OPINIóN
Guerra en Ucrania

“Rusia tiene obligaciones morales e históricas con los compatriotas que viven en Donbass”

El Embajador ruso repasa la historia que unió a su país con el Estado de Europa Oriental, ex integrante de la URSS. “Si la liberación no se logra mediante la diplomacia, hay que usar la fuerza”, sostiene, y lo compara con los rehenes argentinos que fueron rescatados durante el conflicto palestino-israelí.

Donbass, región de Ucrania
Mineros en la región de Donbass, óleo de Nikolay Kasatkin (1894) | Cedoc Perfil

Más de una vez en los últimos años he tenido que comentar la situación en torno a Ucrania. Entiendo que no es fácil comprender lo que sucede a 13 mil kilómetros de Buenos Aires. Tanto más, si su fuente de información es “mainstream” mediático, cuya tarea no es informar al público, sino impulsar una agenda. No es de sorprender que mucha gente honesta en Argentina tiene una visión bastante tendenciosa sobre los verdaderos motivos de las acciones de Rusia.

Ucrania es un país complejo, compuesto por diferentes partes. Para empezar, nunca existió como Estado independiente excepto las últimas tres décadas. La propia denominación "Ucrania" proviene de la palabra "periferia" o "franja fronteriza". Así llamaron originalmente el territorio sin fronteras definidas de por medio de la civilización ortodoxa rusa y la católica europea, que en el pasado era parte de varias entidades estatales y, por ende, experimentaba diversas influencias culturales. 

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Otra cuestión son las fronteras de la Ucrania contemporánea, que fueron  establecidas en el marco de la URSS e incluían las tierras del Donbass, originalmente habitadas por el pueblo ruso. En 1991, al declarar su independencia, el país abandonó la Unión Soviética. Pero los rusos que viven allí no han dejado de ser ellos mismos, simplemente porque adquirieron la ciudadanía ucraniana. Al principio nadie vio ningún problema ya que la Constitución de Ucrania garantizaba plenos derechos a todas las “minorías nacionales” que vivían allí, incluidos los rusos.

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La situación cambió drásticamente en 2014, tras el golpe de Estado en Kiev. Al llegar al poder, los golpistas iniciaron la adopción de las leyes que discriminaban a los rusos y finalmente comenzaron operaciones militares a gran escala contra ellos. Estas operaciones tenían todos los signos de genocidio.

Digan lo que digan pero Rusia no está interesada en territorios ucranianos. Al mismo tiempo tenemos obligaciones morales e históricas ante nuestros compatriotas que viven allí. Así como Buenas Aires no puede dejar de sentir su responsabilidad por los ciudadanos argentinos que se encontraron rehenes de la escalada del conflicto palestino-israelí. Aun si viven en Israel, pagan impuestos allí y sirven en el ejército israelí. Pero este no les hace ajenos para Argentina. A propósito, recientemente pudieron liberar a dos argentinos capturados por Hamas, pero sólo mediante la fuerza.

Al comenzar la Operación Militar Especial, Rusia se guió principalmente por consideraciones humanitarias: la protección de los compatriotas en Ucrania que se convirtieron en rehenes de la junta criminal de Kiev. En ese momento, se habían agotado todas las posibilidades políticas y diplomáticas para un acuerdo.

"Digan lo que digan pero Rusia no está interesada en territorios ucranianos. Rusia se guió por consideraciones humanitarias"

Inmediatamente después del inicio de la Operación, Ucrania intentó tomar represalias legales contra Rusia presentando una denuncia ante la Corte Internacional de la ONU. 

Sin embargo, casi todas sus acusaciones contra nuestro país fracasaron. Los jueces se negaron fundamentalmente a reconocer a Rusia como un “país agresor” y a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk como “organizaciones terroristas”. 

Particularmente cínico fue el intento del régimen de Kiev de presentar la entrega de ayuda humanitaria a las ciudades de Donbass, que sufrían constantes bombardeos y bloqueo económico, como patrocinio de organizaciones terroristas. También fueron declaradas infundadas las exigencias de compensación a favor de la parte ucraniana con la satisfacción de las cuales contaba Kiev. 

Ahora la propia junta tendrá que rendir cuentas ante el Tribunal por sus acciones tomadas en violación de los acuerdos de Minsk aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la resolución pacífica del conflicto entre ella y las Repúblicas de Donbass.

* Embajador de Rusia en Argentina