OPINIóN
Apertura del Museo ÑANDÉ MAC en Corrientes

La cultura nos puede salvar

La cultura es, por sobre todas las cosas, lo opuesto a la violencia. Es el entramado social que intenta acotar toda acción que aspira a desestructurar lo que nos define como humanos.

El beso, de Ricardo Carpani
El beso, de Ricardo Carpani | Cedoc

Cada vez que acontece un acto de barbarie, esas escenas de violencia a las que lamentablemente estamos acostumbrados, que las naturalizamos como parte inevitable de esta sociedad, alguien dice, incluso muchas veces me escuché respondiendo o pensando lo mismo: falta cultura. “Un cacho de cultura”, como decía Clemente, el famoso personaje del querido Caloi.

La cultura es, por sobre todas las cosas, lo opuesto a la violencia. Es el entramado social que intenta acotar toda acción que aspira a desestructurar lo que nos define como humanos. La cultura se opone a la violencia que lastima los cuerpos, las emociones y lo espiritual de cada habitante del planeta. Pero también es una defensa contra todo acto violento que pretende devaluar o destruir nuestra identidad, la sociedad que somos en un tiempo y en un lugar, con una historia que nos constituye, que define nuestro ser.

Breve reflexión de la cultura como salida

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Hace varios años fui invitado a la feria del libro de Corrientes, no solo recorrí esa bella provincia, sino que además me traje algunos aprendizajes y un puñado de bellos amigos. Corrientes cuenta con tradiciones muy arraigadas. Posee una riquísima historia, de gran influencia en la formación de la nacionalidad, su propia música y su propia danza, el chamamé, una población prácticamente bilingüe (el idioma guaraní tiene reconocimiento como lengua oficial junto con el español) y con una idiosincrasia muy característica. La cultura correntina es sólida y peculiar, resultante de un mestizaje que proviene de los primeros tiempos virreinales. Pero, para demostrarnos que no todo es pasado para los correntinos, ha surgido ÑANDÉ MAC (“Nuestro –voz guaraní– Museo de Arte Contemporáneo”).

¿Quiénes somos? ¿Cuál es la verdad latinoamericana? Argentina no es Buenos Aires, debemos colaborar con la descentralización, con el poder retenido en un epicentro, y el arte es una de las vías más regias para alcanzar ese fin, la expansión. Romper así, una vez más, con la historia oficial. Hablar al mundo desde Corrientes, más que en español, en argentino y en guaraní. Interpretar desde lo propio, desde las raíces, lo universal. Un museo que tenga ÑANDÉ MAC como nombre, es hablar desde otras verdades, es ser vidriera y protagonistas y no solo espectadores de lo que sucede o se expone en otras latitudes.

Ciudad de Corrientes
La cultura nos puede salvar: la ciudad de Corrientes albergará al ÑANDÉ MAC (“Nuestro –voz guaraní– Museo de Arte Contemporáneo”).

En Esbozo de una antropología filosófica americana, Rodolfo Kusch nos señala: “El sentido profundo de la cultura está en que ésta puebla de signos y símbolos el mundo. Y que este poblamiento es para lograr un domicilio en el mundo a los efectos de no estar demasiado desnudos y desvalidos en él”. Frente al desvalimiento, la fragilidad y finitud que son nuestra marca de fábrica, el arte resulta una herramienta esencial para rescatar lo más humano, la expresión, ese otro alimento que libera y amplía el horizonte de nuestro ser y deja huellas de lo vivido. Y asentar un sitio para la cultura en Corrientes, en el norte argentino, es establecer otro domicilio, otro hogar para que el arte nos desvele, nos revele y nos rebele ante ideologías que buscan aquietarnos o controlar nuestro ser y sentir.

Fue Luis Niveiro, un correntino radicado en Buenos Aires desde muy joven, artista y coleccionista de arte, quien tomó la iniciativa, con una decisión que sorprende por su desprendimiento y su amor al terruño, y en el año 2017 donó al Gobierno correntino lo más valioso de su colección personal, obras de renombrados artistas nacionales e internacionales, para que con ellas se constituyera el acervo fundacional de dicho museo. Un entusiasta grupo de amigos lo secundó de inmediato. Luego Niveiro realizaría una extensa gira por Latinoamérica, Europa y parte de África para conseguir más donaciones para el acervo, viajes que resultaron harto exitosos. En la actualidad, el patrimonio primigenio del museo cuenta con alrededor de 200 obras, muchas de ellas firmadas por grandes maestros de reconocimiento mundial como Luis Felipe Noé, León Ferrari, Antonio Berni, Marta Minujín, Rufino Tamayo, Carlos Gorriarena, Ricardo Carpani, Rogelio Polesello, Eduardo Mac Entyre, Eduardo Stupía, GyulaKosice, Jorge de la Vega, Josefina Robirosa, Carlos Silva, KennetKemble, KasuyaSakai, Libero Badíi, Marcia Schvartz, Luis Seoane, Miguel Ángel Bengochea, Juan Carlos Lasser, Claudio y Julio Barragán, entre otros nombres.

Las prácticas culturales en la era de la pandemia 

Si nos atenemos al número y a la jerarquía de tales obras, no parece aventurado afirmar que Corrientes tendrá uno de los museos de arte actual más importantes de Sudamérica. A fines del 2017 el proyecto fue presentado al público y a las autoridades por el propio Niveiro y por el arquitecto Gabriel Romero, Presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, máximo organismo del quehacer cultural en la provincia. Y en el 2019 se sancionó y fue promulgada la ley que institucionalizó ÑANDÉ MAC. En abril del 2021, el Presidente del Instituto de Cultura informó que pronto el Gobernador anunciaría la asignación de un edificio de grandes dimensiones a ÑANDÉ MAC, ubicado en la ciudad capital. Ello todavía no ocurrió, pero se espera que ocurra en las próximas semanas.

Estos hechos, acaecidos en una provincia que muchos consideran “atrasada”, lejos de Buenos Aires y sus movidas, nos llevan a reflexionar sobre las relaciones entre tradición y progreso, sobre preservación del pasado y voluntad de superación. En tiempos donde la economía y la salud mental, física y espiritual fueron conmovidas por la pandemia, necesitamos como nunca del arte como medicina sagrada, porque no sólo de pan vive el ser humano. ¿Cómo es posible que ÑANDÉ MAC no tenga aun su edificio? Espero, en mi próximo viaje a Corrientes, juntarme con mis amigos para celebrar la apertura de ese museo, otra conquista, otro sitio donde regocijarnos, sabiendo del poder que el arte ejerce en el alma humana.