Sacó un arma y le disparó a su pareja. Salió a la calle y siguió tirando tiros al aire, hasta que se le cruzó un vecino del lugar y también lo atacó. El hombre recibió dos balazos y está grave. Alejandro Saraceni (48), luego de terminar con esta seguidilla de ataques, se paró en la vereda y se suicidó.
La policía identificó a la víctima como Analía Verónica Gauna (46). Este nuevo femicidio sucedió cerca de las 9 de la mañana de ayer en una casa ubicada en José León Suárez y Dardo Rocha, en la localidad bonaerense de Remedios de Escalada.
Gauna y Saraceni vivían en casas separadas, pero trabajaban juntos en un kiosco ubicado cerca de la propiedad del hombre. La pareja comenzó a discutir y Saraceni agarró una de sus armas (tenía varias por su afición a la caza) y le disparó. La mujer recibió dos tiros que le costaron la vida.
Pero el ataque no terminó ahí. Saraceni, que además de la caza le gustaba el ciclismo, salió de su casa y empezó a tirar tiros al aire. Al escuchar las detonaciones, los vecinos comenzaron a salir de sus casas y entre ellos lo hizo un hombre que trabajaba en un corralón. Según indicaron los allegados a la pareja, esta persona tenía un vínculo sentimental con Analía. Cuando Saraceni vio a Héctor Parrilla (45), le pegó dos tiros.
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Esta segunda víctima fue derivada al hospital de la zona, donde fue operado y está internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
Los vecinos dieron aviso a la policía y antes de que llegaran los patrulleros, Saraceni se disparó un tiro en la cabeza. En lo que va del año, ya se produjeron, al menos, 35 femicidios.
“Era un tipo impulsivo y tenía problemas con las drogas. Creo que durante la noche estuvo consumiendo y no soportó la situación e hizo esta locura”, opinó un amigo del femicida en diálogo con la prensa. “El chico que resultó baleado era el amante de Analía, se sabía. La verdad es que todavía no entiendo lo que hizo. La mató con la única arma que no tenía registrada, ya que se la había sacado a un ladrón cuando una vez intentaron robarle el kiosco. El resto de las armas estaban registradas porque a él le gustaba la caza”, contó.
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Los policías encontraron en la casa del agresor un revólver calibre 38, marca Jaguar, dos carabinas, dos escopetas, como así también cocaína, marihuana y una balanza de precisión. La sospecha de los pesquisas es que allí funcionaba una especie de kiosco de drogas.
El hecho es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción 4 de Lomas de Zamora.