#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro.
—Si Randazzo hubiese aceptado ser candidato a gobernador, ¿Usted sería presidente? ¿Le parece que, en ese caso, él privilegió intereses personales sobre los del partido?
—Eso sería simplificar, poner la culpa en otro o en otros. Yo asumo toda la responsabilidad. Las cosas se dieron de esa manera, con una propuesta de cambio que penetró en la sociedad con mucha expectativa y que generó la confianza necesaria para probar este cambio que surgió luego, con Macri presidente y Vidal gobernadora. Uno lo puede ver en otros contextos, por ejemplo en Estados Unidos: con toda la popularidad de la familia Obama y la familia Clinton juntas, no pudieron con un Trump que también venía, a su manera, a proponer un cambio. La gente evaluará y ahora, en octubre, tendrá la oportunidad de analizar si ese cambio fue para bien. En ese momento las candidaturas se definieron con procesos internos, abiertos, para todos los que podían participar.
—¿Hubiera sido mejor que se hubieran hecho unas PASO, como planteaba Randazzo? ¿Hubiera salido más fortalecida su candidatura?
—Estaban abiertas a todos los que se querían inscribir. La lectura que se le dio en ese momento era que se cerraba una fórmula presidencial que integraba y abarcaba la mayor cantidad de espacio. Pero si alguno tenía la vocación, podía participar sin inconvenientes. No creo que sea momento de pensar que por esa circunstancia se podría haber afectado el resultado. Sería poner la culpa en otro.
—Usted cree que era inmodificable. ¿Cree que había una ola de cambio muy marcada en la sociedad?
—Había una voluntad de cambio y promesas que luego fueron incumplidas. Hoy la gente lo percibe. Avanzaron sobre sus derechos, el salario se deterioró y en esta situación uno de los principales sectores afectados es la clase media. Les prometieron no aumentar las tarifas, que iban a eximir del pago de impuesto a las ganancias a los trabajadores, que iban a aplicar el 82% móvil, que seguía el fútbol gratis. Podría seguir enumerando, en el famoso debate que tuvimos cara a cara está muy claro. Pero hicieron una campaña profesional, muy ordenada, disciplinada, con un polémico Durán Barba, que te puede gustar o no, pero uno no puede quitarle los méritos porque evidentemente el hombre tiene una gran habilidad para organizar en base a los estudios de opinión que hace, diciéndole a la gente lo que la gente quiere escuchar, lo que necesitaba en ese momento. A la gente, en ese momento, le decían: lo que tenés te lo respeto y sobre esto vas a estar mejor. Eso fue lo que generó el triunfo de Cambiemos.
—La diferencia terminó siendo pequeña.
—Muy pequeña.
—¿Si no hubiera sido Aníbal Fernández candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, ¿su resultado hubiera sido diferente? ¿Cuánto lo afectó la candidatura de Aníbal?
—Otra vez sería simplificar o poner la responsabilidad en un candidato a gobernador cuando estoy convencido que cualquiera de los dos, Julián o Aníbal, con su experiencia y su conocimiento de la provincia, hubiesen hecho un buen trabajo. Como yo, siendo presidente y conociendo la provincia de Buenos Aires, hubiese colaborado con la gobernadora Vidal para seguir avanzando en cambiar la provincia, en solucionarle su problema estructural.
—Eso, en el caso que usted hubiera sido electo presidente, y ella gobernadora.
—Ninguna duda. Había un compromiso que hice público, para actualizar la coparticipación, lo del fondo conurbano, que es una discusión de estas horas. Creo que es necesario un gran acuerdo federal, de las provincias y la provincia de Buenos Aires. Una reforma fiscal con la Nación que cumpla el mandato pendiente de la Constitución del 94, una nueva ley de coparticipación.
—Está de acuerdo con lo que plantea Vidal.
—Lo tenía en mi agenda. Pero estoy de acuerdo, también, con lo que plantean los gobernadores. No pueden trasladarse recursos a la provincia de Buenos Aires, que los necesita, que es justo que lo reclame. Ese reclamo yo también lo hice. Fue muy conflictiva esa discusión cuando la planteé, porque había llevado a la provincia al máximo esfuerzo de la recaudación fiscal propia, gravando sectores que eran intocables. Me acuerdo las telefónicas, los pools de siembra, los cables, el juego. Hay que solucionar el problema estructural. El fondo del conurbano quedó congelado y lo que recibe la provincia por coparticipación es la mitad de lo que aporta. Pero la cuenta hay que hacerla completa, porque también la Nación se hacía cargo, como se hace cargo ahora de muchas transferencias o inversiones. Entonces, o lo paga la provincia o lo paga la Nación, a cuenta. Yo lo veía, en el caso de ser presidente, como un tema central, como política de Estado: un gran acuerdo entre las provincias y la Nación.
—¿Cómo sería? ¿Saldría entonces del Presupuesto Nacional y no del resto de las provincias?
—Esto va de la mano una reforma fiscal.
—Aumentaría la coparticipación.
—Sería una simplificación decir: “Bueno, a las provincias no las tocamos, a la provincia de Buenos Aires tampoco y que la Nación se haga cargo”. Yo, por el hecho de que haya una campaña electoral, no voy a estar diciendo cualquier cosa para ganar un voto más, lo digo sinceramente. Si hubiese sido presidente, hubiese planteado eso. Hay una superposición de impuestos por tasas municipales, por ingresos brutos, por impuestos nacionales. Es importante llevar adelante una gran discusión de todo este sistema porque eso hace también a la competitividad, tan necesaria en estos momentos, de los sectores productivos.
—¿El dinero que la Nación recauda de las provincias tendría que disminuir para que ellas, en su conjunto, no queden afectadas por el aumento de recursos que tendría la provincia de Buenos Aires?
—Si a la provincia de Buenos Aires se le dan los recursos, que son justos que los tenga pues se le quitaron vía coparticipación o vía fondo conurbano que quedó congelado, las provincias, por la situación compleja que viven las provincias y por las perspectivas que hay de que sean el próximo paso en la variable de ajuste, se quedan sin margen para ceder. Entonces, voy a la Nación. ¿Y la Nación qué problema tiene? Un déficit fiscal muy severo cubierto con endeudamiento, y una situación compleja en el Banco Central con una masa de emisión de Lebac que supera la base monetaria. En todos estos temas, ¿Dónde tenemos que ir? A la solución de fondo. Crecer, más mercado interno, recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores que se ha deteriorado en un 8 o 10%, las jubilaciones en un 6% y también la Asignación Universal por Hijo. De la mano del crecimiento, y esto llevado a una familia o a usted como empresario, o aumentamos los ingresos o bajamos los gastos. Porque si no, bajando los gastos, si uno lo financia con endeudamiento, llegará un momento en el que habrá granes condicionamientos de los acreedores. Esa es mi mayor preocupación en la etapa más severa del ajuste que podemos tener por delante si no hay un cambio de política económica. Este tema que pone hoy en tensión a la provincia de Buenos Aires con las provincias y con la Nación, podría superarse más fácilmente si tuviésemos una economía en expansión. Pero tenemos una economía que no está en expansión.
—¿Usted plantea un pacto fiscal que, a partir de un futuro crecimiento, distribuya de manera diferente entre la Nación, las provincias y, dentro de las provincias, la provincia de Buenos Aires?
—Sí. Con una reforma fiscal también necesaria, progresiva, no regresiva Porque hay una superposición entre tasas municipales, impuestos provinciales, impuestos nacionales…
—El Estado Nacional tendría que ir recibiendo progresivamente menos y los Estados provinciales tendrían que ir recibiendo progresivamente más.
—Mayor federalismo, así es. Con una mirada especial hacia la provincia de Buenos Aires que tiene este problema estructural. Pero la Nación, cuando sincere la situación, dirá: “De esto que me hice cargo yo, ahora hágase cargo usted”.
Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia acá.