POLICIA
en lo que va del año hubo cinco hechos

Femicidios: alerta por el aumento de casos de mujeres incineradas

Representan casi la mitad de las víctimas que fueron prendidas fuego en 2018. Graciela Coria y Rocío Cortés se sumaron a la lista, esta semana.

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Juana Britez Rojas, 34 años. Estaba embarazada de 5 meses. Falleció en La Plata. Silvia Del Valle Moreno(40), Tenía el 95% del cuerpo quemado. | cedoc

Envuelta en llamas, Rocío Micaela Cortés intentó mitigar el fuego tirándose a la pileta de lona que había en su casa. El 50% de su cuerpo resultó quemado y fue llevada de urgencia a un hospital de la zona. Las heridas en sus vías respiratorias resultaron letales y luego de agonizar 15 días, murió. Este no fue un caso aislado. En lo que va del año, cinco mujeres fueron asesinadas por sus parejas o personas allegadas a ellas utilizando este método de ataque.

Silvia del Valle Moreno, Juana Britez Rojas, Graciela Coria y Rocío Micaela Cortés fueron prendidas fuego por sus parejas. Liliana Loyola fue incinerada, al parecer, por su hijo. Entre enero y octubre de 2018, unas 12 mujeres murieron incineradas, según el último informe de la ONG La Casa del Encuentro. Mientras que en lo que va de este año, los femicidios bajo esta metodología ya alcanzan casi la mitad de esa cifra.

El femicidio de Wanda Taddei (ver aparte) marcó un antes y un después en la visualización de la problemática de la violencia de género. Puso sobre el tapete estos crímenes, pero también generó una réplica del modo en que fue asesinada en febrero de 2010. Su pareja y ex baterista de la banda Callejeros la roció con alcohol y la prendió fuego.

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El llamado “efecto Wanda” generó 11 femicidios de mujeres incineradas en 2010 y un pico alarmante de 28 casos al año siguiente. “Cuando fue el caso de Wanda se había generado en los agresores una sensación de impunidad y un alza de femicidios por incineración. Luego cuando la familia de Wanda logró nuevas pericias y Eduardo Vásquez fue condenado, disminuyó drásticamente la cantidad de femicidios de mujeres quemadas. Porque se dieron cuenta de que no habían logrado ‘el crimen perfecto’ como suponían, ya que con pericias se podía demostrar que las mujeres no se habían prendido fuego solas, como alegaban los agresores, sino que ellos lo habían hecho”, explica Ada Rico, presidenta de la ONG La Casa del Encuentro en diálogo con PERFIL.

“Aunque –sostiene– en este principio de año se volvió a encrudecer esta forma de femicidios, aunque no en la misma magnitud y sin un motivo tan claro que permita la asociación directa. Igual los femicidios no tienen ninguna lógica, pero a veces podés tomarte de una punta para encontrarle una explicación como cuando fue el crimen de Wanda. Antes de Wanda casi que no existía este tipo de ataque”.

Víctimas. Liliana Loyola (64) murió el 9 de enero tras cuarenta días de agonía. Llegó al hospital sanjuanino Marcial Quiroga con el 40% del cuerpo quemado. Ella entró al centro de salud inconsciente y fue inducida a una sedación por su cuadro. Según declararon los familiares, la mujer luego de días de internación pudo hablar y acusó: “fue mi hijo”. Fue su último esfuerzo, ya que se volvió a dormir y no volvió a despertar.

Juan Echegaray estuvo prófugo un tiempo, hasta que fue encontrado por la policía. Está detenido, como el principal sospechoso por el crimen de su mamá. Según se pudo reconstruir, el joven en medio de un ataque, que eran constantes -contarían los allegados a la víctima-, la prendió fuego.  

El 25 de enero pasado Silvia del Valle Moreno llegó a un hospital de Tucumán con el 95% de su cuerpo quemado, al día siguiente murió. Casi no le quedaba un rincón de su piel sana.

Su pareja, David Ocampo, dijo que llegó a su casa y vio a Silvia envuelta en llamas y que se había tratado de un “accidente doméstico”. A él lo asistieron porque tenía los brazos y los antebrazos quemados porque, según declaró, quiso salvar a su pareja tirándole una sábana. Quedó detenido.

El último día de enero, Juana Carolina Brítez Rojas (34) falleció en el hospital de La Plata debido a las quemaduras que sufrió durante una pelea con su marido, Isidoro Brizuela (26) que también murió. Estaba embarazada de cinco meses.

Esta semana, fueron dos las mujeres que perdieron la vida luego de haber sido prendidas fuego por sus parejas. Graciela Coria (47) falleció el martes después de siete días de agonía, en Quilmes. “No puedo entender lo que paso”, –escribió uno de sus hijos en las redes sociales–. Su pareja Orlando Durán quedó detenido. Rocío Micaela falleció el jueves pasado. Su pequeño hijo se quedó sin su mamá.

“Lo que uno encuentra haciendo la revisión desde el 2010 a la actualidad es que en estos casos de mujeres incineradas, en muchos de ellos, no hay detenidos. Porque la mujer murió, el agresor aduce que se quiso suicidar y no hay pruebas. Tendría que existir un protocolo inmediato de cuidado de la escena del ataque. Por que generalmente el agresor llega al centro de salud con la mujer quemada, a ella la inducen a un coma farmacológico por las heridas y luego muere. La familia se entera de lo sucedido, en general, al día siguiente y el agresor tiene horas para modificar toda la escena. Entonces no se entiende como aún hay una parte de la Justicia que puede creer en esta hipótesis, cuando está comprobado que las mujeres no eligen esta forma de suicidio”, analiza Rico.

Wanda Taddei: caso emblemático y que generó un efecto

El jueves se cumplió un nuevo aniversario del femicidio de Wanda Taddei. Luego de agonizar diez días la joven de 29 años falleció en 2010.

Wanda había llegado al Hospital “Donación Francisco Santojanni” con el 60% del cuerpo quemado acompañada de su entonces pareja Eduardo Vásquez, ex baterista de la banda Callejeros. El dijo que se había prendido fuego sola cuando quiso encender un cigarrillo.

Luego, se comprobó (gracias al trabajo que realizó la familia de la víctima) que Vásquez la había rociado con alcohol y luego la prendió fuego.

La joven falleció el 21 de febrero de 2010. Como efecto contagio, ese mismo año se produjeron otros femicidios de mujeres quemadas como el de Alejandra Rodríguez, Norma Rivas, Fátima Guadalupe Catán y Dora Coronel.

Jorge y Beatriz, los padres de Wanda, se pusieron al frente de la investigación para llevar a una condena a perpetua al femicida luego de muchas idas y vueltas en la Justicia.

Desde entonces luchan contra la violencia de género, encabezan jornadas informativas y capacitaciones para nutrir de herramientas a las mujeres para salir del círculo de violencia. “Ahora es llamativo lo que está pasando con los casos de mujeres quemadas. Pero cuando fue lo de Wanda se dieron 58 casos, en las que no todas murieron. Fue como que los violentos se mimetizaron con lo que había pasado y lo replicaron. Pero lo importante es que la Ley 26.485 (de protección a la mujer) se aplique en su integridad, lo que aún no pasa”, explica a PERFIL Jorge Taddei.

“El femicidio es la última expresión de la violencia, pero hay miles de expresiones antes, la única manera de cambiarla es con educación para formar   una sociedad no patriarcal”.