POLICIA

Las confusiones de la mucama de Bártoli casi la llevan al falso testimonio

La ex empleada del cuñado de García Belsunce sufrió un accidente y dice no recordar detalles clave del crimen. El mal rato ante los jueces.

La ex mucama de Bártoli ingresa a la sala de los Tribunales de San Isidro. Su declaración fue una de las más polémicas de la jornada.
| Télam.

Catalina Vargas, la ex mucama de la familia de Guillermo Bártoli que complicó la coartada de Carlos Carrascosa, pasó hoy un mal momento ante el tribunal oral de San Isidro y estuvo a punto de quedar presa por falso testimonio.

Incluso el tribunal quiso saber si Vargas estaba "mintiendo" porque, pese a la reiterada falta de memoria que la mujer exhibía, afirmó en la audiencia un dato clave que no había revelado, apenas ocurrió el crimen el 27 de octubre de 2002.

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Se trata de un llamado que se recibió en la tarde del homicidio en la casa de los Bártoli, en donde una voz femenina -se supone la de Irene Hurtig- pedía desesperada que llamaran a una ambulancia.

Esta fue la segunda parte de la declaración de la ex mucama de Bártoli, cuyo testimonio en su momento fue clave para condenar a Carrascosa. La mujer había comenzado a hablar el 29 de mayo pasado, pero -a instancias de la defensa- el TOC pidió una pericia psiquiátrica para saber si era apta como testigo.

En marzo de 2002, según se supo en la audiencia, Vargas había sufrido un accidente automovilístico, por el cual sufre problemas de memoria.

En octubre de ese año la mujer trabajó dos fines de semana para los Bártoli, justo el día en que mataron a María Marta.

Y en abril de 2003, Vargas le dio al ex fiscal Diego Molina Pico un dato que puso en aprietos a Carrascosa: que a las 6 de la tarde del 27 de octubre de 2002, según le indicó el "top" de la radio, en el living ya no había nadie, porque ella fue a retirar los pocillos y a sacudir los sillones.

La mujer declaró luego otras veces en el expediente e incluso fue careada con Carrascosa, pero hoy reveló un dato que puede ser clave para el proceso judicial: que un rato después de que todos se fueran, entre las 18.30 y las 19, ella estaba en el living acomodando los almohadones y sonó el teléfono.

Ahí escuchó "a la señora Irene Hurtig gritando 'hay que llamar una ambulancia'" y añadió: "Sonó el teléfono y dispararon", sin poder precisar quién estaba o salió de la casa.

La Fiscalía leyó su anterior declaración en donde nunca antes había mencionado el llamado telefónico. La jueza María Elena Márquez le preguntó cuál era la verdad, si lo que declaró en su momento o lo que dijo ahora, y nerviosa la testigo respondió: "Usted sabe que no recuerdo nada...".

Cuando le preguntaron directamente si "mintió en aquella oportunidad", Vargas dijo: "Debe ser verdad. ¿Cómo voy a mentir?".

Márquez entonces volvió a la carga: "Lo que usted está diciendo acá lo está inventado?". Y la testigo respondió: "No doctora, por favor, ¿cómo lo voy a inventar?".

"Me acuerdo bien que sonó el teléfono", insistió. Respiró aliviada cuando le dijeron que su declaración había terminado y podía irse.