Los dos hermanitos desaparecidos, hijos de la pareja asesinada en Campana, aparecieron muertos en un arroyo a seis kilómetros de distancia del lugar en donde fueron encontrados sin vida sus padres.
Los cuerpos de Milagros, de ocho años, y Agustín, de once, fueron hallados alrededor de las 2.00 en el kilómetro 66,600 de la autopista Panamericana, luego de un intenso rastrillaje de los investigadores del cual participó también el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli.
Los cadáveres de Agustín y Milagros estaban atados, cubiertos con trapos y piedras, y se cree que los niños fueron asesinados a golpes en la cabeza.
Según trascendió, el tercer detenido, sospechado de participar del crimen, habría confesado que los cuerpos de los chicos se encontraban en un zanjón de esa localidad bonaerense, cerca del lugar donde fueron hallados los cadáveres de sus papás. Aunque a las 22 de ayer se decretó el final de búsqueda para esa jornada, horas después trascendió el hallazgo.
En ese momento se confirmó la identidad de los cuerpos. Se trata de los hijos de Marcelo Mansilla y Sandra Rabago. Todos habían desaparecido el mismo día, auque los restos del matrimonio fueron encontrados el miércoles último a la vera de la Panamericana. En ese momento no se supo nada de los menores, hasta que esta madrugada fueron hallados sin vida.
Al parecer, el tercer detenido por el asesinato, Cristian Fernández, hijo del principal imputado del hecho, habría confesado que los niños también fueron asesinados.
Al entregarse ayer por la tarde en la Subdelegación Departamental de Investigaciones de José C. Paz, Fernández - de 23 años- habría asegurado que los chicos también habían sido asesinados y que el múltiple crimen habría sido por una " venganza personal". Además, habría señalado el lugar donde, según su versión, habrían sido enterrados los cuerpos: el área de los kilómetros 59 a 65 de la Panamericana.
Tras la declaración, efectivos policiales comenzaron un rastrillaje en la de Panamericana, en el norte del conurbano y en Glew -en el sur- con la utilización de perros de rastreo especialmente adiestrados y personal de Policía Científica.
Fernández había escapado cuando la policía allanaba la casa donde fue detenido su padre, Angel Fernández Rosales, de 43 años, situada en la calle Quiroga y Velázquez de José C. Paz.