“Mi hermano se enfrentó a una organización criminal que lo asesinó”. Eduardo Castello (66) está seguro de eso y ahora la Justicia parece darle viabilidad a esta línea investigativa. En los próximos días serán indagados dos médicos forenses de la Policía Científica bonaerense que uno acusado por “falso testimonio” y el otro por “encubrimiento agravado”. Ellos aseguraron que el ecologista Carlos Castello (61) se había suicidado en su casa quinta de Lobos, pero ahora habría indicios para determinar que se trató de un homicidio.
“En realidad desde el primer momento todos supimos que a mi hermano lo habían asesinado. El presentaba signos evidentes de torturas, como ser golpes en la cara, herida cortante en el brazo, patada en el tórax (tenía la forma de un taco de borceguí) y otros innumerables signos que demostraban que se trataba de un asesinato. Lo que sucedió fue que los responsables de la investigación, como los médicos forenses Karina Sabules y Jorge Alvarez Ceballos y algunos peritos, actuaron en concordancia con los asesinos para hacerlo pasar por un suicidio”, detalló Castello, en diálogo con PERFIL.
La médica forense Sabules será indagada acusada de “falso testimonio”. Según explica el fiscal Ernesto Ichazo en su resolución, la mujer declaró como testigo que el día que se descubrió el hecho estuvo en la casa de Castello cuando se halló su cuerpo, pero otros testigos dijeron que “nunca estuvo”.
El otro imputado es el subcomisario de la Policía Científica Alvarez Ceballos, imputado por “encubrimiento agravado”. Según la resolución, éste “otorgó falsa información con respecto al hallazgo del cuerpo, con la finalidad de ocultar y encubrir el homicidio y hacerlo pasar como un suicidio”, informa el sitio Tinta Judicial. Ambos funcionarios deberán presentarse ante el fiscal Ichazo el próximo jueves en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 1 de Berazategui.
Lucha. El ecologista Castello fue encontrado muerto en el interior de su casa el 20 de octubre de 2008 después de estar dos días desaparecido. Había sangre. Una bala había ingresado por su sien derecha y terminado con su vida. “En 2013, cuando la procuradora dio la intervención a Gendarmería ellos llegaron a la conclusión de que se trataba de un asesinato. A partir de ese momento quedó en claro la cadena de encubrimiento montada por personal policial”.
Según explica el hermano de la víctima, se comprobó que el orificio de bala que tenía en el cráneo no correspondía a un proyectil de un revólver 32, como se había indicado, sino a una 9 mm. También se constató que la sustancia que se halló en la bala no era sangre sino un “líquido rojo”. “Esta última prueba es esencial para determinar que todo fue montado. A mi hermano no lo mataron en su casa sino que plantaron la escena para simular un suicidio”, destacó.
La familia Castello entiende que fue asesinado porque luchaba contra la apropiación de una calle pública por parte del club de pesca local. “Esa calle era fundamental para que ellos pudieran desarrollar un negocio con la construcción de un casino”, indicó su hermano.