Un hombre se defendió a tiros de un asalto en su casa y mató a uno de los tres delincuentes que quisieron robarle. Los investigadores graficaron que el domicilio quedó "como un colador" luego de la balacera.
El hecho ocurrió en Villa Astolfi, localidad perteneciente al partido de Pilar en la provincia de Buenos Aires. Este lunes 11 de julio, alrededor de las 5.30 de la mañana, el dueño de una flota de al menos cuatro camiones se despedía de uno de sus choferes cuando fue sorprendido por tres ladrones.
"¡Alto, policía!", le gritaron. Rápido, el dueño de casa se dio cuenta de que que no eran oficiales de verdad y salió corriendo al interior de la vivienda, donde estaba su esposa. Ambos se escondieron en una de las habitaciones mientras eran perseguidos.
Fue el momento previo a que se produzca una escena de extrema violencia. Cuando uno de los delincuentes abrió la puerta, del interior se escuchó un sonido seco y potente: el dueño de casa había tomado una escopeta para defenderse.
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Entonces se desató una ráfaga de balas proveniente de ambos lados que le fracturó un brazo a la víctima y mató de un impacto a uno de los delincuentes, que recibió un balazo en el lado izquierdo del pecho. Sus compañeros terminaron huyendo, cubriendo la salida con disparos.
“El transportista se dio cuenta de que no eran policías y que lo iban a asaltar. Por eso escapó y se metió corriendo en la casa y llevó a su esposa, que en ese momento estaba preparando el mate en la cocina, a una habitación donde se encerraron”, le dijo a Télam una fuente judicial.
Para entender el grado de enfrentamiento que se vivió en la vivienda de Villa Astolfi sólo basta ceñirse a la descripción de un vocero judicial: “la casa quedó hecha un colador”, detalló. Los peritos encontraron 35 evidencias balísticas de diferente calibre.
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Al cierre de esta nota, el delincuente muerto de un escopetazo no había sido identificado por la policía. En su mochila se encontraron cargadores de pistola calibre .40, otro de 9 milímetros, una linterna, una gomera, un alicate, guantes, un cuello polar, una gorra con visera, un pasamontañas y dos barbijos negros con el escudo de la policía bonaerense.
“No se descarta que por el modus operandi y por cómo estaban preparados, estemos ante exintegrantes de alguna fuerza de seguridad”, dijo una de las fuentes.
El caso quedó a cargo del fiscal Raúl Casal, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Pilar. Hasta el momento, el investigador alegó “legítima defensa privilegiada” para la víctima que fue asaltado y se defendió a balazos.
GI/ff