La investigación demandó más de 1.500 horas de escuchas telefónicas. Se inició a partir de un llamado anónimo a la Línea de Drogas del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires, que aportó información detallada acerca de una familia que presuntamente comercializaba todo tipo de sustancias en el oeste del Conurbano bonaerense.
Fuentes policiales consultadas por PERFIL indicaron que el cabecilla sería un hombre de 37 años, apodado “Pancho”, que comercializaba marihuana, cocaína y pastillas de LSD junto con varios integrantes de su familia, entre ellos su papá, su novia y el cuñado.
Al menos, quince personas fueron detenidas en los operativos realizados por la Delegación Avellaneda-Lanús de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado, con la colaboración de la Delegación La Matanza y otras reparticiones policiales.
De acuerdo con los voceros, esta familia vendía las drogas en las localidades de San Justo, Ciudad Evita e Isidro Casanova del partido de La Matanza, y también en algunas zonas de Morón.
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Según las fuentes, Pancho contaba con un “chofer” para trasladarse en auto y hacer el “delivery”, pero también tenía dos bares llamados Rey de Copas y Vélez, donde presuntamente pactaba encuentros con clientes y comercializaba la droga.
Los informantes indicaron que en uno de ellos había una persona “fija” que se encargaría de la venta de las sustancias.
Además de los comercios se allanaron dos domicilios donde guardaban las drogas.
Entre otras cosas encontraron casi 14 kilos de marihuana –en 15 ladrillos compactos–, dosis de cocaína, 50 pastillas de éxtasis y casi 7 mil microdosis de LSD distribuidas en planchuelas, que tenían como figura identificativa cruces esvásticas.
También se secuestraron dos autos, tres armas de fuego –una pistola calibre 22 y dos escopetas calibre 20– y una suma importante de dinero en efectivo, tanto en pesos como en dólares.
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“Más allá del uso de estos lugares también hacían entrega a domicilio de la droga”, aseguró uno de los investigadores, quien agregó que “toda la banda fue desarticulada, con su jefe y ramificaciones hacia abajo”.
En la causa intervienen los fiscales Fernando Amador López y María Julia Panzoni, de la Unidad Funcional de Instrucción de Estupefacientes, y el Juzgado de Garantías Nº 1 de La Matanza.