Su ex esposo sostuvo que la mujer, vista por última vez hace 22 años, estaba
vinculada a la guerrilla del ERP. Además, remarcó que en el hospital donde
trabajaba "
se sabia que había tráfico de órganos".
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Cedoc
El ex esposo de la psiquiatra desaparecida en 1985 Cecilia Giubileo, Pablo Chabrol, abonó dos hipótesis sobre la suerte de la médica, al sostener que podrían existir razones políticas y causas vinculadas al tráfico de órganos en el hospital donde se desempeñaba.
Cabrol estimó que su ex mujer se relacionó en la década de 1970 con el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) y relató que en una oportunidad fue conducido por ella a una casa "que estaba llena de bolsas de arena en las paredes, que me enteré era de Montoneros".
Cecilia Giubileo "siempre fue una mujer comprometida, tenía un compromiso muy grande, muy organizada en sus actos", afirmó Chabrol y aseguró que en la Colonia Open Door, el hospital en donde se desempeñaba cuando desapareció, "se sabía que había tráfico de órganos".
"En una de sus cartas ella me pone: ' he descubierto algo muy feo, pero no te lo puedo decir, pero te lo voy a decir', pero luego desapareció", relató el ex marido en un informe emitido esta noche en el programa Otro tema, que se emite por la señal de cable TN.
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La ciénaga. El abogado de la familia de la médica desaparecida, Marcelo Parilli, denunció a su vez que en el hospital psiquiátrico existe "una ciénaga, que pedimos sea drenada -porque era un lugar en donde podría estar el cadáver-, pero por razones presupuestarias se nos negó". "Si el cuerpo fue arrojado allí, lo seguirá estando", dijo el letrado.
Cecilia Enriqueta Giubileo, de 39 años al momento de su desaparición, había nacido en 1946 y se egresó de psiquiatra en la Universidad Nacional de Córdoba.
En 1972 se casó Chabrol y con él se radicó en España con la intención de revalidar su título y ejercer su profesión, aunque la relación finalizó y la médica regresó a la Argentina.
Giubileo ingresó a trabajar luego en la Colonia Open Door, situada en la localidad bonaerense de Torres, cerca de Luján, y fue vista por última vez la medianoche del domingo 16 de junio de 1985, cuando conversó con un enfermero y un paciente del internado.
Se la tragó la tierra. La mujer, delgada y hermosa según fotografías de la época, intercambió diálogos con el enfermero tras tratar a un paciente con bronquitis y fiebre alta, y más tarde atravesó de a pie los patios del hospital y conversó con el paciente en el camino hacia los dormitorios para médicos.
Los enfermeros hallaron al día siguiente el dormitorio vacío y la cama sin tender, y desde ese día se desconoce el paradero de la mujer.
Las denuncias por las malas condiciones del hospital motivaron el accionar del Gobierno Nacional, aunque todas las investigaciones fueron infructuosas.
