que esos derechos pudieron ser ejercidos.
Hoy a 77 años de la Ley de los Derechos Políticos de las Mujeres, enfrentamos el desafío de afrontar los temas y necesidades que hoy nos movilizan a la par de nuestros compañeros, los varones. Caben las generales de la ley en cuanto a la afectación para nuestras familias y para nuestras empresas de la actividad productiva en la Argentina, la caída de la rentabilidad de los negocios, de los salarios, de los ingresos de los jubilados. La multiplicación de los esfuerzos de las amas de casa para administrar esos escasísimos recursos que se reciben.
La razón y la importancia de la incorporación de las mujeres al mundo de lo público, como la incorporación de los varones al trabajo y a las decisiones en el mundo de la familia y de lo privado, es que incorporan las distintas experiencias con un fin común, que es la comunidad organizada, el cuidado de la familia, la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.
Tienen derechos las mujeres adultas mayores
Este gobierno profundiza la decadencia de los últimos 12 años, por lo que resulta indispensable un gobierno que comparta un proyecto nacional, que reponga, en nuestra patria, la industria, el trabajo, la producción y recupere la reunión de la familia alrededor de una mesa bien nutrida.
Tiene lógica que para hablar de una aspecto específico, muchas veces ocultado como es el trabajo de cuidado y políticas de cuidado, seamos las mujeres las que propongamos su debate cuando celebramos nuestra incorporación plena a la política Argentina. Por eso voy a citar logros y desafíos.
Nuestra experiencia
En los últimos años se ha empezado a discutir sobre el trabajo de cuidado. En esa discusión, la que nunca puede faltar es el ama de casa, porque es el primer pilar de ese debate. Es la persona que en cada familia hace el trabajo que permite que todo funcione. Cuanto más en aquellas familias donde las necesidades básicas no logran cubrirse, también es esa mujer la que hace el milagro de la multiplicación de los sueldos que no alcanzan, de los ingresos que no llegan.
En 1983, en el Sindicato de Amas de Casa -SACRA-, unimos el concepto tan solitario como es el de cada ama de casa, una en cada hogar, con el concepto tan solidario y colectivo que es el de los sindicatos. Orgullosamente amas de casa, nos negamos a que se trate lo doméstico como algo peyorativo, que se ignore y se minimice a las amas de casa.
Fuimos pioneras a nivel mundial de la puesta en discusión sobre lo que hoy se denomina tareas de cuidado y que a nosotros nos gusta llamar trabajo de cuidado y que ya fue detectado por Evita como uno de los roles y tareas más importantes que desarrollamos las mujeres, que sostenemos un hogar, que llevamos adelante una familia y nuestro derecho a salario y jubilación.
En este momento reconocer y reivindicar esa construcción colectiva del derecho a la participación nos recuerda lo dicho por Evita: que cuando las cosas cambien marchan bien se peronista es un derecho y si hay crisis ser peronista es una obligación.
Han pasado 30 años desde que el sindicato de las Amas de Casa, en aquel lejano país que es China, en esas tierras que para nosotros eran desconocidas, en Beijing y en Huairou, fuimos humildemente a contar nuestra experiencia de haber formado en 1983 un sindicato para las Amas de Casa, y nuestra lucha por la jubilación y el salario para las Amas de Casa, del derecho a tener nuestra cobertura de salud para obligarla a nuestra familia, porque somos trabajadoras, desde aquella actuación como pioneras del año 95 a estos 30 años posteriores, todavía hay desafíos principales que debemos abordar.
Logros y desafíos
EUT – Leyes y Mediciones
La primera encuesta de uso del tiempo la hicimos en la Capital Federal en el año 98, desde la legislatura, con el observatorio urbano. Más de 1.500 mujeres, a partir de los 14 años, fueron entrevistadas. Fue una encuesta representativa, conducida por el licenciado Alejandro Rupnik. Se trataba de identificar cómo es la distribución del uso del tiempo de las mujeres, especialmente comparando el trabajo no remunerado con el trabajo remunerado.
Esa medición del año 98 se corroboró después de que aprobáramos por ley, en CABA, en 2003, que las encuestas de uso del tiempo se hicieran periódicamente. En el 2005 la Dirección de Estadística de la ciudad hizo la primera medición oficial; en 2013 con la conducción de Ana Edwin en el INDEC se hizo una encuesta nacional; en el 2019 se aprobó su realización por ley según una iniciativa de la senadora nacional Beatriz Mirkin que se efectivizó en el 2021.
Todas esas mediciones muestran lo mismo, que más del 76% de la actividad doméstica no remunerada es realizada por mujeres, que más del 90% de las mujeres hacen tareas domésticas, que alrededor de un 60% de los varones lo hacen; y que el tiempo que dedica a las mujeres es el doble al que dedican los varones.
No hay diferencia salarial entre mujeres y varones, lo que hay es una diferencia de ingresos porque las mujeres usamos mucho más de nuestro tiempo en el trabajo no remunerado y los varones usan mucho más de su tiempo en el trabajo por el que cobran.
Hacen falta políticas que: reconozcan económicamente el trabajo, promuevan la corresponsabilidad parental, generen servicios comunitarios accesibles y el Registro Federal de Deudores Alimentarios Morosos.
Derechos Previsionales – Moratoria % mujeres
La extraordinaria moratoria previsional encarada por el presidente Néstor Kirchner entre los años 2005 a 2007 permitió que más de 2.500.000 de personas, trabajadores que tenían la edad pero no habían estado registrado en la seguridad social, pudieran jubilarse, y uno de los resultados más significativo de esa enorme ese enorme acceso a los derechos de nuestros mayores lo mostró el hecho de que más del 80% de las personas jubiladas fueron mujeres por eso se le dice jubilación de las amas de casa. Todavía hoy existe una deuda, un desafío para que las amas de casa, en tal condición, tengan derecho a jubilarse
AUH – Percibe la madre
Año 2009 en Argentina un conjunto importante de familias accedieron a prestaciones de la seguridad social, se trata de la denominada Asignación Universal por Hijo. Esa asignación por hijo y por embarazo abarca alrededor de 4.000.000 de chicos y chicas Está destinada a familias que no están incorporadas al trabajo registrado. Como la AUH la cobra la madre, podemos decir que es parte de los logros de los avances de estos años ya que le otorga a esas mujeres un ingreso previsible, mensual y a los niños les asegura escolaridad y controles de salud. Esta decisión se aproxima aquel sueño que Evita expresa en el capítulo una idea de la razón de mi vida.
También podemos decir que hay un desafío y es que TODO el salario familiar por hijo sea percibido por la madre. Hace falta una ley.
Régimen Especial de Trabajo en Casas Particulares - Registración
Desde el año 2013, a 30 años de la recuperación de la democracia, el Congreso Nacional retomó la iniciativa de la diputada peronista Delia Parodi, se aprobó el régimen especial de trabajo en casas particulares que determina los derechos laborales y previsionales de las trabajadoras y los trabajadores empleados domésticos. Desde hace 10 años funciona una comisión nacional para la discusión de las condiciones de trabajo y los salarios.
A este logro todavía le queda el desafío de aumentar el nivel de registración de las trabajadoras. Lo hizo el Programa Registradas durante los años 22 y 23: pero todavía es una asignatura pendiente.
Programa Ellas Hacen
Estuvo destinado a mujeres que fueran madres de 2 o más hijos pequeños que no tuvieran ingreso de trabajo registrado, o que fuera víctimas de violencia doméstica o que sus hijos tuvieran alguna discapacidad. El programa de otorgaba ingreso monetario y la cobertura de salud a través del monotributo social y la asignación universal por hijo; también promovía la participación en cooperativas de trabajo.
Es una asignatura pendiente otorgar un ingreso a las mujeres que crían solas a sus hijos para que puedan hacerlo con la cobertura de sus necesidades básicas.
Leyes y Políticas sobre violencia intrafamiliar y de género – Ley Vigo
A lo largo de estos 30 años se ha incorporado legislación, política y programas para atender la problemática de la violencia intrafamiliar y de género, así como la trata de personas y la obligación de cubrir la atención por parte de las obras sociales sindicales y las empresas privadas de salud.
Es un desafío bregar no sólo porque no haya más femicidios (Ni Una Menos) sino porque no haya más mujeres en el círculo de la violencia (Ni una Más)
Reconocimiento de hijos para el cómputo de la antigüedad en aportes jubilatorios
Desde el año 2022 se incorporó la crianza de hijos (biológicos o adoptivos) en el cómputo de la antigüedad para acceder a los requisitos de la jubilación. Es un desafío incluir también a las mujeres solas a cargo de sus padres jubilados que quedan desamparadas cuando ellos mueren.
Conclusión: las mujeres en la política podemos llevar, a las más altas instancias de las decisiones, los problemas y situaciones cotidianas que puede hacer más felices a nuestra familia.
Pimpi Colombo es la secretaria General del Sindicato de Amas de Casa de la República Argentina