Parecían dos guerrileros o dos locos que llegaban de una fiesta de disfraces. Pero no. Eran, en realidad, dos delincuentes que aparecieron de sorpresa en la administración de un exclusivo country de Ingeniero Maschwitz. Estaban con sus torsos desnudos y camuflados con barro. Y querían dinero.
El caso, que se conoció ayer, ocurrió el miércoles pasado en el “Club de Campo Los Horneros”, ubicado sobre la autopista Panamericana (ruta 9), a la altura del kilómetro 44. El predio tiene más de 30 años y está conformado por 25 hectáreas, donde hay 172 lotes, 9 hoyos de golf, canchas de fútbol, hockey, tenis, paddle, vóley y básquet, un Club House con restaurante y un quincho con capacidad para 150 personas.
El golpe. Voceros policiales explicaron que los delincuentes estaban vestidos con jeans y zapatillas, y completamente embarrados cuando entraron con fines de robo a la oficina. Los investigadores sospechan que los ladrones estaban así porque tuvieron que atravesar el arroyo Escobar, una de las principales atracciones que tiene el country, construido sobre los terrenos de una vieja estancia.
Al parecer, los autores sabían que en ese sector no había cámaras de seguridad y que por esa razón nadie podría advertir su presencia en la zona, pese a que el reloj marcaba las 2 de la tarde.
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