La malnutrición y la obesidad constituyen un problema grave de salud pública que ha adquirido características de pandemia por el incremento sostenido que viene reflejando año a año.
De acuerdo a la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud presentada en el año 2019 por la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y UNICEF, en Argentina el 41,1% de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años presenta exceso de peso, mientras que esta problemática afecta al 67,9% de las personas mayores de 18 años.
Un avance para la ley de etiquetado frontal: pasará por menos comisiones en Diputados
En Argentina la malnutrición por exceso de peso es el problema más frecuente entre la población infantil y adolescente que se atiende en el sistema público. Estos datos confirman un cambio a nivel mundial: se ha reducido la forma clásica de desnutrición con bajo peso y ha aumentado la malnutrición con exceso de peso.
Atender esta problemática es crucial, en especial en la etapa inicial, cuando se generan hábitos que impactan en la vida de las personas y, consecuentemente, en el desarrollo de un país. No solo porque el acceso a una alimentación saludable es un derecho, sino por las consecuencias que trae aparejadas, como mayor predisposición a diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Numerosos estudios evidencian una relación directa entre la obesidad y el consumo de productos ultra procesados (con menos nutrientes, gran cantidad de azúcar, sodio y grasas). Cambiaron los patrones y se dejaron de consumir alimentos saludables como frutas y verduras. Hoy vemos que la elección de productos no saludables se ve influenciada por la falta de información nutricional, los bajos precios y promociones atractivas que utilizan para su comercialización.
A pesar de que el problema necesita un abordaje multidisciplinario -que incluya acciones educativas y comunicacionales-, es clave establecer regulaciones sobre los productos que garanticen a la población el acceso a una alimentación saludable, nutritiva y suficiente, en particular para los grupos más vulnerables. Debe ser prioritario promover y garantizar una vida sana.
Etiquetado: denuncian que empresas buscan frenarlo
En este sentido, se viene hablando desde hace tiempo sobre la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, recientemente aprobada por el Senado de la Nación y ahora en estudio en la Cámara de Diputados. Este sistema, aplicado en diversos países con buenos resultados, le permite a la población saber efectivamente lo que está consumiendo.
Hoy en día es prácticamente imposible entender cómo está elaborado un producto o cuáles son sus ingredientes, saber si es saludable o apto para personas con algún problema de salud (diabetes, hipertensión, intolerancia alimentaria, etc.). Exigir que se incluyan advertencias claras en el frente de los envases que permitan a toda la población comprender de manera sencilla, visible y rápida qué está consumiendo es parte de la lucha contra la malnutrición y la obesidad.
Está comprobado que en aquellos países con regulaciones alimentarias más estrictas y una población informada, las empresas alimentarias han comenzado a elaborar productos más saludables ¿Por qué no exigir mejores alimentos también para la población de nuestro país?
* Silke Arndt. Defensora del Pueblo Adjunta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.