Carlos Andrés Dangelo y Alfredo Patricio Rojas, de 33 y 35 años, pasaron los límites de la provincia de Santa Fe y llegaron a Villa Tranquila, en Dock Sud. Estuvieron refugiados ahí, a tan solo cinco minutos de la Casa Rosada, hasta que los recapturaron. Llevaban consigo las pistolas que le habían robado a los guardias penitenciarios y un juego de esposas. Una investigación de la PFA determinó que planeaban oscurecerse el pelo y tatuarse la cara para evitar ser reconocidos. Además, los habían contratado como sicarios.
Se trata de dos de los nueve presos que escaparon del colectivo del Servicio Penitenciario de Santa Fe, luego de una supuesta pelea con los guardias, una versión que todavía se investiga, el 8 de mayo pasado. Una brigada especializada en perseguir prófugos se ocupó de dar con ellos.
Amenazas, robos y homicidios, los delitos cometidos por los prófugos de Santa Fe
El ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, informó a primera hora de la mañana las recapturas presenciadas por la Brigada de Contrainteligencia de la Policía de Investigaciones (PDI) de Santa Fe, tras una investigación una compleja investigación que involucró seguimientos, infiltrados y reportes continuos de la PFA.
Durante el operativo, los efectivos secuestraron dos pistolas calibre 9 milímetros con 35 municiones: eran las armas que habían sido robadas al personal de Servicio Penitenciario al momento de la fuga. También secuestraron seis teléfonos celulares, un juego de esposas y otros elementos de interés en la causa que investiga la fiscal Karina Bartocci, quien busca determinar si hubo negligencia o complicidad de los guardias involucrados en el traslado.
Dangelo se encontraba cumpliendo una condena por “Homicidio Criminis Causa” desde el 20 de diciembre del año 2012, por un crimen ocurrido en Granadero Baigorria. En tanto, Rojas estaba detenido desde el 4 de octubre de 2009 por “amenazas coactivas”, “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y “lesiones graves calificadas por el uso de arma de fuego (dos hechos) en concurso real”, con una condena que, en principio, terminaba el 4 de octubre de 2034.
Por otro lado, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación, destacaron el trabajo del Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la Policía Federal Argentina, fuerza que conduce Néstor Roncaglia. Los efectivos de la PFA fueron quienes detectaron la presencia de los prófugos en Villa Tranquila, a raíz de una investigación que estaban llevando a cabo sobre una banda criminal acusada por el homicidio de un vigilador privado en 2016 en la Ciudad de Buenos Aires.
Las tareas de campo sobre los investigados aportaron información específica sobre una mujer y un hombre, este último pariente de uno de los integrantes de la banda, en donde dejaron entrever que alojaban a los prófugos en su casa en Villa Gobernador Gálvez. Esto sería posteriormente confirmado por la propia madre del hombre, quien expresó que los ocultaba y que planeaban oscurecerse el cabello y tatuarse el rostro para evitar que los reconocieran.
Luego, bajo la coordinación de la fiscal de Rosario Georgina Pairoli, individualizaron a Wilfredo Josué Risso Patrón como el responsable de darles alojo a los prófugos en la provincia de Buenos Aires, específicamente en la zona de Villa Tranquila, tras convencerlos de contratarlos como “sicarios” para su banda narcocriminal.
A través del empleo de técnicas de investigación se identificó a ambos hombres a bordo de un vehículo entrando y saliendo del asentamiento de forma sigilosa varias veces al día y en lapsos de poco tiempo. El trabajo estaba en marcha: los oficiales de la Policía Federal ingresaron a Villa Tranquila mimetizándose con el medio para hallar el escondite de los prófugos.
Las órdenes de detenciones fueron emitidas por el Juzgado de Garantías 10 de Lomas de Zamora, a cargo de Estela del Carmen Mollo, y se hicieron efectivas a las 7 de la mañana de este miércoles. El personal policial apresó a los dos prófugos, D’Angelo y Rojas, y a otros tres hombres por el delito de encubrimiento, entre ellos Risso Patrón, Ezequiel Alejandro Acuña y Rubén Jonathan Romero.
Con estos reclusos ya esposados y de vuelta en prisión, quedan tres peligrosos delincuentes prófugos. Se trata de Mariano Cardozo, Leandro Cabalie y Hugo Peralta, todos ellos con pesados prontuarios. Aunque, en un principio, la fuga fue difundida en los medios como una emboscada, el incidente que derivó en el escape se dio en el interior del colectivo penitenciario que se trasladaba por la autopista Santa Fe- Rosario cuando el presunto enfrentamiento entre presos y guardias provocó la colisión del minibús, a la altura de Granadero Baigorria.
Existe un antecedente con otro móvil del sistema penitenciario. En marzo de 2017, desconocidos atacaron a balazos el camión que llevaba a los acusados por el crimen del líder de Los Monos, Claudio "Pájaro" Cantero. Los presos que estaban en ese vehículo eran Luis "El Pollo" Bassi, Milton Damario y Facundo "Macaco" Muñoz, quien resultó herido al igual dos penitenciarios. Los tiros salieron de una camioneta 4x4 y de un auto que cruzaron al móvil sobre la misma autopista y en inmediaciones de la misma localidad rosarina. Pero los atacantes se fueron sin llevarse a nadie.
Dónde están y cómo custodian a los miembros de Los Monos
En 2016, los integrantes del clan Cantero fueron protagonistas de un plan de fuga frustrado en la prisión de Piñero, donde los miembros de la familia que dominó por décadas el sur de Rosario se siente más cómoda que en otros penales, por la cercanía a sus allegados y cómplices. Luego de ese ataque, Ariel "Guille" Cantero fue trasladado a una prisión federal. Hoy, está alojado en Ezeiza, su hermano, Ramón "Monchi" Machuca, continúa en la misma cárcel santafesina.
C.D.L./M.C.