El presidente Raúl Alfonsín asumió con un abrumador respaldo del 72%*, durante una época conocida como la "primavera alfonsinista". Sin embargo, este consenso se vio fracturado con la implementación de la Ley de Punto Final y el posterior fracaso del Plan Austral, lo que llevó a una caída en su apoyo popular, entregando su mandato con tan solo el 39% de aprobación. Un comienzo prometedor, pero un final desafiante.
Carlos Menem, por su parte, asumió con grandes expectativas de poner fin a la hiperinflación y estabilizar la economía. En su primer trimestre cómo presidente tenía una aprobación de gestión en torno al 70%. Luego llegó el golpe del Plan Bonex aunque a la larga logró reducir la inflación y estabilizar la moneda. A pesar de un alto respaldo inicial y una caída posterior, su popularidad se estabilizó en torno al 50% a lo largo de su primer mandato. Todo esto se desmoronó tras su reelección exacerbado por el creciente nivel de desempleo, pobreza y denuncias de corrupción que erosionaron su imagen pública.
Luces y sombras de Néstor Kirchner, a 73 años de su nacimiento
Fernando de la Rúa inició su presidencia, una vez más, con un enorme optimismo comparado solo con la rapidez en la que se convirtió en desilusión. Inició su gestión con un 72% de aprobación y cayó, menos de un año después, en noviembre de 2000, al 28%, luego de que su vicepresidente, Chacho Álvarez, renunciara entre denuncias en el Senado. Llegó a Diciembre del 2001 con un apoyo que apenas llegaba al 10% de la población. El desenlace de su gobierno es ampliamente conocido.
Néstor Kirchner, el convidado de piedra que nadie esperaba, pero sorprendió
La elección del 2003 presentó un sistema político roto en pequeños pedazos. Con pocas expectativas y una magra cosecha electoral, Néstor Kirchner se convirtió en el presidente que nadie esperaba. En sus primeros 60 días de gestión, logró un ascenso meteórico, caracterizados por una serie de anuncios audaces, catapultaron su aprobación por encima del 70%, niveles que mantendría prácticamente hasta el final de su mandato.
La estrategia política de su gobierno logró canalizar nuevas tendencias emergentes en la sociedad; un mayor rol del Estado en la regulación de las relaciones económicas, una negociación de la deuda con el FMI o los acreedores extranjeros, la remoción de los jueces nombrados en la Corte Suprema, entre otras.
Esas son las principales, no únicas, fuentes de su respaldo en la opinión pública. En el último año de su presidencia, sin embargo, su respaldo comenzó a decrecer, siendo la intervención en el INDEC una de las principales acciones negativas, terminando el mandato en torno al 54% de aprobación.
Cuando Cristina Kirchner, asumió la presidencia en 2007, experimentó brevemente una recuperación en la confianza pública (72%). Fue efímero. El conflicto con el campo generó una caída significativa en su apoyo dando inicio a un creciente proceso de polarización de la sociedad argentina.
En el 2009, el gobierno parecía no encontrar piso y cerró con un 29% de aprobación. La posterior recuperación del gobierno en el ciclo 2010-11 es un caso único que requiere ser analizado en detalle.
Cristina Kirchner fue reelecta con el 54% de los votos, retomando una centralidad que no abandonó hasta el final de su siguiente mandato, donde se mantuvo en niveles de aprobación en torno al 45%.
El gobierno de Cambiemos, encabezado por Mauricio Macri, comenzó con altas expectativas y niveles de respaldo sustantivos (70%). Sin embargo, la gestión no logró satisfacer el tamaño de las expectativas que la sociedad había depositado en él.
Gran parte de ese apoyo se evaporó durante el año 2016. Luego estabilizó su gestión en torno al 50% en sus primeros años y dejó el poder con una aprobación de gobierno del 38%.
Las tres lecciones de Néstor Kirchner contra lo "francamente inaceptable"
El presidente Alberto Fernández es uno de los mandatarios que comenzó su gestión con el nivel de apoyo, comparativamente, más bajo (50%). Su idilio con la opinión pública sucedió durante la pandemia. Fernández generó una pausa en la polarización política y tuvo un breve consenso ecuménico ante la crisis. Poco queda de aquellos días.
La aprobación de la gestión de Alberto Fernández hoy se grafica como un largo tobogán, cosechando un respaldo por debajo del 20%.
Mientras que otros presidentes argentinos comenzaron su gobierno con grandes esperanzas, solo para ver cómo su respaldo se desvanecía con el tiempo, Néstor Kirchner logró capturar la atención y la confianza de la ciudadanía en un momento de desilusión generalizada. Su gobierno contó con niveles de popularidad sostenidos durante los 4 años de gestión. Resulta una interesante enseñanza para las campañas que vendrán, generar altas expectativas y grandes ilusiones puede resultar un desafío difícil de satisfacer en el gobierno.
*Fuentes: Banco de datos de IPSA,Ipsos Mora y Araujo y www.executiveapprovaldata.org
*Politólogo, Consultor Político, Director de Pulsar (Universidd de Buenos Aires)