José Luis Chilavert, Fernando Burlando y Ariel Ortega son algunas de las víctimas (las más famosas) de un delito que no para de crecer: el robo de autos de alta gama. Según datos de la Asociación Internacional de Investigadores de Robos de Autos (Iaati), el 65% de los casos son cometidos con armas de fuego y con un grado de violencia que viene en franco ascenso desde 2011.
El destino de los coches importados es variado: son sacados del país por los pasos fronterizos clandestinos y canjeados por droga, se utilizan para cometer otros robos, se convierten en autos mellizos para reinsertalos en el mercado local, o bien terminan en un desarmadero.
“Sabemos que es una realidad que los autos de alta gama, que son robados en nuestro país y Chile, son trasladados a otras naciones, como Bolivia y Paraguay, donde hay un mercado que demanda este tipo de vehículos”, explica a PERFIL Daniel Beck, presidente de Iaati y directivo de la empresa LoJack.
“Según los seguimientos judiciales, se estima que habría una estrecha relación con los negocios afines al narcotráfico, y al existir inconvenientes con los repuestos se torna también un nicho interesante para los delincuentes que se especializan en este segmento”, entiende.
En los últimos doce meses, y de acuerdo al registro de Iaati, hubo 14 mil robos de autos en el país. De ese número, el 10% corresponde a vehículos considerados “premium”, cuyo valor comercial supera los 30 mil dólares.
Desde el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) detallaron a PERFIL que el Volkswagen Vento encabeza el ranking de los autos de alta gama más robados, según datos recopilados durante el primer trimestre del año. Lo siguen Chevrolet Cruze, Audi A1, VW Scirocco, Mercedes Benz Clase C y Citroën DS3.
Por su parte, Javier Miglino, abogado y presidente de la ONG Defendamos Buenos Aires, asegura que en los últimos tres años el coche importado más robado de la Ciudad es el Audi A3, seguido por las camionetas BMW X4 y X5, tres modelos que no figuran en los primeros lugares del registro que lleva Cesvi.
Según las fuentes consultadas para este informe, el nivel de violencia que existe está directamente relacionado con las nuevas tecnologías y los dispositivos de seguridad con los que cuentan estos coches, que hacen prácticamente imposible robarlos cuando están estacionados.
Alarma. La preocupación que despertó la reiteración de casos en el Gobierno motivó una reunión de crisis entre funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Nación y los principales representantes de las aseguradoras y las empresas de monitoreo satelital, que sirvió para empezar a delinear una nueva estrategia que permita frenar los robos.
El encuentro se llevó a cabo el martes 7 de mayo en la Secretaría de Seguridad de avenida San Juan. Entre otros, estuvieron presentes el subsecretario de Delitos Complejos, Carlos Silva, y el Director Nacional de Inteligencia Criminal, Sebastián Fernández Ciatti.
“Es la primera vez que nos reunimos con funcionarios de seguridad. Existe una buena predisposición para aunar esfuerzos entre el sector público y privado, y combatir el delito”, dice a PERFIL Gabriel Iezzi, abogado y representante legal de la aseguradoras.
De llantas y cubiertas. Otra cuestión que desvela a las autoridades es el fuerte crecimiento del mercado negro de llantas y cubiertas.
“El 51,6% de los robos parciales que registramos corresponden a vehículos importados. En los últimos tres años esta modalidad creció 36,2%”, detalla a PERFIL Fabián Pons, gerente general de Cesvi.
De acuerdo a los datos de la ONG Defendamos Buenos Aires, Belgrano, Palermo, Núñez y Recoleta son los barrios donde se registra la mayor cantidad de denuncias. “En el mercado ya se habla de llantas o cubiertas blue. Se manejan dos precios: las nacionales y las importadas, difícil de conseguir, que se pueden pagar cuatro o cinco veces más. Al no haber stock, las bandas suelen actuar en concordancia con las demandas de las automotrices”, cierra Miglino. Las consecuencias están a la vista.
