La población mundial superará los 9.700 millones de personas en 2050 y la producción de alimentos deberá incrementarse en un 70%. La nueva economía basada en las tecnologías de la información y la descarbonización de la energía requieren minerales que aumentan su valor. Al mismo tiempo, la salud, la educación, el transporte, las comunicaciones y, en general, la producción de bienes y servicios dependen cada vez más de la minería.
Nuestros recursos no son ilimitados, y cada vez somos más vulnerables a los impactos de inundaciones, tormentas severas, sequías e incendios, y todo parece acelerarse. Es por ello que cuarenta referentes ambientales de distintos ámbitos difundieron recientemente un documento en el que advierten que la dirigencia política, empresarial y gremial presta escasa atención a la agenda de la sostenibilidad, que será determinante para la recuperación y el desarrollo global en las próximas décadas.
Los firmantes hacen un llamado a considerar el valor clave y estratégico que implica hoy la integración de una dimensión ambiental racional en las decisiones que se adoptan. En uno de los fragmentos del documento (publicado en el sitio www.agendapendiente.net) se destaca: “Si queremos exportar más, tendremos que adaptarnos rápidamente a una nueva realidad: la agenda ambiental moldeará la economía global durante los próximos años. Para integrarnos, se deberán medir factores clave como la deforestación, la sobrepesca y sus efectos ecosistémicos asociados para poder ofrecer productos que garanticen sostenibilidad, trazabilidad y transparencia”.
Si bien se estima que, para mediados de siglo, se crearán miles de nuevos empleos asociados a la nueva economía signada por la transición a un mundo de cero emisiones, otros varios sectores sufrirán pérdida de empleos. Así como ha ocurrido con el avance tecnológico, el nuevo contexto creará oportunidades a la vez que eliminará, reducirá y transformará la realidad de modelos de negocios y sus cadenas de valor, por lo que la dirigencia política deberá involucrarse fuertemente para poder planificar y generar una transición justa y socialmente equilibrada.
El equipo de expertos hace recomendaciones para que el desarrollo nacional sea verdaderamente sostenible, afirmando que “la finitud de los recursos naturales requiere cada vez más eficiencia en su administración” y que se necesitan diversas políticas sectoriales específicas que abarquen desde la energía hasta los residuos.
Los firmantes reclaman que la política climática pase a ser el eje rector que defina las condiciones para el desarrollo de los diferentes sectores de la economía y piden crear un plan de adaptación a la crisis climática a través del cual cada provincia, cada jurisdicción, deba prepararse para proteger sus recursos y especialmente a sus ciudadanos. “Hoy estamos frente a cuatro crisis: la pandémica o pospandémica, la económico-social argentina, la del nuevo contexto geopolítico global y la ambiental, que es climática y de biodiversidad. Sin sostenibilidad ambiental no hay salida: solo habrá crisis cada vez más graves”, concluyeron, e invitan a la ciudadanía a sumar su participación mediante la adhesión y la divulgación en redes sociales con el hashtag #AgendaPendiente.
Especialmente en el actual contexto, una política ambiental debería ser considerada una política de desarrollo, y no una barrera. Dependerá del rol que asumamos individualmente y como nación si el futuro nos enfrentará a más oportunidades que amenazas, o viceversa.
* Ingeniero, especialista en estrategias, innovación y transformación digital, autor del libro Inspiración extrema, conferencista.