Luego de la muerte del ciclista al que atropelló en la Panamericana, a Pablo García se lo volvió a ver en la calle este fin de semana, de la mano de su pequeña hija y junto a su padre, el periodista Eduardo Aliverti.
La imagen, tomada por la revista Gente, muestra al joven imputado en la muerte del vigilador Reinaldo Rodas en la puerta de su casa, de la mano junto a su hija y al lado de su padre. La semana pasada, su abogado, Adrián Albor, contó que García está “destruido” y se pasa “todo el día en la cama”.
Albor había señalado el jueves que el hijo de Aliverti "está todo el día en una cama". "Se moviliza solamente para cuestiones que tienen que ver con el expediente y para atender problemas de salud", había explicado el letrado.
El sábado se supo que la pericia reveló que García no llegó a pisar el freno del Peugeot 504 y que Rodas murió en el acto, desnucado.
"Fue un golpe de no menos de 80 kilómetros por hora. Se determinó que la bicicleta circulaba por la banquina casi un metro y medio adentro de la línea que la delimita con el primer carril. No hay rastros de frenada alguna", asegura Alberto Domínguez, uno de los abogados de la familia de la víctima, basándose en resultados previos de la pericia mecánica realizada al auto del acusado.
García enfrenta una acusación por homicidio culposo. La Justicia le aplicó a García una multa de 6.579 pesos, le quitó la licencia de conducir e impuso la realización de un tratamiento por adicciones.
Hace dos semanas, Aliverti se enfureció e increpó a una fotógrafa del Diario PERFIL por la guardia que mantenía en la puerta de su casa, lugar donde ahora también fue fotografiado junto a su hijo y su pequeña nieta.