Este jueves 25 de febrero Néstor Kirchner cumpliría 71 años. Fue intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz -tres veces- y presidente de la Nación. Tuvo, además, un fugaz paso por la Cámara de Diputados. Murió de un paro cardiorespiratorio el 27 de octubre de 2010.
Kirchner nació en Río Gallegos y murió en El Calafate. Apodado el “pingüino”, llegó a la Casa Rosada con pocos votos y escasa “fama”, pero ganó respaldo popular rápidamente. Apalancado por el entonces presidente Eduardo Duhalde, Kirchner se quedó con el bastón presidencial porque Carlos Menem desertó en la segunda vuelta.
En la primera, Kirchner había cosechado 22 por ciento de los votos. Pero el trabajo sucio en materia económica lo había hecho Duhalde, al devaluar el peso y rearmar la contención social post estallido de 2001.
Kirchner se granjeó la simpatía general por un combinado de carisma y recuperación económica rápida, discursos altisonantes y medidas disruptivas, como el jury a la Corte Suprema menemista, los juicios contra los genocidas por delitos de lesa humanidad, la unificación latinoamericana con el Mercosur y la Unasur, el pago de la deuda al FMI y la revalorización de la política como instrumento.
En el plano político, Kirchner mostró ser audaz. Sin votos, empujó a la renuncia a los jueces de la Corte menemista, impulsó la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, se alió con los intendentes del Conurbano y en sólo 2 años, se quedó con “el aparato” de Duhalde.
Con Cristina Kirchner como candidata a senadora derrotó a su padrino político y se quedó con todo. En paralelo, amplió el “kirchnerismo” a un sector de la UCR. También puso la piedra fundacional de La Cámpora.
Kirchner organizó a los “radicales K” de la mano de Roberto Porcaro, un dirigente de ese partido, que junto a José Ottavis inició el camino de la “concertación”, que se consagró con Julio Cobos en la fórmula presidencial de 2007, acompañando a Cristina Kirchner.
Durante su presidencia, Néstor Kirchner padeció las consecuencias de los juicios de lesa humanidad, con la desaparición forzada de Jorge Julio López, uno de los testigos clave en el proceso contra el genocida Miguel Etchecolatz.
Kirchner también recuperó la ESMA y la abrió al público. Se instaló allí un museo de la Memoria, algo muy bien valorado por diferentes actores de la política y por la sociedad.
En 2005, antes de las elecciones de medio término, el “pingüino” lideró la cumbre de las Américas, recordada por el rechazo al ALCA, el tratado de libre comercio impulsado por Estados Unidos, con George Bush a la cabeza.
En esa cumbre, en Mar del Plata, hubo discursos muy duros de Kirchner, Lula da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela) contra ese tratado, que no fueron bien recibidos ni por Bush ni por Vicente Fox, entonces presidente de México.
También ese año se produjo la salida forzosa de Roberto Lavagna del ministerio de Economía, tras denunciar, en un discurso ante la Cámara Argentina de la Construcción, sobreprecios en la obra pública.
Más o menos al mismo tiempo otra salida casi forzada fue la de Horacio Rosatti, actual ministro de la Corte Suprema, que se opuso a firmar un contrato para la construcción de cárceles porque consideraba que tenía sobreprecios.
En 2006, hubo otro hito en la política económica del kirchnerismo, cuando el entonces presidente pagó de una sola vez toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), una cifra de 9350 millones de dólares.
En 2007, Néstor Kirchner jugó al misterio con su posible reelección y puso sobre la mesa la chance de que la candidata oficialista fuera Cristina KIrchner: “pingüino o pingüina”, decía.
Al final, Cristina y Cobos fueron los “bendecidos” y se quedaron con la presidencia. Kirchner resolvió “operar” desde una oficina en Puerto Madero. En 2009, Kirchner participó de las candidaturas "testimoniales" y encabezó la lista para diputados nacionales del Frente para la Victoria, la fuerza que él mismo había creado para competir contra Duhalde en 2005. Enfrentó así, junto a varios intendentes y al entonces gobernador Daniel Scioli, a una alianza opositora integrada por Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá. Y perdió.
En paralelo se desarrollaron dos grandes conflictos para el kirchnerismo: el del campo y la lucha con el Grupo Clarín.
El ex presidente empezó a tener problemas de salud. En 2010, cuando la juventud kirchnerista de la mano de Máximo Kirchner, Andrés Larroque, Ottavis y Cabandié, venía creciendo, el expresidente sufrió un problema cardíaco y le hicieron una angioplastía.
A poco de salir del Sanatorio Los Arcos y con expresa recomendación de reposar y alejarse de factores de estrés (tenía también colon irritable), Kirchner desoyó los consejos médicos y participó del acto que esa juventud de La Cámpora hizo en el Luna Park. Se lo notaba pálido y débil.
Poco tiempo después murió en El Calafate, donde junto a Cristina tenía otra residencia.
Pero su presidencia también tuvo un costado oscuro y durante ese período se originaron varias de las causas judiciales por corrupción algunas de las cuales llegaron a condena, otras siguen su curso y muchas otras fueron desestimadas.
Personajes vinculados con causas de corrupción kirchnerista
- Julio de Vido, ministro de obras públicas, cumple prisión domiciliaria y tiene causas por corrupción, además de una condena por la Tragedia de Once.
- José López, que fue su secretario de Obras, pasó a la fama mucho después cuando se lo filmó tirando bolsos a través de un convento.
- Claudio Uberti. El ex titular del Occovi (concesiones viales) fue acusado por cobro de supuestas coimas en su gestión.
- El escándalo del caso Skanska -por la construcción de gasoductos en el Norte- llegó a juicio y uno de los involucrados en la causa era Fulvio Madaro, el titular del Enargas.
- Ricardo Jaime, el secretario de Transporte, que tenía vínculo directo con Kirchner, fue condenado por enriquecimiento ilícito.
- Lázaro Báez, empresario vinculado a él, fue condenado este 24 de febrero a 12 años de prisión por lavado de dinero.
