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Nuevo impuesto: más imposiciones a las Pymes

El oficialismo presentó un proyecto en Cámara de Diputados por el que todas las empresas –partiendo desde las que se encuentran inscriptas como "Medianas Tramo 2", del cuadro Pymes- abonarían un nuevo impuesto equivalente al 15% de la ganancia contable que surge del balance comercial

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El oficialismo presentó un proyecto en Cámara de Diputados por el que todas las empresas –partiendo desde las que se encuentran inscriptas como "Medianas Tramo 2", del cuadro Pymes- abonarían un nuevo impuesto equivalente al 15% de la ganancia contable que surge del balance comercial. Esto es, ajustado por inflación que es aprobado por la asamblea de accionistas.

¿Qué argumentos existen a favor de establecer este nuevo impuesto?

En rigor de verdad, esto no se trataría de un nuevo impuesto, si consideramos los principios filosóficos que impulsan la creación de un impuesto mínimo a nivel mundial, reafirmado por 140 países e impulsado por la OCDE. Más bien se trataría de una “forma de redistribuir la riqueza de las grandes empresas hacia los países en desarrollo”, utilizando como vehículo la renta empresaria.

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Los principios filosóficos que impulsan la creación de un impuesto mínimo a nivel mundial, reafirmado por 140 países e impulsado por la OCDE, consideran que en lugar de un impuesto se trataría de una “forma de redistribuir la riqueza de las grandes empresas hacia los países en desarrollo”, utilizando como vehículo la renta empresaria.

Los argumentos esgrimidos a nivel mundial se basan en las asimetrías que provocan los diferentes incentivos fiscales en la aplicación del impuesto a las rentas. Por lo tanto, aplicando un impuesto mínimo que asegure un 15 % de recaudación sobre las rentas empresarias, se lograría un “equilibrio” fiscal en los distintos países donde se sitúan las grandes empresas.

Para el caso argentino, esos argumentos no serían tan así. Primero porque los incentivos fiscales existentes no están presentes en la totalidad de las empresas y se conceden con beneficio exclusivo para objetivos determinados, como por ejemplo la radicación de empresas en zonas desfavorables (ejemplo, Tierra del Fuego), o bien para actividades que son específicas y cuyo crecimiento se pretende impulsar (sector energético, tecnología, etc.).

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En segundo lugar, las explicaciones que fueron dadas a conocer por funcionarios públicos apuntan principalmente a la aplicación de cómputos de quebrantos y del ajuste por inflación que a su entender no fueron los correctos. Y como medida de que fueron incorrectamente aplicados, utilizan un ratio que mide el impuesto determinado versus el monto de ventas, lo cual claramente no es el modo en que la ley del impuesto a las ganancias ni los principios constitucionales establecen para la determinación de dicho impuesto a la renta. Si bien se argumentan otras razones vinculadas a los incentivos que otorga el país, el foco se puso en el impuesto a las rentas.

En resumen, para Argentina, los niveles de imposición a la renta empresaria son adecuados y en línea con las tasas de los principales países centrales. La falta de un adecuado manejo de los fondos públicos y una economía que se estanca año tras año y sin inversiones del sector privado en cantidad razonable y suficiente, hace que las rentas empresarias sean pobres o negativas. La aplicación de este impuesto no hará más que traer una mayor recesión y desaceleración de nuestra economía.

¿Cómo impactaría en las finanzas de las pymes?

Como ya comentamos, la aplicación de este impuesto en la Argentina, traerá más recesión y desafortunadamente también desalentará la instalación de nuevas industrias.

Ahora, todo depende del texto con el que se termine aprobando esta ley, ya que puede ser que funcione con el viejo esquema del impuesto a la ganancia mínima presunta, o que efectivamente se transforme en un impuesto más para las empresas.

En el primer caso, el valor que se determine del impuesto mínimo global si es inferior al impuesto a las ganancias, no tendrá impacto. De ser al revés, entonces redundará en mayores pérdidas. Y en un país en el cual no existen incentivos a la producción, la imposición de estos esquemas tributarios no auguran mejores resultados para el país.

* Gerente de Impuestos de PGK Consultores