El anuncio de la fórmula presidencial Alberto-Cristina es la política que queda en los libros de historia, en la memoria del pueblo. Juntos expresan los sueños y anhelos de una gran parte de la sociedad, a la par de la imperiosa necesidad de construir una amplia coalición de sectores. La unidad social y política es necesaria para ganar las elecciones y para gobernar el país afrontando la difícil situación que nos deja cuatro años de gobierno de Cambiemos: crisis económica, empobrecimiento de nuestro pueblo, y un endeudamiento externo feroz.
Hay que decirlo: mal que nos pese, el próximo no será el gobierno de nuestros sueños, teniendo en cuenta el lugar de dónde partimos. Si uno lo imagina supone ciertas tareas y objetivos: volver al círculo virtuoso de una Argentina orgullosa que genere trabajo y valor agregado frente a la Argentina de la renta y la especulación financiera; recuperar el poder adquisitivo del salario y devolver el plato de comida caliente para todas las familias argentinas.
A su vez, durante estos años hubo dos grandes emergentes sociales que fueron protagonistas en la oposición a las políticas de Cambiemos: el feminismo y las y los trabajadores de la economía popular. Ambos requerirán políticas públicas que les permitan acceder a un piso de derechos. Políticas de protección ante situaciones de violencia de géneros, acceso a derechos laborales y de la seguridad social. También emergen demandas importantes para esta etapa como la protección del medio ambiente, el acceso democrático a la tierra y la vivienda y la creación de circuitos de alimentación que acerquen a productores y consumidores.
En la presentación del libro “Sinceramente”, Cristina advirtió sobre la fragmentación social que hace que una trabajadora que se levanta a las cinco de la mañana en el Conurbano para acudir a su empleo, se queje de otra mujer en similar posición que cobra un subsidio. Esta diferencia de demandas y de expectativas de distintos sectores de trabajadores, a las que alguna vez se refirió Álvaro García Linera, fue el contexto social sobre el cual se produjo la división del peronismo en las elecciones de 2015. Así fue que el conjunto de las y los trabajadores y sectores productivos se vieron perjudicados por el gobierno de Macri. Esta nueva fórmula presidencial se propone reconstruir un destino común para aquello que nunca debió bifurcarse.
Para la generación de la cual formo parte, ésta es una decisión que nos hace creer que hay un nuevo capítulo de peronismo y protagonismo popular esperándonos en el futuro.
(*) Referente del Movimiento Evita en la Ciudad de Buenos Aires, integrante de la Mesa nacional del Movimiento Evita. Secretaria de géneros e igualdad de oportunidades de la UTE. Socióloga y docente.