OPINIóN
OPINION

Qué impacto puede tener la dolarización de la economía en los impuestos

Los efectos que podrían ocurrir en el plano fiscal en el caso de que se avance con una dolarización.

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Impuestos | Cedoc

Antes de analizar el impacto de la dolarización en los impuestos habría que ver es si la dolarización es completa, es decir, si se elimina el peso como moneda de circulación, o si se habilita una dolarización parcial, en el sentido de que el dólar pase a ser moneda de circulación legal paralela a la del peso.

En este último caso, probablemente los impactos no serían tan altos, porque necesitaríamos tener un coeficiente de conversión, es decir, un tipo de cambio, para convertir pesos a dólares o dólares a pesos y los impuestos podrían seguir liquidándose en pesos, que es lo que uno imagina como lo más lógico que pueda ocurrir.

Los desafíos fiscales aparecen a partir de una dolarización completa, que implica que el peso se elimina como moneda de circulación, porque en este caso también los impuestos tendrían que salir liquidados en moneda dólar.

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Ahora bien, hay algunos impuestos a los que en principio esto no les acarrearía demasiado problema, por ejemplo, los que gravan las operaciones corrientes de liquidación mensual, típicamente, como Ingresos Brutos o el IVA. De manera que, a partir de una determinada fecha, estos impuestos que gravan las ventas podrían liquidarse sin mayores inconvenientes. Algo así también ocurriría con el Impuesto a las Ganancias, donde el período de liquidación es más largo, porque es de un año.

 

 

Sin embargo, donde habría mayores dificultades sería en los casos en que se combinen datos que están en pesos con otros que están en dólares, como son los impuestos que gravan el patrimonio, tal es el caso del Impuesto a los Bienes Personales, donde las bases de liquidación muchas veces son valores de compras, y si fueron adquiridos en pesos, habría que establecer una regla de conversión de ese valor a dólar para poder liquidar el impuesto en dólares. Es decir, que aún así, se necesitaría un coeficiente de conversión, probablemente con una tasa de conversión retroactiva a la fecha de adquisición.

La cuestión de los créditos fiscales

Otra cuestión que debería ser resuelta son todos los créditos fiscales, pagos a cuenta, quebrantos, es decir, todas las cuestiones que deducen el monto del impuesto a pagar, que son montos prepagos o conceptos que atenúan la base, que hayan sido generados previo a la dolarización.

En ese caso también debería establecerse un mecanismo de conversión, seguramente con una tabla del tipo de cambio. Los problemas que aparecen por supuesto es a raíz de qué dólar se toma en cuenta, el oficial, el dólar de contado con Liqui.

Hay ciertos saldos a favor donde no es tan fácil determinar la de las partidas mes a mes, pero deberían establecerse reglas, porque de otro modo pasaríamos a perder mucho valor y surgirían muchos reclamos por todas estas cuestiones.

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No tengo dudas de que cualquiera sea la metodología de dolarización que se aplique, deba venir acompañada de una adecuación en todas las normas impositivas. Cómo se convierten los pesos a dólares y bajo qué criterio, a fin de poder tener reglas claras, equitativas y en lo posible justas.

Por último, pensar en una dolarización completa, al menos en mi opinión, es un poco lejana dado que la clase política en general no parece muy convencida de la importancia de mantener equilibrios fiscales y seguir gastando más de lo que se ingresa, como si eso fuera sostenible en el tiempo, aunque la realidad económica nos demostró que no lo es, y que los daños están a la vista.

Hoy tenemos luego de mucho tiempo un Gobierno convencido de que el equilibrio fiscal es la piedra fundamental para poder avanzar en cualquier programa de progreso de nuestro país, pero vemos que ni siquiera en este punto hay un convencimiento generalizado de toda la clase política. 

Finalmente, aún cuando se dolarice me imagino a todas las provincias emitiendo cuasi monedas como patacones, bonos de liquidación o el nombre que quieran ponerle, lo que muy probablemente termine arruinando el plan inicial.

En resumen, soy muy escéptico respecto a la posibilidad de la dolarización, sobre todo, por esta falta de convicción de la clase política en cuanto a la importancia del equilibrio fiscal. Dicho consenso en esa dirección haría que pierda razón la dolarización porque el peso se estabilizaría normalmente y se eliminaría la inflación, con lo cual no sería necesario usar el dólar como moneda de cambio.

* Tributarista y socio de La Vista Casal