Luciano Olivera era un futbolista de 16 años, oriundo de la ciudad balnearia de Miramar, que murió de un disparo en el pecho efectuado por un oficial de la Policía Bonaerense cuando volvía de jugar a la pelota y se encontró con un control policial sobre la avenida 9, entre las calles 32 y 34, del mencionado distrito.
Por el momento, son varios los interrogantes que rodean el hecho que culminó con su muerte. El chico circulaba en moto cuando intentó huir del control y al uniformado se le habría "escapado el tiro" cuando quiso disuadirlo. Su familia halló el cuerpo instantes después, en la escena del crimen.
El adolescente vivía junto a su mamá, su padrastro y una hermana pequeña en una casa del barrio Parquemar de esa localidad del Partido de General Alvarado.
La tía de la víctima contó que el policía imputado en el caso vive a solo cinco cuadras de la casa que habita la familia y que su sobrino "se asustó" al ver el control porque no tenía registro para conducir la motocicleta.
Luciano jugaba en la sexta división del Club Once Unidos de Miramar, desde donde expresaron un profundo pesar al poco tiempo que se conoció sobre su deceso.
“Lamentablemente recibimos esta noticia que nos invade de tristeza. Si “ayer " estabas con nosotros cantando y festejando y hoy en un abrir y cerrar de ojos nos enteramos lo peor", escribieron en la cuenta de Facebook del club.
"Injusto por lo que pasaste, injusto quien arrebató tu vida. Nunca vamos a olvidarte Lu. Te lo juramos”, añade el comunicado.
Por su parte, su tía dijo que "lo mataron de la nada" y la familia está "arruinada". "Esas cosas no se hacen, de sacar un arma y pegarle un tiro a alguien", continuó, al mismo tiempo que definió a Luciano como "un buen chico, que iba a la escuela y no tenía maldad".
Interviene en su causa la fiscal Ana María Caro, quien dispuso la detención del agente acusado, el cual fue identificado como Maximiliano Abel González, de 25 años de edad.