Tres empresarios permanecen desaparecidos desde el pasado jueves 7 de agosto. Se trata de Leopoldo Bina, Sebastián Forza y Damián Ferrón, cuyos vehículos aparecieron abandonados o incendiados. Las fuerzas de seguridad los buscan sin descartar ninguna hipótesis; dos de ellos denunciaron a y fueron amenazados por una mafia de medicamentos.
Forza (34 años) y Ferrón (35) son empresarios vinculados al negocio farmacéutico, y mantenían una larga amistad. Hace sólo tres semanas conocieron a Bina (37), ya que los tres iban a jugar pelota-paleta al club Palmar de Liniers. Los farmacéuticos se encontraron ese día a las 10 en el bar Open de Pilar, y luego Sebastián fue a Liniers para almorzar con Leopoldo. A las 14 salieron de allí y nunca más se los vio.
Seis horas más tarde, la camioneta Suzuki Vitara de Damián apareció incendiada en Galicia al 2700, en el barrio porteño de Flores. Y a las 23, tres horas después, encontraron el Peugeot 206 de Sebastián estacionado y con las llaves puestas, a la altura de Solís al 1000 (Constitución), según informó el diario Clarín.
Dentro de la camioneta encontraron semi-quemados los documentos de Damián y Sebastián. Faltan los de Leopoldo, que salió de su casa con DNI, carnet de conducir, cédula y fotos familiares. En la Susuki de Damián, además, apareció un arma que Sebastián llevaba siempre en su auto, pero sin cargador ni balas. "Eso es llamativo, porque él siempre la tenía cargada", contó un amigo al matutino.
Los tres están casados y tienen un hijo cada uno, todos menores de cuatro años. Sus familias denunciaron el caso en la comisaría 50; la investigación por "averiguación de paradero" y "privación ilegítima de la libertad" quedó a cargo de la fiscal de Instrucción Ana María Yacobucci, y no se descarta ninguna hipótesis por lo extraño del suceso.
Las familias pensaron en principio que se trataba de un secuestro, pero nadie recibió aún pedidos de rescate. "Estamos rastreando todo. Buscamos en los pasos fronterizos para saber si salieron del país, analizamos los celulares y los movimientos de cuentas particulares. Pero hasta ahora todo fue negativo. Es como si se hubieran esfumado. Es un caso confuso y no se descarta ninguna hipótesis", dijeron investigadores de la causa a Clarín.
Forza y Ferrón son dueños de farmacias y reparten medicamentos, pero no son farmacéuticos matriculados. Ambos habían denunciado a grupos que hacían negocios paralelos con los medicamentos, lo que le valió a Forza recibir amenazas telefónicas, o que le dejen una silla de ruedas con un mensaje mafioso en su comercio, contaron fuentes del caso al diario.