En un resort de la ciudad costera de Mazatlán y sin disparar una sola bala. Así capturaron ayer en México a Joaquín “el Chapo” Guzmán, el narcotraficante más buscando del mundo, al que algunos bautizaron el Pablo Escobar mexicano.
Poco después del mediodía, comenzó a circular con fuerza el rumor de la detención del líder del Cartel de Sinaloa, información que fue confirmada horas más tarde por el presidente Enrique Peña Nieto en Twitter. El mandatario mexicano dijo que para la captura del capo narco por el que Estados Unidos ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares “fue determinante” el trabajo coordinado de las autoridades mexicanas.
La primera imagen de la captura fue difundida por The New York Times. Guzmán aparecía rodeado por agentes de la Marina, sin camisa y con bigotes. Una apariencia muy diferente a las imágenes que fueron difundidas por Interpol y DEA cuando escapó de un penal de máxima seguridad en enero de 2001. A los 56 años, el Chapo luce delgado y algo avejentado.
Las dudas sobre su identidad fueron despejadas por el procurador general de la República de México, Jesús Murillo Karam, en una conferencia de prensa: “Fue identificado al cien por ciento”, anunció el fiscal a los reporteros que pudieron retratar al capo narco esposado, cuando era trasladado hacia un helicóptero que lo llevaría a su lugar de detención, un penal que no fue precisado. Murillo indicó que la operación ha derivado hasta ahora en el decomiso de 97 armas largas y 36 cortas, un lanzagranadas, dos lanzacohetes, 16 casas y cuatro ranchos, entre otros bienes.
El Chapo fue detenido por miembros de la Marina a las 6.40 del país azteca junto con un colaborador tras “una operación trabajada durante varios meses”, indicó el fiscal. Las autoridades mexicanas contaron con la “colaboración plena de las agencias de Estados Unidos”, apuntó Murillo, quien detalló que la operación tuvo momentos definitivos en el último mes.
“Entre el 13 y el 17 febrero fueron localizados algunos domicilios en los que acostumbraba estar” en Mazatlán, puerto mexicano en el Pacífico, pero la detención se dificultó porque estaban conectados con otras casas por medio de túneles y por el sistema de drenaje.
En una ocasión, las puertas reforzadas de acero en una de las casas donde Guzmán había sido detectado hizo que las fuerzas federales tardaran en abrirla, lo que permitió que el capo escapara.
El funcionario indicó que después “hubo varios momentos en que pudo ser aprehendido”, pero “la prudencia” los llevó a evitar la detención en “un lugar donde pudiera ser afectada la ciudadanía”.
Señaló que esperaron el momento más adecuado, lo que ocurrió esta mañana, cuando los agentes de la Marina concretaron la captura con una “enorme eficiencia”.
La agencia EFE indicó que el gobierno mexicano ya ha detenido 75 de los 122 líderes criminales considerados objetivos prioritarios desde que se inició la administración de Enrique Peña Nieto .
El Chapo lideraba el Cartel de Sinaloa, una organización poderosa y sangrienta que opera en toda el área del Pacífico, desde Guatemala hasta Baja California. Es la organización con mayores lazos con los narcos colombianos y son líderes en el tráfico de metanfetaminas. Un asesor de la ONU en crimen organizado aseguró a PERFIL en 2011 que ese cartel instaló bases en el norte argentino. “Eligieron Argentina para diversificar sus posiciones y minimizar riesgos”, explicó Edgardo Buscaglia en esa oportunidad.