OPINIóN
Coronavirus

Los exitistas de la cuarentena y los profetas del derrumbe económico

Hasta ahora el resultado es exitosísimo. ¿Podemos festejar? Sí, y también preocuparnos, porque la única manera de sostener el éxito es mantenerla.

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Aislamiento social | Aryok Mateus / Pixabay

La cuarentena que vivimos es consecuencia de un informe, de mediados de marzo, del Ministerio de Salud sobre la evolución del coronavirus en países del hemisferio norte. Ahí se presentaban cuatro escenarios posibles: el bueno, el regular, el malo y el muy malo. Se quería evitar que la cantidad de contagiados y de fallecidos se duplicara cada tres días, como ocurrió en China e Irán y estaba ocurriendo en Italia y España. Con ese objetivo se aplicó la cuarentena, para evitar el escenario “muy malo” y tratar de llegar al “regular”, para que el aumento de casos no alcanzara a hacer colapsar al sistema de salud.

¿Cuál es el resultado, hasta ahora? Exitosísimo. En lugar de duplicarse los casos cada tres días, lo hace cada dos semanas; el aumento peligroso del 100% cada tres días ahora es del 14%. Se incorporan equipamientos sanitarios, se construyen nuevos hospitales, se crean centros de internación. Estamos cada día más preparados. Y los hospitales están vacíos. Menos del 10% de las camas de terapia intensiva se ocupan por esta nueva enfermedad y el “pico”, momento de mayor demanda sanitaria, que se esperaba para abril, luego pasó a mayo y ya se piensa en junio. Si todo sigue igual puede ser que no se llegue al punto de desborde ni en pleno invierno. ¿Podemos festejar? Sí, y también preocuparnos, porque la única manera de sostener el éxito de la cuarentena es mantenerla.

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Al mismo tiempo hay un debate abierto, que tomó forma de grieta “salud o economía” y se consolida como una luz de alerta sobre el nivel descendente de la actividad económica. Estas consecuencias están en la raíz de la decisión tomada: a nadie se le escapó que el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio implicaba severos costos económicos.

Igualmente surgieron algunos “profetas del derrumbe económico” que anhelan un incierto arbitraje entre los costos económicos y la cantidad de víctimas, como si estas categorías fuesen intercambiables. Y como si existiera una ciencia o un método que pudiera cuantificarlos. Como contrapartida anuncian, con nutrida adjetivación tremendista, graves complicaciones económicas y sociales.

Y tienen razón, estos profetas del desastre apuestan a ganador, no tienen forma de equivocarse, esto va a ser irremediablemente grave. En lo económico ya está aceptada la recesión y el mayor déficit. En lo sanitario ya hay más de cien muertos (de continuar la tendencia actual tendríamos entre cuatrocientos y ochocientos para mediados de mayo), y los que se salven no se pueden contar.

Así estamos ante una paradoja. Tanto los exitistas de la cuarentena como los profetas del derrumbe tienen razón: La cuarentena debe seguir, los muertos van a aumentar y va a crecer la recesión y la pobreza. Esos serán los hechos, luego cada uno podrá explicarlo o decir “mi enfoque era el correcto” y fortalecer su autoestima.

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Y luego nos quedará colgar el guardapolvos blanco del sanitarista en que todos nos hemos convertido y enfrentar la realidad, con todas sus contradicciones.

 

* Contador Público / Maestrando en Sociología.